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Con entrega de Medalla UV a Haroldo Brito y charla magistral de Daniela Marzi, Facultad de Derecho UV inauguró año académico

29 abril 2025

Expresidente de la Excelentísima Corte Suprema y destacado exalumno de la casa de estudios recibió la Medalla Universidad de Valparaíso de parte el rector Osvaldo Corrales.

En una solemne ceremonia llevada a cabo en dependencias de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Valparaíso, la Facultad de Derecho de la Universidad de Valparaíso llevo a cabo su actividad de inauguración oficial del año académico y recepción de los estudiantes de primer año 2025, ocasión en que se hizo entrega de la Medalla UV al exalumno y expresidente de la Excelentísima Corte Suprema, Haroldo Brito, y además se ofreció la clase magistral “Tribunales y legitimidad democrática”, a cargo de la también exalumna y actual presidenta del Tribunal Constitucional, Daniela Marzi.

La actividad fue encabezada por el rector de la Universidad de Valparaíso, Osvaldo Corrales, y en ella participaron la secretaria general de la UV, Nicole Selamé; el decano de la Facultad de Derecho, Ricardo Saavedra; la vicedecana de la Facultad de Derecho, Marcela Aedo; la directora de la Escuela de Derecho, Inés Robles; el jefe de carrera de la Escuela de Derecho, Matías Rodríguez; el presidente de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Valparaíso, Vicente Hormazábal; ministros y ministras de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia, ministros y ministras del Tribunal Constitucional de Chile, ministros y ministras de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Valparaíso y de otros tribunales nacionales, ministros y ministras de distintos juzgados del país, y expresidentes y exministros de la Excelentísima Corte Suprema, la exfiscala judicial de la Corte Suprema, Lya Cabello, junto a autoridades regionales, vicerrectores y vicerrectoras de la UV, decanos y decanas de la UV, profesores y profesoras, estudiantes e invitados especiales.

Nuevos proyectos y reflexiones

El decano Ricardo Saavedra entregó las palabras de bienvenida en la ceremonia, indicando al inicio sus agradecimientos a la Corte de Apelaciones de Valparaíso —en la figura de su presidente, Vicente Hormazábal— por acoger el evento en sus dependencias, toda vez que el Aula Magna de la unidad académica se encuentra sometida a un proyecto de mejoras estructurales.

Junto con ello, señaló que “estamos iniciando un nuevo año académico, lo que significa no solo un tiempo para emprender nuevos proyectos, sino también reflexionar sobre ciertos tópicos acuciantes de nuestra actualidad, lo que da la oportunidad también para preguntarnos si nuestro proyecto educativo está respondiendo adecuadamente a los requerimientos que la sociedad hoy nos plantea. Se trata de una pregunta complicada, pero ineludible”.

“La mayoría coincidiríamos en que los últimos meses no han sido precisamente los mejores para nuestra actividad profesional, especialmente desde el punto de vista de la imagen que la sociedad construye acerca de la forma en que esta se desenvuelve, sobre todo en las esferas más relevantes de la actividad del Estado. Escándalos de todo tipo han ensombrecido nuestro ánimo en los últimos tiempos, agobiando con sucesivas noticias sobre corrupción, tráfico de influencias u otros delitos, los que se han sucedido formando un verdadero tsunami que ha golpeado nuestras más preciadas instituciones y nuestras conciencias”, añadió.

“Como Facultad y Escuela de Derecho tomamos nota del fenómeno y pensamos que como institución dedicada al cultivo del saber jurídico, ese saber sobre las reglas, podemos y debemos realizar nuestro aporte en la formación de los nuevos profesionales jurídicos que la sociedad requiere. Esta responsabilidad se impone por nuestra historia más que centenaria, la que nos obliga a redoblar nuestra fidelidad con el sello educativo de esta casa de estudios, precedido por una tradición de rigor en la formación académica de nuestros estudiantes, tanto en lo teórico como en lo ético, dimensiones que en este contexto no pueden estar disociadas”, puntualizó.

En esta línea, indicó que “nuestra institución tiene un compromiso ineludible con una formación profesional de calidad, y precisamente estamos en estos momentos en pleno proceso de revalidar nuestra certificación/acreditación, pero sabemos, también, que los cambios en nuestra sociedad nos obligan a revisar constantemente la eficacia de nuestro proyecto educativo. Nuestra convicción también es la de acercar la educación pública y de calidad a un número mayor de estudiantes, los cuales puedan ver en nuestra institución un espacio donde desarrollar sus aspiraciones académicas, por lo que hemos respondido al llamamiento de nuestro rector de aumentar nuestros cupos de primer año. Esta pretensión de crecimiento y de no perder significancia en el tejido social que constituye nuestro medio, también supone cuidar nuestra institución como una genuina expresión de lo público, un lugar donde efectivamente se produzca el encuentro y el intercambio intelectual desde las distintas perspectivas y posiciones doctrinales, todo ello en un ambiente en que predomine, por sobre todo, el respeto y la deferencia por el otro, pese a las distancias que puedan plantearse en lo ideológico”.

