
“El laberinto embrujado”: en el Parque El Litre de Valparaíso inauguran el primer juego infantil de Chile diseñado exclusivamente por niñas y niños
La instalación, inspirada en videojuegos y juegos del rol, es resultado de un proyecto participativo con infancias que impulsó la Universidad de Valparaíso y financió el Ministerio de Educación. Su ejecución estuvo a cargo del Comodato Parque el Litre y del CINVIT UV.
“El laberinto embrujado”, un conjunto de coloridos pilares de madera y altares de concreto que simulan un bosque atravesado por una sinuosa pasarela escalonada que une dos refugios, a través del cual niñas y niños pueden aventurarse seguros para explorar libremente cada uno de sus rincones y formas, es el singular e innovador juego infantil que la Universidad de Valparaíso y la comunidad local levantaron en el corazón del Parque El Litre de esta ciudad.
La instalación es resultado de un proyecto que incluyó un proceso de diseño participativo con infancias, el cual contó con el patrocinio de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio de esta casa de estudios y financiamiento del Ministerio de Educación, mediante su programa de fortalecimiento a la educación superior regional.
Su ejecución estuvo a cargo del Comodato Parque el Litre y del Centro de Investigaciones en Vulnerabilidad e Informalidad Territorial (CINVIT) de la UV, y en ella tomaron parte docentes y estudiantes de las escuelas de Psicología y de Arquitectura del plantel.
El juego fue inaugurado durante una ceremonia a la que asistieron el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UV, Gonzalo Lira; la secretaria regional ministerial de Vivienda y Urbanismo, Belén Paredes; la secretaria regional ministerial de Desarrollo Social y Familia, Claudia Espinoza; la directora de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Valparaíso, Marcia Oyarce, y la representante de la Comunidad Parque El Litre, Laura Aros, entre otras autoridades públicas e institucionales. También asistieron directores de centros educativos de la comuna, representantes de juntas de vecinos del sector y un grupo de los niños y las niñas que participaron directamente en su creación.
Infancias como protagonistas
Según explicaron el psicólogo Héctor Berroeta y el arquitecto Lautaro Ojeda, académicos que lideraron el proyecto como encargados del Comodato Parque el Litre y directores del CINVIT UV, la propuesta busca transformar a las infancias en protagonistas del diseño de la ciudad, lo que implica dar un vuelco a la forma en que actualmente se piensan y conciben los espacios urbanos, al reconocer que los niños y las niñas —al igual que las personas adultas— tienen la capacidad para tomar decisiones y hacer valer sus derechos en esta materia.
Ambos definieron la iniciativa como única en su tipo a nivel nacional, ya que se trata de una estructura que incluye mobiliario urbano que fue especialmente diseñado, elaborado y construido a partir de un metodología que involucró a los propios beneficiados, a sus familias y a la comunidad que habita ese territorio.
“Nuestro equipo trabajó durante más de un año con unos cien niños y niñas de entre cuatro y diez años que van a jardines infantiles, guarderías (afterschool) y centros educativos ubicados en el sector de El Litre, a quienes preguntamos a qué querían jugar en el parque ubicado en ese lugar de la comuna y que ellos suelen frecuentar. Luego, hicimos un análisis temático de los dibujos que nos presentaron con sus ideas y de las conversaciones que al respecto tuvimos con ellos. Este ejercicio, que se concretó entre mayo y agosto de 2024, nos dio a entender que los que estos niños y niñas querían era crear un juego que emulará las acciones de algunos videojuegos, de juegos al aire libre, de fantasía o de rol que ellos conocen, cuya propuesta final fue la que nosotros como equipo terminamos por levantar”, explicó el profesor Berroeta.
Estrategia colaborativa
Tras las definiciones extraídas de los dibujos y comentarios se inició la segunda fase del proyecto, que incluyó la realización de un taller de codiseño en el que participó un grupo más reducido de niños y niñas, que trabajaron en la elaboración de maquetas que ellos mismos confeccionaron utilizando un conjunto de piezas móviles especialmente diseñadas para que pudieran armar el juego que querían crear.
“Como equipo les invitamos a desarrollar el juego de rol ‘El parque embrujado’, en el que debían elegir un animal y reconstruir sus guaridas y conexiones con otras guaridas, frente a una potencial amenaza que acechaba en el lugar. Esta actividad les permitió seleccionar y definir con mayor detalle algunos prototipos, así como las características físicas, la materialidad y el emplazamiento que habría de tener la estructura definitiva. En resumen, lo que el proyecto se propuso fue generar una estrategia colaborativa para que los niños y las niñas de los establecimientos y espacios educativos cercanos al parque, con la guía de académicos y estudiantes de la Universidad, pudieran crear un juego a través de una metodología lúdica, abierta e imaginativa hasta ahora única en Chile”, precisó por su parte el profesor Lautaro Ojeda.
Aporte a la comunidad
Esta visión fue refrendada especialmente por las seremis de Vivienda y Urbanismo y de Desarrollo Social y Familia, Belén Paredes y Claudia Espinoza, respectivamente, quienes destacaron la participación de niñas y niños en el proyecto, al tiempo que coincidieron a la hora de afirmar que este refleja y materializa el sentir genuino de la comunidad, como parte de un enfoque trascendental que aspira a fomentar el desarrollo de espacios públicos orientados a la infancia, que capten la esencia de la multiplicidad de prácticas y usos que se generan en ellos y, de paso, promover el juego al aire libre como una instancia deportiva, lúdica, estimulante y principalmente formadora para el encuentro con pares, la crianza y el contacto con la naturaleza.
En tanto el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Gonzalo Lira, valoró el nexo que la propuesta fue capaz de generar entre docentes, estudiantes y vecinos, entre la Universidad y la ciudad de la que forma parte. “Por lo general se asume que el aporte de una universidad debe surgir siempre desde lo académico, y por tanto desde lo abstracto, pero lo cierto es que también una universidad está llamada a contribuir a la sociedad con expresiones concretas y prácticas. Y esta iniciativa es un ejemplo de ello y de cómo un diseño participativo de mobiliario infantil es capaz de impactar y contribuir a la preservación y al mejoramiento de los espacios públicos de una comuna”, argumentó.
Nota: Gonzalo Battocchio / Video: Felipe Olguín / Imágenes de dron gentileza Lautaro Ojeda