Docentes de las tres carreras de la Facultad de Humanidades y Educación desarrollan proyecto de medio ambiente y sustentabilidad
“Escuchando el relato de la naturaleza en el mundo actual” implica trabajo con estudiantes de cuatro establecimientos de la región.
Las carreras de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales, Pedagogía en Filosofía y Pedagogía en Música están a cargo en conjunto del proyecto “Escuchando el relato de la naturaleza en el mundo actual”, desarrollado con fondos del concurso Educación Superior Regional, ESR UVA2195, y destinado a estudiantes del Liceo Bicentenario Zapallar, el Colegio Teresita de Lisieux de Valparaíso, el Colegio Roberto Matta de Quillota y la Escuela Movilizadores Portuarios de San Antonio.
Sobre la reflexión de Víctor Hugo “Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha”, el equipo de trabajo propone desarrollar en los niños y niñas la sensibilización frente a la biodiversidad de la naturaleza, provocando el reconocimiento en ella como agentes de acción y protección.
Lo anterior se centra en tres objetivos centrales: desarrollar la sensibilidad hacia la biodiversidad a través de estrategias pedagógicas que propendan a un acercamiento reflexivo, respetuoso e integral en los espacios naturales cotidianos; facilitar experiencias sensibles en los escolares asociadas a los entornos biodiversos cotidianos que les permitan conocer, proponer y compartir posibles soluciones para la conservación medioambiental a partir de lo vivido, y divulgar estrategias pedagógicas con los establecimientos educacionales a fin de potenciar y aumentar el trabajo colaborativo en materia medioambiental.
Integran el grupo de trabajo Marcela Cubillos, de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales, responsable del proyecto; Loreto Paniagua, de Pedagogía en Filosofía; Macarena Silva, de Pedagogía en Música, y Marcelo Suazo, coordinador de Vinculación con el Medio de la Facultad de Humanidades y Educación. Como estudiantes ayudantes participan Camilo Astorga, Lisette Aranda, Paloma Rojas, Leonardo Segura, Valentina Loyola, Jesús Queglas y Fabiola Halley.
Insensibilidad frente a la biodiversidad
Según explican los miembros del equipo de trabajo, “en este proyecto se abordará la problemática que hemos identificado como la insensibilidad frente a la biodiversidad en el mundo actual”, problemática que presenta, según señalan, algunos aspectos fundamentales: la sobreestimulación tecnológica a la que están expuestos los NNA en su vida cotidiana, lo cual tiene como consecuencia directa el distanciamiento de su entorno natural, y la falta de espacios educativos que faciliten el desarrollo de didácticas tendientes al fortalecimiento de la protección a la biodiversidad.
En este sentido, esperan aprovechar la edad de las y los estudiantes beneficiarios del proyecto para generar aprendizaje significativo a partir de la exploración sensible de su entorno. Por ello, las metodologías serán diseñadas para diversos niveles desde las tres pedagogías que componen la Facultad de Humanidades y Educación, con la finalidad de otorgar un enfoque integral, dinámico y significativo a las diversas experiencias que se desarrollarán con el estudiantado.
Asimismo, los docentes señalan que “pretendemos que este enfoque multidisciplinar quede reflejado en la construcción de material educativo abierto a las escuelas de la región, el cual será fácilmente replicable y de fácil acceso por medio de una página web, constituyéndose como un aporte concreto al desarrollo del cuidado de la biodiversidad en la región”.
La escuela, el espacio ideal
Según detalla Loreto Paniagua, “desde la filosofía, pensar el tema de cómo nos relacionamos con las otras formas de vida con las cuales habitamos el mundo es fundamental en nuestros tiempos. Lo interesante es que no siempre se cuenta con los espacios pedagógicos para desarrollar un proyecto interdisciplinar como este, que abarca reflexivamente los problemas medioambientales de nuestros entornos”.
Agrega al respecto Macarena Silva que “el tema de la conciencia ambiental y sobre todo los efectos nefastos que está teniendo la inconsciencia ambiental a nivel mundial, son temas que se han instalado en nuestra sociedad. La escuela, como espacio social de las infancias y adolescencias, es el lugar preferente para generar, junto con los NNA, reflexión que derive en acciones concretas que nos permitan la superación de los problemas derivados de la depredación inescrupulosa de la naturaleza”.
En cuanto a los impactos que esperan lograr, explica Marcela Cubillos: “En lo inmediato, un impacto a pequeña y mediana escala, pensando en los cuatro establecimientos escolares intervenidos, sus escolares, profesores y nuestra propia experiencia como académicos de la Universidad de Valparaíso. Además, a través de la página web, alcanzar una divulgación que dé salida al proyecto más allá de la región, ya que la iniciativa puede replicarse. Considerando esta última posibilidad, se alcanzaría una escala mayor, con los lógicos beneficios asociados a un aumento en la reflexión y cuidado de nuestra naturaleza, hoy en pequeños niños y niñas escolares que el día de mañana serán ciudadanos y ciudadanas, ojalá más responsables y atentos con el medio ambiente”.