Con la justicia y la dignidad

Posteriormente se dio paso a uno de los hitos de la ceremonia de inauguración de año académico de la Facultad de Derecho, correspondiente a la entrega de la Medalla Universidad de Valparaíso al destacado exalumno de la unidad académica y expresidente de la Excelentísima Corte Suprema, Haroldo Brito.

Cabe destacar que la Medalla UV es una distinción creada por el decreto exento N° 5804 del 1 de diciembre de 2011, y está destinada a reconocer el trabajo, la obra y/o la contribución que han realizado al desarrollo intelectual o cultural de la humanidad, personas nacionales o extranjeras, la que podrá otorgarse incluso de modo póstumo.

La encargada de exponer los méritos del homenajeado fue Karinna Fernández, exalumna de la UV y abogada defensora de Derechos Humanos, quien detalló que “a lo largo de su ilustre carrera, que abarca 50 años, don Haroldo Brito ha demostrado un profundo y constante compromiso con la justicia y la dignidad humana. Su trayectoria, marcada por una sólida formación jurídica, un firme compromiso gremial y una vasta experiencia judicial, es un elocuente testimonio de su dedicación al estado de Derecho, personificando la figura del verdadero funcionario de Estado”.

“Desde sus inicios como juez de Letras de Los Andes hasta su destacada labor como ministro y presidente de la Corte Suprema y presidente del Tribunal Calificador de Elecciones, don Haroldo ha ejercido sus funciones con integridad, sabiduría y valentía. Su paso por diversos juzgados y cortes, incluyendo el Quinto Juzgado del Crimen de Valparaíso, el Segundo Juzgado del Crimen de Santiago y la Corte de Apelaciones de Santiago, refleja su profundo conocimiento del sistema judicial y su capacidad para enfrentar los desafíos más complejos en épocas especialmente difíciles para la democracia y los Derechos Humanos”, añadió.

“Su formación en Derecho Internacional de los Derechos Humanos en la Academia de Derecho Internacional de la Haya, así como en Gobierno Judicial y Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante, fortaleció su ya vanguardista perspectiva global de los estándares internacionales. En este punto, es fundamental destacar su profundo compromiso con los Derechos Humanos. Don Haroldo comprendió que la justicia no se limita a la mera aplicación de la ley, sino que implica un respeto escrupuloso por los derechos fundamentales, que, lejos de todo discurso, requiere de acciones concretas. Su compromiso jurídico con la obligación de investigar y sancionar las graves violaciones de Derechos Humanos quedó plasmado en numerosas causas”, puntualizó.

Destacó asimismo que “don Haroldo ha sido, además, un destacado académico y formador de nuevas generaciones de juristas. En este punto, su rol como creador y director del Instituto de Estudios Judiciales Hernán Correa de la Cerda es invaluable. También fue profesor y consejero de la Academia Judicial, y profesor de Derecho Procesal en la Universidad Central y en la Universidad de Talca, compromisos que revelan su profunda pasión por la educación jurídica. Al mismo tiempo, siempre impulsó reformas judiciales que demandaban el reencuentro con las formas democráticas. En resumen, es un ejemplo a seguir para todos los que creemos en la justicia y en la defensa de los Derechos Humanos”.

“Sin lugar a dudas, su legado perdurará en el trabajo de quienes tuvimos el privilegio de conocerlo, de trabajar con él, o, en mi caso, de alegar frente a él. Confío en que la lealtad con que guiemos nuestros pasos, rindiendo homenaje a su labor y compromiso con el Estado de Derecho, consolide la esperanza de que contribuyamos a construir un país más justo y equitativo”, cerró.

Luego Nicole Selamé, secretaria general de la Universidad de Valparaíso, dio lectura de la resolución que concede la Medalla UV a Haroldo Brito, para finalmente ser esta entregada por el rector Osvaldo Corrales.

“Tribunales y legitimidad democrática”

Al inicio de su intervención, la presidenta del Tribunal Constitucional de Chile y profesora de la UV, Daniela Marzi, aseguró que “preparar estas palabras ha sido un placer, porque he vuelto a encontrar en mi memoria y en mis lecturas, a nuestro amigo y maestro en común con el ministro Brito, el profesor de Derecho penal Manuel de Rivacoba y Rivacoba, quien dijera que en ocasiones como la de hoy, ‘el primer sentimiento que surge , junto con la gratitud, es el recuerdo y reconocimiento para cuantos nos han nutrido con su ejemplo, sus enseñanzas o su apoyo, gracias a los cuales se viven momentos como estos y de quienes me considero seguidor’”.

