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Nueva Ley de Etiquetado: para una elección informada

16 May 2013

El 90 por ciento de las vienesas son “alto en sodio y grasas saturadas y trans”, el salame es “alto en calorías, sodio y grasas saturadas” y al menos un tercio de las hamburguesas que se venden listas para cocinar son “alto en energía, sodio y grasas saturadas”. Sólo el diez por ciento de los pescados y mariscos podrían ser altos en sodio.

Chile vive una situación de alarma en su alimentación. La obesidad infantil ha alcanzado niveles dramáticos. Cerca del 35 por ciento de los niños de primer año básico son obesos o tienen algún grado de sobrepeso. La mala nutrición junto al sedentarismo o escasa actividad física aumenta la posibilidad de desarrollar enfermedades que antes no se presentaban en niños, tales como la diabetes tipo 2 y la hipertensión.

Una tendencia mundial que países como Perú y México han considerado necesario regular, particularmente en el ámbito de la publicidad, dado que la obesidad está altamente asociada a los productos que las industrias publicitan y venden, y en mejorar el etiquetado, con el fin de que el consumidor elija bien informado los productos que lleva a su casa.

Ley Súper 8

La nueva Ley de Etiquetado, también conocida como “Ley Súper 8”, debería entrar en vigencia en junio de este año. Sin embargo, recientemente fue aplazada su aplicación para enero de 2014, de acuerdo a lo señalado en el Ministerio de Salud.

Tal como está indicado en la actual propuesta de modificación del Reglamento Sanitario de Alimentos —y de acuerdo a la oferta que existe hoy en el mercado— más de un 80 por ciento de los productos podrían llevar la advertencia “alto en”, porque sus nutrientes críticos —sal, azúcar, grasa y calorías— exceden el límite permitido contemplado. Cabe aclarar que la norma legal sólo aplica a productos envasados y no a los preparados en el momento.

La directora del Centro de Investigación y Desarrollo de Alimentos Funcionales (Cidaf) de la Universidad de Valparaíso, Mariane Lutz, participará en la XI Jornadas Científicas del Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), como panelista de la mesa redonda “Desafíos de enfermedades ambientales”, con el tema “Alimentación Saludable: nutrientes críticos, etiquetado y publicidad”.

Si bien la académica valoró la iniciativa legal, por cuanto “podría ser un comienzo”, frente a la consulta de si se cumplirá el objetivo considerando que un alto porcentaje de los productos —el ochenta por ciento— llevará el mensaje de advertencia “alto en”, lo que se entenderá como un producto no saludable, reduciendo las opciones de compra de las personas, señaló que “es relativo”, porque una alimentación saludable no tiene que basarse sólo en productos envasados, que no incluyen el agua, las hortalizas, las ensaladas, las frutas frescas y frutos secos, entre otros. “Y entre los productos envasados, depende de qué estemos hablando. Por ejemplo, cuando se analiza la composición de leches enteras y descremadas sin sabor, ninguna tendrá que rotularse en como ‘alto en’ nutrientes críticos, como tampoco los quesillos ni los yogures, pero sí tendrán que hacerlo las leches y yogures que contienen azúcar agregada (‘alto en azúcar’), como también la mitad de los quesos amarillos (‘alto en sodio y/o en grasas saturadas’)”.

Atención con las cecinas

Los fanáticos de los pescados y mariscos envasados no deben preocuparse, ya que sólo un diez por ciento podría llegar a ser “alto en sodio”, aseguró Lutz. El caso de los pollos es parecido. Pero “en otros rubros que siempre hemos sabido que son poco saludables, como las cecinas, los porcentajes de rotulado serán mucho mayores: el 90 por ciento de las vienesas son ‘alto en sodio y grasas saturadas y trans’, el salame es ‘alto en calorías, sodio y grasas saturadas’, al menos un tercio de las hamburguesas que se venden listas para cocinar son ‘alto en energía, sodio y grasas saturadas’. También podremos escoger entre las sopas deshidratadas aquéllas más bajas en sal, que no tendrán el rótulo de ‘alto en sodio’”.

Cambio de hábitos

A la hora del desayuno, advirtió la académica, también es necesario poner atención, puesto que los cereales en muchos casos son “alto en calorías, sodio y/o azúcar”; sin embargo, existen alternativas más saludables y el consumidor las podrá elegir.

“Por cierto, a los niños chilenos no se les enseña a tomar agua, que es lo más sano para beber. Aun así, ninguna bebida sin azúcar tendrá el rotulado ‘alto en azúcar’, así que será muy fácil elegir aquéllas sin la señal en el envase. Lo mismo aplica a jugos y néctares, que están disponibles en sus versiones sin azúcar. En suma, desde luego que se podrá elegir alimentos para lograr una alimentación más saludable, siempre que esto se acompañe de una buena formación de hábitos alimentarios desde la infancia y la industria haga un esfuerzo por implementar tecnologías que reduzcan el contenido de los nutrientes cuyo exceso nos causa daño”.

Mejores elecciones

El espíritu de esta ley, que lleva años de discusión, es proteger la salud de los chilenos, y esa perspectiva es la que no se debe perder de vista. Por esta razón, para Mariane Lutz podría ser un comienzo, porque “nuestro problema de alta prevalencia de enfermedades asociadas a una alimentación inadecuada es muy relevante, la obesidad infantil ha alcanzado niveles dramáticos. La ley comentada naturalmente no va a solucionar esta situación, pero puede contribuir en alguna medida a que las personas vayan adquiriendo mayor conciencia de lo que están haciendo con su salud y la de su familia. Sin embargo, como sociedad necesitamos mucho más que eso: necesitamos que todo nuestro entorno nos ayude y facilite poder hacer mejores elecciones para vivir mejor, con políticas públicas que apunten a este gran logro”, concluyó.