Apunta Loreto Paniagua: “El impacto que esperamos tenga el proyecto en los y las escolares es que puedan acercarse a sus entornos naturales con el propósito de escuchar la naturaleza que les circunda, y de este modo, que dialoguen, reflexionen y registren este proceso. También en una segunda instancia del proyecto queremos que los y las estudiantes generen creaciones auténticas a partir del traspaso de lo que sus compañeros y compañeras de otros colegios hayan registrado, para así generar una cadena de conocimiento que pretende ser uno de los elementos fundamentales para construir una conciencia colectiva de la biodiversidad y una aproximación práctica para el cuidado y conservación del medio ambiente”.
Profesorado consciente
Por otro lado, respecto del impacto que esperan que este proyecto genere en la formación de profesoras y profesores en la UV, Macarena Silva señala que “tiene dos dimensiones. En primer lugar, al compartir el proyecto con nuestros estudiantes podemos dar ejemplo sobre lo que potencialmente se puede hacer en la escuela con respecto a la generación de conciencia y pensamiento crítico sobre temas relacionados con el cuidado del medioambiente y la sostenibilidad. También quedará un espacio en la página web de la Facultad que permitirá acceder a experiencias y materiales”.
Añade Loreto Paniagua que “el impacto en nuestros estudiantes de pedagogía es directo, ya que son ellos y ellas, junto con las profesoras encargadas, quienes se aproximan a la diversidad didáctica del aula y también a los distintos niveles involucrados en el proyecto. De este modo, realizar una clase en segundo básico es un escenario completamente diferente que un tercero medio o un cuarto básico, y de los cuatro colegios participantes cada nivel seleccionado es diferente. También la colaboración y el diálogo pedagógico es una de las formas más fructíferas para que las y los profesores en formación puedan aprender sobre educación; ese espacio está contemplado, ya que las actividades requieren de la adaptabilidad del equipo para lograr los objetivos, y al ser contextos novedosos y diversos, la capacidad pedagógica de coordinarse como grupo de profesores en establecimientos nuevos para nosotros, considerando el trabajo en aula de los colegas de los mismos colegios, es sin duda un acercamiento práctico a la escuela, invaluable por su complejidad y riqueza”.
“Lo principal —destaca— es la colaboración entre todos nosotros, al igual que en el mundo natural y el enfoque ecológico que presentamos”.
En tal sentido, acota Marcelo Suazo, “la universidad debe cumplir su rol como un agente importante en el territorio, pero que no es el único: su reivindicación y responsabilidad social debe ir acorde con las necesidades y demandas de la sociedad.
Este proyecto permite poner en relación los esfuerzos que realiza la universidad y las comunidades, trabajo en conjunto, integración y horizontalidad con las comunidades, además del cuidado del medio ambiente. (…) También es una instancia para que los estudiantes de pre o postgrado, busquen nuevos nichos de investigación, y pongamos esfuerzos en resolver o atender preocupaciones sociales”.
Asimismo, dice Marcela Cubillos, “la formación inicial a nivel escolar, es fundamental que esté más sensibilizada respecto al tema medioambiental, ya que es un gran tema en la actualidad y faltan espacios en la cotidianeidad que sensibilicen a los futuros ciudadanos sobre esta problemática. Pensando no solo en la valoración de lo perdido, sino también en lo que somos y construimos como sociedad. El mundo ha creado un nuevo paisaje urbano, con nuevos sonidos, aromas y vivencias cuyo aprecio como nuestro hábitat no estamos promoviendo suficientemente”.
A ello, Loreto Paniagua añade que “la importancia del proyecto es pensar nuestros entornos como parte fundamental de quienes somos. Es aproximarnos desde lo pedagógico a espacios que también son parte de la escuela, pero pensada desde los contextos vitales en los que vivimos. En la sala, nosotros como humanos, nos vemos a nosotros mismos como gigantes, pero en los espacios naturales nos vemos como pequeños seres que tenemos mucho que aprender de la contemplación propia hacia el respeto a la naturaleza”.
Macarena Silva expresa, por su parte, que “como profesora de música de colegio y desde hace unos años profesora universitaria, ha sido realmente reconfortante volver al aula escolar. Compartir con los niños, niñas y adolescentes, escucharlos, observar cómo viven las experiencias, como comparten sus comentarios y facilitar el diálogo como profesora, me conecta con la realidad de una escuela que está en permanente cambio y transformación. Esta experiencia personal, además de vivirla acompañada por mis estudiantes, me ha entregado una mirada más real de la escuela hoy, y eso sin duda favorece mi propia práctica como docente. Por otra parte, trabajar en un proyecto sobre sostenibilidad me permite pensar en temas diferentes, generando espacios transdisciplinares que sin duda fortalecen la propia autoformación y me conectan con el tema ambiental, que estoy segura es desde la escuela desde donde podemos generar los cambios que el mundo necesita”.
El proyecto “Escuchando el relato de la naturaleza en el mundo actual”, ya en ejecución, finaliza en julio próximo. Se dará a conocer oportunamente una actividad de cierre para dar cuenta del trabajo con los establecimientos educacionales y los resultados. Entre los productos finales, se cuenta la creación de una página web que albergue el proceso llevado a cabo con el estudiantado y el material pedagógico, que quedará disponible para que otras comunidades puedan realizar actividades similares.
Nota: Lorena Ruiz / Fotos: Matías Salazar