Skip to main content

Gerópolis UV: diez años, diez reflexiones

22 agosto 2025

Viviana García, directora ejecutiva del centro desde sus inicios, en 2015, repasa su trayectoria tras una década de existencia.

El 25 de mayo pasado el Centro Gerópolis UV completó una década de vida. La fecha alude al día en que se hizo la presentación oficial del proyecto enmarcado en el Plan de Mejoramiento Institucional 1401, cuyos fondos, provenientes del Ministerio de Educación, habían sido adjudicados en 2014.

Viviana García, directora ejecutiva del centro desde entonces, aborda a través de diez conceptos —uno por cada año de existencia— el trabajo que se ha realizado desde 2015 a la fecha.

Los orígenes

“Para el incendio de Valparaíso en abril de 2014 yo estaba como encargada de Vinculación con el Medio de la Facultad de Medicina; estuvimos trabajando, en el caso particular de esta Facultad, a través del Centro Comunitario de San Roque en la vinculación con la Oficina Comunal de las Personas Mayores de Valparaíso, y ahí coordinamos los apoyos. Estaba la Escuela de Medicina, con Aníbal Vivaceta, trabajando en la georreferenciación de los espacios del incendio, identificando situaciones que eran de riesgo, y había otras iniciativas. En ese tiempo estaba en la Facultad la Escuela de Psicología, que también estaba realizando actividades, y estuvimos hartos días enfocados solo en eso”.

“En un momento, la Universidad lo que quiso fue recoger las experiencias que se estaban desarrollando en las diferentes Facultades. Para eso convocaron a los académicos que estaban a cargo y nos hablaron de la posibilidad de mantener este trabajo a través del tiempo, postulando a unos fondos externos que nos permitieran contar con recursos para coordinar todas estas intervenciones. Fuimos identificando cuáles eran las temáticas que se podía abordar y fuimos decantando este grupo a lo largo de los días y de las semanas. Y descubrimos un tema transversal: lo que nos convocaba era el tema de las personas mayores, especialmente porque la Facultad de Medicina estaba teniendo esa experiencia de trabajo”.

“Estuvimos en unas reuniones en Santiago, en el Ministerio de Educación. Junto a Lautaro Ojeda nos tocó presentar esta iniciativa para recibir retroalimentación desde el Ministerio y a ellos les pareció interesante que trabajáramos esta temática. Y, bueno, después se adjudicó el proyecto. Como era un convenio de desempeño, nos pidieron hacer algunos cambios para poder firmar el contrato. Entre esos cambios estaba aumentar la cantidad de personas que iban a ser beneficiadas o participantes de la iniciativa, cambiar la dirección del proyecto a alguien que tuviera experiencia en el trabajo con personas mayores y que tuviera formación, y yo era la única que la tenía de este equipo, que además estaba conformado solo por hombres aparte mío. Era la que tenía formación en gerontogeriatría, así que el rector definió que fuese yo la responsable”.

“Al año siguiente, en 2015, iniciamos la implementación del proyecto. Los fondos que se había adjudicado la Universidad eran fondos regionales del Mecesup en el caso de nuestro proyecto. Era la primera vez que se postulaba, por lo menos dentro de la Universidad, a fondos específicamente para acciones de vinculación. Si bien el proyecto PMI 1401 tenía un componente de investigación —para favorecer la investigación interdisciplinaria— y otro componente en el tema de la formación, nuestro foco era la vinculación con el medio, y desde esa relación con el entorno nos enriquecíamos para hacer la investigación interdisciplinaria y también para fortalecer los procesos docentes o los procesos formativos de los estudiantes”.

