Sector de ingreso a Valparaíso es el más vulnerable ante riesgo de inundación por lluvias
La cuenca conformada por La Virgen, Santa Elena, Delicias, Ramaditas, O’Higgins, Rocuant y San Roque es la que presenta el mayor peligro de anegamiento, afectando hasta el plan de la ciudad, en caso de temporales. Así lo indica investigación realizada por Uriel Padilla, académico de la Escuela de Construcción Civil de la UV.
Un detallado estudio sobre la vulnerabilidad de las cuencas —o quebradas— de Valparaíso ante las lluvias, presentó Uriel Padilla, académico de la Escuela de Construcción Civil de la Universidad de Valparaíso. Su objetivo es dar a conocer a las autoridades cuáles son las zonas más vulnerables ante estos eventos, así como propuestas de prevención y solución.
Según la investigación, la cuenca que presenta el nivel de riesgo considerado muy alto —es decir, es la más vulnerable de la ciudad ante la amenaza de inundación por lluvias— es la cuenca correspondiente a La Virgen / Santa Elena / Delicias / Ramaditas / O’Higgins / Rocuant / San Roque. Por otro lado, las cuencas que presentan un nivel alto son las siguientes: Artillería / Mesilla / Perdices / Toro / Arrayán; Yungay / Jiménez / Cárcel / San Juan de Dios, y finalmente Barón / Los Placeres.
Según explica Uriel Padilla, la relevancia de este estudio es que “podemos sugerir a las autoridades un tratamiento en las políticas públicas que resultan de este estudio”. El académico destacó que su investigación está abierta a la comunidad, presentando “las diez cuencas que confluyen al plan de la ciudad, y que son las que en los eventos de precipitaciones intensas empiezan a causar problema. Esta consideración tiene una relevancia para el efecto de ordenar la ciudad, considerando los eventos históricos que han ocurrido”.
Otra consideración importante que destaca Padilla “es la acumulación de escombros en las laderas de cerro, que posteriormente van a parar al fondo de la quebrada y con las lluvias van a escurrir al plan de la ciudad. Entonces, hay un ordenamiento asociado con el territorio, una conciencia que debemos ser capaces nosotros de incorporar a la ciudadanía, ya que este es un fenómeno no aislado, sino de actuación conjunta, que genera un problema a nivel de comuna”.
Para el académico, lo importante es ser capaces de tomar medidas de prevención para evitar las inundaciones y derrumbe de materiales al plan. “Sabemos que el porteño construye bien en general su vivienda en la ladera, pero ese construir bien genera un aterrazamiento en los cerros, y genera escombros que van a parar al fondo de la quebrada, y eso es lo que está generando una susceptibilidad a una remoción en masa e inundación en la parte baja de la ciudad. Por eso, es importante crear conciencia tanto en la autoridad como en la ciudadanía”.
Es importante tener en cuenta, señala la investigación de Padilla, que “la gente es más vulnerable cuando no tiene conciencia de las amenazas que ponen en peligro su vida y sus bienes. La percepción del riesgo varía según la sensibilidad de cada persona, comunidad o gobierno. Tener conocimiento de las amenazas y de la vulnerabilidad, así como el disponer de información precisa y oportuna al respecto, puede influir en esta percepción”.
Cosechar las lluvias
Las recomendaciones que Uriel Padilla desprende de su investigación indican que “como el elemento gatillante del fenómeno de remoción en masa e inundaciones, son las aguas lluvias con precipitaciones máximas en 24 horas”, es necesario que los eventos climáticos “sean tratados seriamente como alternativa para la prevención de riesgo urbano y regional”. Aquí propone una innovadora idea: cosechar las lluvias: “Estamos pensando en generar acumulación de agua aprovechando algo que existe en Valparaíso, que son los muros desarenadores. Previo un reforzamiento a esos muros, podría pensarse en hacer unas piscinas acumuladoras de agua, eventualmente, para las contingencias que han ocurrido permanentemente y persistentemente de incendios, en donde bomberos no cuenta con acceso de grifos, por ejemplo. Además, hay un valor paisajístico que se genera con ese empresamiento de agua, y agua lluvia, que es gratuita”.
Según Padilla, “esto indudablemente requiere de un reconocimiento en las agendas políticas de prevención de desastres y de adaptación al cambio climático. Por lo tanto, los sistemas de captación deben incluirse en la normativa del plan regulador”.
Otra recomendación emanada del estudio es “compilar los sistemas de normas urbanas bajo la perspectiva holística del manejo del territorio/desastres, y descompartimentalizar la información de las diferentes entidades con injerencia en el tema”.
El estudio del profesor Padilla fue dado a conocer en la sala Rubén Darío del Centro de Extensión UV, en una charla que contó con la presencia del director de la Escuela de Construcción Civil, Alberto Moya, y representantes de organismos municipales y del gobierno regional, así como de las entidades vecinales que aportaron antecedentes a la investigación.