“Sin embargo, un componente muy principal de la inauguración del año académico es que se le está hablando a los jóvenes, quienes están en el período de la vida en que reciben su primera formación en el Derecho, por lo que antes de entrar al tema comprometido, apuntaré algunos asuntos más”, señaló la académica, destacando importantes puntos, como la historia y excelencia de la Universidad de Valparaíso, lo simbólico de realizar la actividad en la Corte de Apelaciones de Valparaíso y la necesidad de desarrollar el pensamiento crítico a lo largo de los estudios y carrera profesional.

Posteriormente, explicó que “ante todo y considerando las múltiples causas de la cuestión, pareciera pertinente volver al principio y recordar la lección referida a la separación de poderes y las categorías instrumentales a ella, como la independencia y la imparcialidad de quien debe juzgar, en tanto medios para garantizar los derechos de quienes acceden a la justicia. El hecho de existir las diferentes funciones del Estado, y aun el de existir los relativamente correspondientes funcionarios para su cumplimiento, no era ni podía ser nuevo en el siglo dieciocho; hasta cierto punto, no es sino una consecuencia de la división del trabajo. Lo nuevo es, entonces, concebir y ordenar racionalmente la organización del Estado, basándose para ello en sus diversas funciones, como método y supuesto de un objetivo prefijado: garantizar la libertad individual”.

“Preguntémonos ahora, ¿qué es un juez independiente e imparcial? En palabras de Atienza es ‘el juez que aplica el Derecho (actúa conforme al deber, en correspondencia con el deber, su conducta se adapta a lo prescrito) y que lo hace por las razones que el Derecho le suministra’ (motivado, movido por el deber). Por decirlo de manera breve, en el ideal del Estado de Derecho de un juez independiente e imparcial hay algo semejante a la exigencia kantiana para la conducta moral, pero referido al marco institucional del Derecho: que la explicación y justificación de la conducta (en nuestro caso, la decisión) coincidan. El ideal de un juez independiente e imparcial designa a un juez que no tiene más motivos para decidir que el cumplimiento del deber. (…). Así pues, la independencia (el deber de independencia) y la imparcialidad (el deber de imparcialidad) responden al mismo tipo de exigencias: tratan de proteger el derecho de los ciudadanos a ser juzgados desde el Derecho (legalidad de la decisión) y tratan de preservar la credibilidad de las decisiones y las razones jurídicas. Y para ello pretenden controlar los móviles (los motivos) por los cuales el juez decide’”, destacó.

En esta misma línea, indicó que “en que quienes juzgan tengan su compromiso puesto en el Derecho, un amplio campo de batalla argumentativo que no es ajeno a la política, a la filosofía o a la moral pero que no es idéntico a ninguna de estas dimensiones, se juega la legitimidad de los tribunales. Que las instituciones funcionen en el marco de sus competencias pero ejerciendo sus competencias, también las pone a la altura de sus compromisos con la democracia, y en que un juez o jueza no se deje seducir por la idea del poder, no tanto que debe sino que puede controlar y producir efectos en la política contingente, lo salva de hacer un ejercicio de su magisterio de pacotilla, en que se dará de lleno con que su capacidad está limitada por su competencia y que fuera de eso sólo se vuelve un siervo de varios patrones”.

“Finalmente, estando entre colegas, comparto una última reflexión a propósito de un término al que se alude intensamente y a todo nivel: la ética. Esta probablemente no es algo que se enseñe en aula, ni que se imponga por un Código o protocolización, sino que se aprende socialmente, se asimila de la experiencia social. Si la sociedad premia por sobre todo al rico, al astuto, al partícipe de redes y conexiones, se cuenta un cuento a sí misma cuando dice descubrir con indignación que está dominada por tales sujetos: ayer exitosos, hoy parias, parece una conducta inconsistente, poco creíble. Quizá debiéramos pensar de nuevo qué entendemos por éxito en la profesión; por eso hoy nuevamente agradezco poder hablar el día en que se reconoce a Haroldo Brito, en compañía de todos quienes han decidido venir hoy aquí. Cierro con las palabras que dejara por escrito su maestro al curso del ministro Brito, en que dijo que él sabía que ya no iba a derribar a reyes moros, pero estaba seguro de haber formado a quienes sí lo harían. Hoy ya sabemos que eso se cumplió. Y por eso me parece que es un gran día para todos estos temas que hemos decidido hablar, porque hemos elegido muy bien a quién de los nuestros reconocer”, cerró.

Al final de las exposiciones, el decano Ricardo Saavedra entregó un presente a Karinna Fernández y Daniela Marzi por su participación en la ceremonia de inauguración de año académico de la Facultad de Derecho, evento que contó con intervenciones musicales de la agrupación Ensamble Clásico.

Nota: Camila Cortez / Fotos: Denis Isla