Skip to main content

Arpilleras diseñadas y confeccionadas por estudiantes de Educación Parvularia son exhibidas en la biblioteca del Campus de la Salud

15 mayo 2025

La muestra de arte textil da cuenta de diferentes temas, anhelos y propuestas vinculadas a realidades locales, nacionales y globales, y surgió como parte de las actividades y talleres que considera una asignatura de primer año de esa carrera.

Diez coloridas arpilleras que fueron diseñadas y confeccionadas por estudiantes de primer año de la carrera de Educación Parvularia de la Universidad de Valparaíso, están siendo exhibidas en la biblioteca del Campus de la Salud UV de Reñaca.

Las creaciones artísticas dan cuenta de diferentes temas, anhelos, situaciones y propuestas vinculadas a realidades locales, nacionales y globales, y surgieron como parte de las actividades y talleres que considera la asignatura de Sensibilidad, Creatividad y Lenguajes Expresivos que imparte dicho programa de pregrado.

Según explicó la jefa de la carrera, Patricia Herrera, quien junto a la profesora Maciel Morales dicta la asignatura, el propósito de esta iniciativa es desarrollar en las estudiantes la capacidad analítica y el sentido de responsabilidad frente al entorno, mediante el acercamiento a problemas presentes en la sociedad, a fin de que se hagan cargo de ellos y aporten a un mejor vivir de las personas y las comunidades.

“La idea es que ellas, a partir de temas que las conmuevan o sensibilicen, reflexionen, conversen y creen una propuesta artística, desde su rol como estudiantes universitarias y futuras profesionales de la disciplina”, sostuvo la profesora Herrera.

Este año, el objeto escogido para expresar esas capacidades fue la arpillera, pieza de textil grueso y áspero, cuyas dimensiones fueron establecidas previamente, sobre la que las estudiantes debieron bordar o estampar motivos empleando exclusivamente materiales reutilizados y sostenibles.

“El año pasado, las alumnas que cursaron esta misma asignatura elaboraron mosaicos, los que posteriormente fueron instalados en la Pérgola del Bienestar del Campus de la Salud de Reñaca. Es decir, el elemento de representación escogido varía, dependiendo de lo que se busque expresar”, argumentó la jefa de la carrera de Educación Parvularia de la UV.

Significados y materialidad

Previo a la elaboración de sus propias arpilleras, las estudiantes visitaron una exposición sobre este tipo de manifestaciones artísticas que fue montada en el Parque Cultural de Valparaíso, en la que pudieron apreciar las creaciones de mujeres pertenecientes a diferentes agrupaciones.

Allí observaron y conocieron en detalle este tipo de obras y conversaron con sus autoras, lo que les sirvió de base para su cometido, el que afrontaron divididas en grupos. Cada uno de ellos debió diseñar y confeccionar sus propuestas empleando retazos de tela, algodón, lana, pañolenci y una variedad de hilos de colores.

De este ejercicio surgieron diez muestras de arte textil, que en su mayoría refieren a temas o situaciones sociales que, a decir de ellas mismas, les preocupan y conmueven como futuras educadoras y ciudadanas comprometidas, y que a través de su materialidad —conformada por texturas singulares y colores vibrantes— buscan comunicar emociones y transmitir un mensaje de esperanza y empoderamiento, con miras a promover el desarrollo de una sociedad más justa, solidaria e inclusiva.

Cada grupo de estudiantes elaboró su arpillera, definiendo para ella un título y un significado preciso, como se describe a continuación:

Sin agua, sin voz.  Arpillera inspirada en el desigualdad del acceso al agua que existe en ciertas zonas de Chile y que afecta a diversas comunidades. Sus autoras son Krishna Araya, Karen Baeza, Monserrat Martínez, Antonia Aguilera, Sofhia Silva y Paloma Becerra, quienes a través de ella buscan realizar “una denuncia silenciosa pero poderosa sobre cómo un derecho básico ha sido convertido en mercancía, dejando a una gran parte del pueblo sin voz frente a un sistema que prioriza el lucro por sobre la dignidad humana”.

La inclusión nos une. Creación que representa una escena en una escuela, donde niños y niñas de diferentes capacidades, culturas y formas de comunicarse comparten un mismo espacio en igualdad. Sus autoras son Valentina Durán, Dasly González, Anais Soto, Javiera Montecino, Lissette Díaz y Emilia Valdés, quienes utilizaron colores alegres para transmitir armonía, alegría y esperanza. “Añadimos detalles como botones, hilos y lanas para simbolizar las múltiples formas de vida y experiencias que habitan en una comunidad diversa”.