La asociatividad

“Estuvo desde el comienzo, existía desde antes el trabajo que teníamos en relación con las personas mayores. La experiencia que se tenía particularmente en la Facultad de Medicina estaba ya vinculada al trabajo asociativo con la Oficina Comunal de Personas Mayores, con el municipio de Valparaíso en general. Ahí teníamos una súper buena relación con la alcaldía de ese tiempo, con la alcaldía de Jorge Castro. Habíamos partido con las escuelas de verano y ya llevábamos cuatro o cinco años realizándola. Teníamos también una experiencia de trabajo colaborativo con la Caja de Compensación Los Andes y con el programa Adulto Mayor de la Universidad Católica, que ellos lideraron con unos fondos que se habían adjudicado antes. Existían unas mesas regionales de trabajo y, finalmente, el Consejo Ejecutivo Mixto de Gerópolis es un poco en lo que se transformaron estas mesas regionales, en las que había presencia de la sociedad civil, presencia de las instituciones públicas y privadas y de la academia”.

“Eso lo hicimos convencidos siempre de que el trabajo asociativo tiene mucho más impacto, especialmente en el trabajo con las personas mayores. La experiencia que existe todavía es que hay muchas instituciones que trabajan de manera aislada y que finalmente encontramos que trabajamos con el mismo público de interés. De hecho, yo creo que el 99 por ciento de las iniciativas del Centro Gerópolis son realizadas de manera asociativa, siempre vinculadas internamente con unidades académicas, con centros, con direcciones de la Universidad, y con instituciones externas, organizaciones de personas mayores o instituciones públicas y privadas”.

El ámbito formativo

“Yo creo que hay dos puntos ahí. Uno es que hemos buscado siempre dar un sustento teórico a las iniciativas o a las acciones que desarrollamos. O sea, todo tiene su sentido, su justificación. La adjudicación de los fondos del convenio de desempeño que nos ha permitido funcionar todos estos años ha sido también orientadora desde el punto de vista de hacia dónde están enfocadas nuestras iniciativas. La orientación tiene que ver con el género, especialmente en las mujeres mayores, y la mirada territorial, con el aislamiento y la soledad. Entonces gran parte del trabajo está obedeciendo a eso, hay un constructo detrás”.

“Estamos buscando impactar también en esos indicadores que no siempre son tan favorables en una región que es envejecida, pero que además tiene rostro de mujer, porque sabemos que a medida que el país envejece también tenemos una mayor proporción de mujeres versus hombres, con todas las condiciones que las mujeres enfrentan a lo largo de su vida y especialmente en esta etapa de la vida. Y luego está también cómo orientamos las iniciativas, porque si bien son muchas actividades de vinculación con las personas mayores, también buscamos tener actividades de carácter más formativo desde el punto de vista teórico, tanto para las personas, para contribuir a su empoderamiento, como también para las y los profesionales y las y los estudiantes que se están formando, para reforzar las competencias y los conocimientos que puedan tener esas esas personas”.

Mirada integral de las personas mayores

“Nuestro objetivo final es contribuir a que las personas vivan mejor esta etapa de la vida, y cuando hablamos de eso hablamos de salud, de la más amplia definición de salud. Como la vejez es una etapa súper heterogénea, a la vez que las personas también son súper heterogéneas —porque pasa mucho tiempo de su vida y porque los intereses van cambiando a lo largo del tiempo—, lo que buscamos con nuestro trabajo es mirar a la persona de manera integral, pero también integradora, reuniendo todas las áreas que se cruzan y que pudiesen influir en esa persona mayor”.

“No es tan fácil, pero creo que Gerópolis ha podido avanzar en eso y tenemos experiencias exitosas. A lo largo de la historia hemos tenido muchas definiciones de envejecimiento y siempre son como ‘envejecimiento activo’, ‘envejecimiento digno’, ‘envejecimiento participativo’ y no sé qué, y ahora estamos en la Década del Envejecimiento Saludable. La Organización Mundial de la Salud definió lo que es saludable, que no es ausencia de enfermedad, sino más bien la posibilidad de que las personas hagan lo que tiene sentido para sus vidas. Y ahí es donde nosotros estamos enfocados ahora: en contribuir a que esas personas hagan lo que tiene sentido, más allá de tener limitaciones a nivel físico o de otro tipo, o cómo hacemos que las barreras internas y externas que existen disminuyan, para que las personas puedan hacer lo que tiene valor para ellos y que es súper diverso. Hay gente que quiere tener acceso a la cultura, y por eso nos preocupamos harto de tener oportunidades culturales. Hay otros que quieren aprender, que quieren hacer actividades o realizar iniciativas que antes por trabajo, por las responsabilidades, no pudieran hacer”.

