Escuela de Trabajo Social conmemoró 78 años de historia y tradición
El evento convocó a diferentes generaciones de egresados desde el año 1971.
En una emotiva ceremonia y con un auditorio repleto de asistentes, se desarrolló la conmemoración de los 78 años de trayectoria de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso.
El acto estuvo liderado por Cristián Corvalán, en su calidad de rector subrogante, junto a Nicole Selamé, secretaria general de la UV. Les acompañaron el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Juan Sandoval; la secretaria de Facultad, María Angélica Cruz; el director de la Escuela de Trabajo Social, Mauricio Ureta; el director de la Escuela de Psicología, Gonzalo Lira; la directora de la Escuela de Sociología, Daniela Jara; la jefa de carrera de Trabajo Social, Jemima Fernández; representantes del Centro de Estudiantes de la carrera, académicos, académicas, egresados y egresadas, empleadores, funcionarios, funcionarias y estudiantes.
Tal como se relevó durante la ceremonia, el programa se creó el 28 de septiembre de 1945 y se ha consagrado como la primera Escuela de Trabajo Social de Latinoamérica con carácter universitario. Es pionera en la tradición del servicio social al alero de las primeras expresiones profesionales de la formación de la disciplina. Actualmente, la Escuela cuenta con una certificación de siete años que respalda su constante crecimiento, posicionándola como una de las cuatro mejores del país y como un referente en el ámbito del Trabajo Social en Chile.
La Escuela de Trabajo Social UV destaca por ofrecer programas de pregrado y postgrado de excelencia, así como por su compromiso con la generación de conocimientos sociales, la gestión institucional y la vinculación con la realidad regional, nacional e internacional. Todo esto se lleva a cabo en un proceso de mejora continua. A lo largo de los años, la Escuela ha experimentado un crecimiento acorde con los cambios sociales que ha vivido el país, desde su pertenencia a la Universidad de Chile hasta su incorporación a la Universidad de Valparaíso, como resultado de las políticas de Educación Superior de la década de 1980. Ubicada en la avenida Colón de la ciudad puerto, la Escuela ha sido testigo y protagonista de la evolución del Trabajo Social en nuestro país.
Mauricio Ureta destacó la importancia de la Escuela como una institución con una rica historia de 78 años, que la convierten en la escuela más antigua de América Latina a nivel universitario. Para Ureta, ser parte de esta Escuela no sólo es motivo de orgullo por haber sido estudiante, sino también por tener la oportunidad de enseñar a las nuevas generaciones de futuros profesionales.
El director también resaltó que este año se conmemoran 50 años del Golpe de Estado en Chile, un evento trágico que afectó a muchos estudiantes de la Escuela, algunos de los cuales nunca regresaron. Explicó que esta ceremonia conmemorativa sirve como un recordatorio para las generaciones actuales de estudiantes acerca de la importancia de comprometerse con los problemas sociales y trabajar por una sociedad más justa, sin olvidar las violencias pasadas.
En cuanto a la visión de futuro de la Escuela, Ureta mencionó que actualmente ofrece un programa de Magíster con casi 47 estudiantes y ya hay planes para ofrecer un programa de Doctorado en un futuro cercano. “Esta visión de futuro implica brindar una formación completa desde la Licenciatura hasta el Doctorado, en línea con la misión de la Escuela de formar profesionales comprometidos con el desarrollo y la dignidad de las personas”, dijo.
Agregó que la Escuela de Trabajo Social también se enorgullece de haber obtenido una certificación de siete años, lo que la coloca en una posición privilegiada en términos de calidad educativa. A pesar de ser una institución pública, la Escuela “ha logrado hacer maravillas con los recursos disponibles, ofreciendo una formación de excelencia a sus estudiantes”. Además, subrayó que todos los profesores cuentan con grados de magíster y doctorado, “lo que demuestra la calidad del cuerpo académico”. Asimismo, señaló que los niveles de investigación y extensión de la Escuela se han triplicado en los últimos años, lo que demuestra su compromiso no sólo con la enseñanza, sino también con la generación de conocimiento y la difusión de resultados, a través de las publicaciones.
De igual forma, enfatizó que la Escuela de Trabajo Social es una institución con una rica historia y una visión de futuro moderna. Su compromiso con la formación de excelencia, la investigación y la extensión la posiciona como un referente en el campo del Trabajo Social en Chile, ofreciendo una oferta educativa moderna y adaptada a las necesidades actuales de la profesión.
Por su parte, el decano Juan Sandoval, afirmó que “ha sido una actividad muy emotiva. La verdad se ha puesto en valor la trayectoria de la Escuela, desde el punto de vista académico, pero también desde la mirada de las biografías de las personas que la han formado durante tantas décadas y sus proyecciones de futuro. Así que me parece que ha sido una ceremonia muy interesante, muy emotiva y muy comprometida, a la que además asistieron exestudiantes, empleadores y obviamente la comunidad de la Escuela. Como Facultad, como decano, no me queda más que felicitar a la Escuela en su nuevo aniversario”.
En esa línea, Jemima Fernández señaló que "este aniversario nos impacta profundamente, ya que nos remite a la historia y las oportunidades de encuentro entre la comunidad educativa de los años 70, 80, 90 y quienes somos ahora como Escuela de Trabajo Social. Estamos conmemorando este hito a través de un trabajo conjunto de académicos, estudiantes, egresados y personal de la Escuela de Trabajo Social, con el objetivo de asegurarnos de que nunca vuelva a ocurrir. Este es nuestro lema en este mes de septiembre de 2023. Además, consideramos esto como una base sólida para continuar construyendo y creciendo, enfocándonos en la internacionalización, el crecimiento de los programas de postgrado, la educación continua y el fortalecimiento de nuestro pregrado, que es lo que nos distingue".
Carlos Guzmán, representante de la generación del 71, compartió su experiencia al decir: "Más que representar a Carlos Guzmán, intento representar a toda una generación que hemos llamado la generación del 71. Durante todos estos años, hemos sido amigos y compañeros desde que ingresamos a la universidad. A pesar de los acontecimientos en la vida, ya sea durante la dictadura, en el período democrático o hasta el día de hoy, siempre hemos mantenido una relación permanente. La carrera de Trabajo Social nos permitió formar parte de esta ceremonia, como generación y para dar a conocer a los estudiantes actuales que vivimos en una universidad comprometida, en un período en el que todos estábamos comprometidos con los cambios. También experimentamos una universidad intervenida, militarizada y vigilada, pero logramos superar esos desafíos. Entregamos una placa conmemorativa en nombre de aquellos que sufrieron tortura y prisión, así como a todos los compañeros y compañeras que ya no están con nosotros o que están fuera del país. Me voy muy feliz y contento. A mis 73 años y después de 46 años de ejercicio profesional, esto es como la guinda de la torta. Poder transmitir de alguna manera lo que nosotros vivimos como estudiantes y profesionales a las nuevas generaciones es algo muy gratificante”.
El Centro de Estudiantes entregó una segunda placa conmemorativa en honor a los 17 profesores y estudiantes de la Escuela que fueron víctimas de la represión durante la dictadura militar. Estas placas serán instaladas en el interior de las dependencias de la unidad académica, como un recordatorio permanente de su valentía y sacrificio.
La ceremonia concluyó con la presentación de la investigación de la destacada académica Patricia Castañeda, titulada “Memoria sonora juvenil de la dictadura cívico militar chilena”, estudio realizado en memoria de la juventud chilena que ofreció su vida luchando contra la dictadura, por la defensa de los Derechos Humanos y por la recuperación de la Democracia.
Fotos: Denis Isla / Texto: Pamela Simonetti