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UV participa en estudio internacional que alerta sobre la pérdida de oxígeno en los océanos y su impacto en la vida marina

31 julio 2025

La investigación, publicada en Trends in Ecology and Evolution, advierte riesgos para la biodiversidad costera y subraya la urgencia de monitorear zonas costeras vulnerables, como las chilenas.

Un fenómeno silencioso, pero de profundas consecuencias para la vida marina, se está intensificando en los océanos del mundo: la desoxigenación, es decir, la pérdida de oxígeno en las aguas costeras. Así lo advierte un estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista científica Trends in Ecology and Evolution (TREE), en el que participó el doctor Simone Baldanzi, académico del Instituto de Biología de la Universidad de Valparaíso, como uno de los autores líderes.

La investigación, desarrollada en colaboración con la Universidad de Newcastle (Reino Unido) y un consorcio internacional de especialistas de distintas universidades del mundo, pone el foco en una problemática aún poco estudiada, pero de gran relevancia: cómo varían los niveles de oxígeno en los ecosistemas costeros y cómo estas fluctuaciones afectan directamente la biodiversidad marina y los servicios ecosistémicos.

“La desoxigenación de los océanos —es decir, la pérdida de oxígeno disuelto en el agua marina con el paso del tiempo— es un fenómeno que ocurre a escala global y que está afectando seriamente la vida en el mar. En las zonas costeras, donde habitan muchas especies claves para los ecosistemas y para la pesca, esta falta de oxígeno puede dificultar la respiración de los organismos marinos, aumentar la mortalidad y poner en riesgo recursos naturales que antes eran abundantes”, explica el Baldanzi, doctor en Biología Marina.

En el caso de Chile, señala, esta situación se agrava por fenómenos naturales como los afloramientos costeros — movimiento de masas de aguas semi profundas pobres en oxígeno, pero ricas en nutrientes impulsadas por vientos sur—, que están asociados con los fenómenos de varazón y alta mortandad.

“Esta interacción entre procesos naturales (afloramientos) y procesos impulsados por el hombre (desoxigenación) podría afectar negativamente la pesquería de especies como las anchoas, merluzas, jaibas, entre otros recursos”, advierte.

Uno de los principales aportes del estudio fue subrayar la necesidad urgente de monitorear el oxígeno disuelto en zonas costeras a escalas temporales y espaciales acordes a la vida marina. Esto permitiría comprender mejor cómo y cuándo ocurren las variaciones críticas que comprometen la salud de estos ecosistemas.

“Lo novedoso de este estudio fue abordar el tema de la desoxigenación considerando primero la necesidad de estudiar con mayor profundidad la completa —y compleja— dinámica del oxígeno en los ecosistemas costeros, un tema muy poco estudiado. Este estudio enfatiza la necesidad de medir el oxígeno a escalas temporales y espaciales relevantes para los organismos marinos, especialmente en zonas costeras donde las condiciones pueden cambiar rápidamente, como sucede en las costas de Chile”, detalla Baldanzi.

La Universidad de Valparaíso desempeñó un rol central en el desarrollo del artículo científico. Junto al doctor Marco Fusi, de la Universidad de Newcastle, el doctor Baldanzi actuó como autor corresponsal del paper y lideró al equipo internacional que conforma el grupo RESPOx (Red Internacional para el estudio de las respuestas de organismos marinos frente a cambios en el paisaje de Oxígeno, Proyecto ANID, vinculación extranjera FOVI240106). Esta red científica tiene como misión sensibilizar tanto a la comunidad científica como a las comunidades locales sobre la importancia de proteger hábitats costeros productores de oxígeno, como por ejemplo los bosques de macroalgas pardas que abundan en toda la costa de Chile, para que se mantengan ecosistemas saludables y resilientes, con el fin último de favorecer la conservación en el tiempo de estos ecosistemas para sustentar la demanda económica del sector pesquero”, sostiene Baldanzi.

“El objetivo final es contribuir a la conservación de estos ecosistemas, esenciales no solo para la biodiversidad, sino también para la economía pesquera y el bienestar de las comunidades costeras”, concluye.

El estudio completo está disponible en este enlace.

Nota: Pamela Simonetti