Cerca de treinta técnicos en Odontología de Nivel Superior (TONS) que se desempeñan en diferentes centros asistenciales pertenecientes a los servicios de salud Valparaíso-San Antonio y Viña del Mar-Quillota participaron en un curso de arsenalería quirúrgica en el pabellón odontológico que dictó un equipo de académicos y especialistas de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
El programa de instrucción fue certificado, se realizó en modalidad semipresencial y tuvo una duración de cuarenta horas lectivas.
“Como parte del curso desarrollamos un módulo teórico–práctico, en modo sincrónico y asincrónico, que inició a los participantes en un proceso transversal de internalización de contenidos y que les permitirá manejar lo conceptual, procedimental y actitudinal de las competencias que debe tener un TONS para desempeñarse correctamente en un pabellón quirúrgico”, explicó la coordinadora de la iniciativa y jefa de la cátedra de Cirugía y Traumatología Bucal y Maxilofacial de la Facultad de Odontología UV, Solange Baeza.
Además, el programa abordó diversos temas destinados a actualizar y reforzar los conocimientos de los TONS, en pro de mejorar la calidad asistencial en pabellones. Entre ellos figuraron la bioseguridad, la normativa legal de los pabellones y sus procedimientos, el manejo del instrumental quirúrgico, la eliminación de desechos cortopunzantes y biológicos, la implementación y preparación de la mesa quirúrgica, así como, también, el papel esencial que desempeñan los TONS en el equipo de profesionales que trabajan en pabellón.
Junto a la profesora Baeza, participaron en la ejecución del curso los docentes y especialistas Jaime Jamett, Rodrigo Bahamondes e Ivette Marticorena.
Los profesionales que participaron en esta programa cumplen funciones en los hospitales Carlos Van Buren de Valparaíso, Claudio Vicuña de San Antonio, de Quilpué, el Biprovincial Quillota-Petorca, de Petorca, Geriátrico de Limache y del Centro de Referencia Odontopediátrico Simón Bolívar.
La profesora Solange Baeza afirmó que el curso cumplió con sus objetivos y representó una oportunidad para retribuir a las instituciones públicas que colaboran con la UV, a través de sus campos clínicos, para mejorar la gestión y la atención de los pacientes y, de paso, fomentar un compromiso mayor por parte de la Universidad con sus comunidades.
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