Centro de referencia

“Son diez años de trayectoria, diez años en que hemos generado confianza y hemos generado vínculos muy poderosos con las personas mayores. Y nos preocupamos de mantener esos estándares, y cada vez que alguien se acerca a nosotros y nos pide trabajar juntos y acercarse también a las personas mayores, nosotros nos preocupamos de hacer una inducción, de compartir esta mirada que tenemos de trabajar centrados en la persona, desde el enfoque de derechos, en una relación no instrumentalizada. Porque sabemos que el extractivismo, especialmente desde las unidades, desde las instituciones de educación superior y de la investigación, es potente, pues muchas veces se vinculan con la comunidad como objetos de estudio y no como sujetos que son activos, que pueden contribuir”.

“Creo que también esta visibilización ha sido posible gracias a las relaciones que hemos desarrollado con instituciones y organismos nacionales e internacionales y obedece, obviamente, al trabajo, porque me imagino que esos organismos tampoco se hubiesen vinculado con nosotros si no vieran que tratamos de hacer una un trabajo serio y comprometido en cada uno de los ámbitos. El convenio de desempeño cuando nos lo adjudicamos decía que era un modelo replicable, o sea, lo que buscaba era que probáramos esta experiencia de vinculación con estos ejes de trabajo y que también nos comprometiéramos a compartir la experiencia con las otras instituciones. Y lo hicimos: fuimos a diferentes universidades a contar lo que estamos trabajando, sabemos que otras universidades tomaron nuestra experiencia —no con el mismo nivel de desarrollo que tenemos nosotros ahora, pero sí fueron trabajando también— y, con toda modestia, creo que hemos iluminado a otros en el camino del trabajo con las personas mayores, porque ya sabemos qué cosas funcionan en esa interacción y qué cosas no”.

La tecnología

“Hay dos ámbitos de la tecnología en los que pensamos. Uno tiene que ver en cómo contribuimos a este buen envejecer de las personas, a que puedan hacer lo que tiene sentido en su vida y contribuyendo a una mejor condición de salud. Eso trabajando con los centros de salud, principalmente, y ahí está Sistam. También está el tema de las tecnologías, cómo desarrollamos tecnología a bajo costo para que las personas puedan estar en su casa, en los lugares que visitan, estando seguros. Por otro lado, contribuimos también con formación en el uso de herramientas tecnológicas, principalmente los teléfonos inteligentes, porque eso favorece la participación y la conectividad de las personas mayores, ayudando a eliminar el aislamiento y la soledad”.

“En el caso de Sistam, nuestro foco principal ha sido trabajar con las instituciones de salud para hacer que mejore su gestión en salud, de tal manera que eso también influya en la atención y en la vinculación con las personas mayores, que son uno de sus principales usuarios, porque el ochenta por ciento de las personas mayores se atienden en los centros de salud y consumen alrededor del setenta por ciento de los recursos. Se ha constituido en una herramienta que ha sido poderosa para mejorar la gestión en salud, especialmente en lo que se refiere a la atención de los usuarios, a la comunicación de los centros de salud con las personas, lo que permite hacer una gestión más inteligente o más rápida, en la asignación de citas o la cancelación de citas, en algunos casos también hemos contribuido con mensajería de autocuidado para esas personas. Y algo que ha sido súper relevante es cómo hemos ayudado a la disminución de las filas en los centros de salud con los que estamos trabajando con Sistam”.

El trabajo junto a la OMS

“Haber sido designados como centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud reconoce el trabajo sostenido a lo largo del tiempo. Cuando nosotros postulamos para ser centro colaborador ya llevábamos cinco años de trabajo con las personas mayores y se reconocía también nuestra experiencia. Había sido un trabajo sostenido con institucionalidad pública y con las organizaciones nacionales e internacionales y, en ese sentido, también nos entrega mayor visibilidad, pero sobre todo la posibilidad de trabajar colaborativamente en temáticas que son de interés para la OMS”.

