
Teatro, política y consecuencia: libro “Militancia teatral” destaca el aporte de la académica, actriz y directora Myriam Espinoza
El teatro político como experiencia de vida y como una herramienta para incentivar a las nuevas generaciones es el sentido del libro “Militancia teatral”, relatado en primera persona por Myriam Espinoza y editado por la académica Martiza Farías, bajo el sello Oxímoron, presentado el pasado jueves 10 de abril en la Escuela de Teatro UV.
La publicación es el fruto de la investigación “Myriam Espinoza Vergara, 50 años dedicados al teatro social en Valparaíso. Valoración de la vida, obra y contribución a las artes escénicas de la destacada actriz y directora porteña”, a cargo de Maritza Farías Cerpa, directora del Centro de Investigaciones Artísticas CIA-UV, junto a la archivera Fabiola Neira, de Archivos de Arte Memoria de Prácticas y Procesos, ARDE.
A través de setenta y cuatro archivos personales, la propia Myriam Espinoza va relatando diversos episodios de su vida, desde su rol como directora de las compañías La Sebastiana (1978-1988) y El Cité (1988 a la fecha), así como su trabajo docente en la iniciativa Escalera Arriba, desde 2009 hasta la actualidad, junto con sus proyectos en la Cárcel de Valparaíso entre los años 1994-2010 y 2014-2018.
Valorización del testimonio
Maritza Farías asumió la iniciativa en 2022, cuando desde la dirección de la Escuela de Teatro, le encargaron realizar una investigación sobre Myriam Espinoza, que luego de dos años, finalizaría en un libro: “Fueron más de seis meses de entrevistas y muchísimas horas de grabación. Fue un periodo bonito, donde tuve la oportunidad de escuchar la historia de una mujer que en sí misma, contiene un pedazo de la historia de Chile, desde la Unidad Popular, la dictadura y el retorno a la democracia; es transversal, una línea que atraviesa el tiempo”, cuenta.
“Al enfrentarme a todo ese material, tomé la decisión de respetar su voz, para que las y los lectores sientan lo mismo que sentí cuando me contó su historia, buscando mantener el componente afectivo y sensible de su lenguaje. La decisión fue no escribir sobre Myriam, sino que fuera ella quien contara la historia”, explica.
En este sentido, señala que “buscamos la valorización del testimonio, porque se trata de pequeñas memorias que la historia deja afuera, y cómo a través de la vida de una persona, contamos el tránsito de un país. Ella tiene un trabajo en dictadura impactante, en la clandestinidad, trasladando personas, pero siempre teniendo como base el teatro, que es su vida. Por eso a los lectores, les pido que afinen el oído para conectarse con su relato en primera persona, el que sin ser autobiográfico, cruza la militancia política con su vida y el teatro”.
La presentación del libro se enmarcó en la celebración de los veinte años de la Escuela de Teatro UV, aspecto que según Maritza Farías “es relevante, puesto que ella fue una maestra de muchas personas. Se formó en la Universidad de Chile sede Valparaíso e integró la primera cohorte de titulados, estuvo en la creación del proyecto Escalera Arriba con sus estudiantes y significa mucho para las nuevas generaciones”.
“Soy una hablante”
Entrevistada en el podcast Ciudad Mosaico de la Dirección de Igualdad y Diversidad UV, Myriam Espinoza, cuenta que “fui militante del Partido Comunista hasta la dictadura, así que como conclusión puedo realizar una analogía con el término militancia ya que está referido a lo que uno ama, defiende y quiere vivir siempre, por eso acepté ese título para el libro”.
“Fue el propio director de la Escuela, Claudio Marín, quien me dijo que debía dejar un testimonio o un libro, pero yo no sé contar, no sé escribir, entonces apareció Maritza, con quien ya éramos colegas queridas, y ahí empieza toda esta historia. Aún siento pudor, soy una hablante, pero ella tuvo el cuidado de encapsular las ideas, porque le conté de todo. Fue muy profesional, sincera y confiable”, agrega.
“Tengo plena confianza en todos quienes participaron en la realización del libro, en especial porque se presenta en el marco de los veinte años de la UV. Mi compañía de teatro ha ido mutando con los años, tengo varios exestudiantes que la integran, quienes van actualizando el trabajo. Sigo en contacto con los egresados de generaciones pasadas de la Escuela, hablamos a menudo, me piden cosas, nos juntamos y generamos un diálogo transversal”, señala.
Nota: Rodrigo Catalán / Fotos: Denis Isla