Infancias libres y protegidas. Esta arpillera da cuenta de la importancia de proteger los derechos de niños y niñas, garantizándoles un entorno libre, seguro y lleno de amor para su desarrollo. Al centro de la obra se visualiza un árbol “que simboliza el cuidado, la seguridad y el acompañamiento que toda infancia necesita, asegurándole un crecimiento sano y protegido”, argumentan sus autoras, las estudiantes Agnella Gómez, Victoria Quiroz, Gabriela Vicuña, María José Inostroza, Vania Cárdenas y Natali Chazarreta.

Esta tierra es la mía. El eje central de esta arpillera es la araucaria, árbol autóctono de la zona de la Araucanía, y mediante el cual Uxue Gamine, Maier Blanco, Nahia Sáez, Victoria Figueroa y Estefanía Escobar, sus autoras, buscan “denunciar la deforestación provocada por las empresas madereras, las cuales afectan gravemente el ecosistema y oprimen a comunidades originarias, como el pueblo mapuche, y transmitir el dolor de una naturaleza herida y la lucha de quienes la defienden”.

Todos y todas somos uno. Esta obra pretende reflejar la unión y los lazos que conectan a las personas en cuanto seres humanos, a pesar de sus diferencias. “Creemos que la diversidad no nos separa, sino que nos enriquece, y que a través del respeto mutuo, el diálogo y la colaboración podemos construir una sociedad más fuerte, empática y justa”, sostienen sus autoras, las estudiantes Hade Galarreta, Sofía Díaz, Andrea Gutiérrez, María Soledad Gálvez, Agustina Cisternas y Constanza Palma.

Sueños. Como representación de un relato sobre la historia de una familia compuesta por una madre, su hija y su nieta que migran desde una isla lejana en busca de mejores oportunidades, esta arpillera es “una invitación a mirar la migración desde una perspectiva humana y esperanzadora, y como una oportunidad de enriquecimiento social y cultural destinada a promover una convivencia basada en la empatía y el respeto”, plantean Steffany Saravia, Karol Muñoz, Constanza Macchiavello, Javiera Silva y Catalina Villa, sus creadoras.

Trabajando en mí misma. Esta arpillera transmite la importancia del bienestar emocional, el autocuidado y el fortalecimiento de la autoestima. Según sus autoras, las estudiantes Valentina Fernández, Antonia Ferreira, Génesis Ramírez, Ashly Gallardo, Martina Zamorano y Constanza Orrego, esta alude a sus propios sentimientos, “como flores que brotan desde el interior, simbolizando el proceso de crecimiento personal y sanación” y que invitan “a reflexionar sobre la salud mental como un aspecto esencial de la vida”.

Crea y destruye. Trabajada para expresar la contradicción que puede existir en el ser humano al momento de enfrentar la desprotección de los recursos naturales, esta arpillera toma como base los incendios forestales ocurridos en Chile. “Con esto queremos reflejar la inconsciencia del ser humano y, también, la capacidad que tienen muchas personas de luchar para proteger la naturaleza”, aseguran sus autoras: Constanza Herrera, Constanza Ramírez, Martina Pinto, Lady Céspedes, Montserrat Cortés y María Fernanda Hernández.

Balance de la vida. La imagen central de esta arpillera es una balanza, símbolo de la igualdad y equidad de la justicia social. En ella aparecen algunas personas con características diferentes sosteniendo el plato más bajo, mientras que gente con privilegios se ubica dentro del plato más alto. “La justicia social es el principio que busca la igualdad de derechos y oportunidades para todos”, afirman sus autoras, Katalina Pacheco, Mia Moyano, Isabella Turconi, Florencia Castillo, Alexia Rivera y Belén Fernández.

Colores del alma. Esta creación narra la historia de Liam, alguien que vive en un pequeño pueblo donde siente que no encaja. A Liam le gustan las mariposas, las flores, el fútbol, los vestidos y subir los cerros de su pueblo. Matilda Araya, Sofía Pérez, Antonella Manetti, Xiomara Fernández, Sophia Fernández, Martina Alfaro y Polette Fuentes, sus autoras, revelan que en esta arpillera “cada color y forma es un manera de expresar que todos y todas tenemos derecho de ser quienes somos”.

Nota: Gonzalo Battocchio