Skip to main content

Con pez cebra estudian importantes enfermedades humanas

28 Abril 2014

El año pasado se descubrió que este diminuto animal tiene un alto grado de similitud genética con el hombre: el 70 por ciento de los genes humanos tienen un homólogo en esta especie, paridad que supera el 80 por ciento cuando se trata de genes asociados a enfermedades.

Los avances de la investigación científica han llevado a perfeccionar los modelos de estudios preclínicos orientados a la búsqueda de nuevas terapias farmacológicas, para importantes patologías que afectan a los seres humanos. Los modelos animales de enfermedades humanas han sido utilizados desde hace muchos años en distintas áreas de la investigación, constituyendo uno de los pasos fundamentales en la biomedicina.

Fueron más de dos décadas de investigación, hasta que el año pasado, un grupo de científicos descubrió el genoma completo del pez cebra. Con esta información se supo que este diminuto animal tiene un alto grado de similitud genética con el hombre: el 70 por ciento de los genes humanos tienen un homólogo en el pez cebra, y esta paridad supera el 80 por ciento cuando se trata de genes asociados a enfermedades.

Bajo este escenario, el escurridizo pez cebra, proveniente de la India y Tailandia, calificó como una de las especies más idóneas para estudiar enfermedades humanas, tales como Alzahaimer, síndrome de Usher, autismo, algunos tipos de cáncer e incluso la obesidad.

Así lo explicó la doctora Kathleen Whitlock, investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV) de la Universidad de Valparaíso, directora del Programa Ciencia Al Tiro, en el marco del Congreso Lazen (Latin American Zebrafish Network), organizado por la investigadora con el respaldo de la UV, y al que concurrieron los más reconocidos científicos del campo, entre quienes se contó el doctor Monte Westerfield, del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Oregon, Estados Unidos.

“Monte fue uno de los fundadores de este sistema modelo para usar en el estudio de la enfermedad humana en todo el mundo, así que es un lujo que él haya podido venir a Chile, para participar en el curso y el seminario”, sostuvo la doctora Withlock.

Ventajas

Con respecto a las ventajas que ofrece el pez cebra, Whitlock destacó su tamaño, trasparencia y enorme número de ejemplares disponibles en los bioterios para las pruebas terapéuticas, además de su bajo costo.

Por su parte, el doctor Monte Westerfield sumó otras bondades del pez, que explican el enorme potencial de esta especie para el desarrollo de nuevas terapias para enfrentar importantes enfermedades.

“El autismo en el pez cebra, al igual que en los humanos, es un problema social. Los peces cebra son animales sociales. Cuando ellos tienen mutaciones, también tienen problemas sociales, por lo tanto es muy parecido al humano. Si tú miras hacia el futuro, puedes usar los peces para probar nuevas terapias, con el objetivo de mejorar la situación en humanos”, explicó.

Asimismo, destacó que “lo más estimulante al usar el pez cebra como sistema modelo para entender las enfermedades en humanos, en su origen y desarrollo, es el poder genético del pez cebra. Tú puedes estudiar una enfermedad genética en humanos usando el pez cebra como sistema modelo”.

Desarrollo de fármacos

Con respecto al síndrome de Usher, enfermedad que afecta al sistema auditivo y visual, y que padeció desde temprana edad la escritora y activista social Hellen Keller, Westerfield adelantó que en su laboratorio están estudiando un fármaco, conocido y utilizado en otras enfermedades, como Parkinson y Alzahaimer, que ayudaría a detener el deterioro de las células.

“Esta enfermedad en humanos presenta una degeneración y hay varias drogas con las cuales están realizando pruebas para bloquear esta degeneración. Ahora, para el trabajo que ellos han mostrado en su laboratorio, hay que comprobar si se pueden usar las mismas drogas y ver si está ayudando a mejorar el síndrome de Usher”, indicó.

El seminario Lazen, organizado por el CINV de la Universidad de Valparaíso, convocó a estudiantes e investigadores de Paraguay, Argentina, Brasil, Ecuador, Perú, Colombia, Uruguay y Chile como país anfitrión. Esta tercera versión en Sudamérica fue catalogada como exitosa, debido a la alta convocatoria y el elevado nivel de los expositores.