“Como centro colaborador contribuimos en las acciones que ellos no tienen capacidad de desarrollar, porque su capacidad tanto de recursos humanos como financiera es limitada. Somos centro colaborador en el área de Ecosistemas Amigables con las Edades y particularmente nos pidieron la colaboración para identificar iniciativas que tuvieran que ver con comunidades amigables y viviendas amigables con las personas mayores, reconociendo experiencias a nivel de Latinoamérica y experiencias en países de renta media y baja —que no es la condición de Chile, hay que decirlo— en los que se hubiesen hecho adaptaciones de las viviendas o adaptaciones del entorno más inmediato de las personas para hacerlos más amigables”.

“Este es nuestro tercer año de cooperación y esperamos renovar este acuerdo. Somos el único centro colaborador de este lado del del continente en lo que se refiere al trabajo con las personas mayores”.

Los desafíos futuros

“Un desafío siempre va a ser contar con recursos para aumentar el alcance de nuestras iniciativas y nuestras acciones. Nos pasa muchísimo que —no solo ellos, cito como ejemplo— en el campus San Felipe nos dicen: ‘Cuándo van a venir al valle del Aconcagua’, y hemos desarrollado iniciativas, pero claramente la capacidad del equipo es súper limitada y necesitamos tener equipo para poder trabajar junto con los académicos del Campus, y así también en Santiago y en otros espacios”.

“El otro desafío es transformarnos. El Centro Gerópolis se ha instalado en estos diez años y hay un reconocimiento de la innovación basada en la comunidad, pero hay que lograr que tenga un rol mucho más protagónico, especialmente en la comunidad de las personas mayores. Y también cómo hacemos cada vez más institucional esta mirada hacia el envejecimiento y la vejez; cómo lo transformamos, por ejemplo, en una política de la Universidad de Valparaíso, cómo nos transformamos en la universidad amigable con las personas mayores, tener esta política de envejecimiento que signifique que la Universidad se preocupa de su propia comunidad, de funcionarios y académicos, con un acompañamiento en la jubilación, por ejemplo”.

La interdisciplinariedad

“A veces la interdisciplina es bastante forzada y creo que tampoco fue tan fácil en Gerópolis. Si bien teníamos algunas experiencias, cuando conformamos el plan de mejoramiento institucional, hace diez años, yo creo que no alcanzamos a dimensionar el impacto que iba a tener el trabajo de la interdisciplina”.

“En ese sentido, yo creo que ahora nos sale natural, o sea, vemos un tema y es mucho más fácil tener esta mirada integradora, como decía antes, para el abordaje”.

Enfoque intergeneracional

“Cuando definimos los ejes de trabajo, queríamos contribuir en fortalecer los procesos formativos de los estudiantes de pre y postgrado, para sensibilizarlos, al menos, en lo que fueran las temáticas de envejecimiento y vejez, y con eso cambiar la mirada que tienen las personas de diferentes edades. Está comprobado que las iniciativas intergeneracionales son las que tienen menor costo y tienen mayor impacto para erradicar los edadismos o las discriminaciones por edad, por eso es tan importante generarlas”.

“Existen diferentes niveles de intergeneracionalidad, desde reunir a personas en un mismo espacio hasta lograr vincular a esas personas para que trabajen de manera colaborativa. O sea, esto también va escalando. Y en el caso de Gerópolis tenemos iniciativas intergeneracionales, y en estos diferentes niveles reunimos a personas de diferentes edades, y también tenemos una experiencia súper enriquecedora en el desarrollo de proyectos intergeneracionales. Nos encontramos con personas de otras edades que son súper discriminadores hacia la vejez, pero también nos encontramos con personas mayores que tienen sus aprehensiones y tienen muchas dificultades para vincularse con personas de otras edades. Entonces, si bien para nosotros como centro la ganancia es especialmente ir erradicando las discriminaciones por ser mayor, también sabemos que ha impactado al revés, o sea, las personas mayores han cambiado su mirada respecto a los jóvenes cuando se han encontrado en estos espacios”.

Nota: Juan Pablo Salas / Foto: Matías Salazar