Con seminario teórico práctico presentan Diploma de Postítulo Estrategias teatrales, único en la región
¿Cómo dialoga el teatro con la intervención social? fue la pregunta de inicio del seminario teórico práctico con el cual fue presentado el Diploma de Postítulo Estrategias teatrales para la Intervención Socioeducativa en Instituciones y Territorios de la Escuela de Teatro, primero de la región en su tipo, que comenzará a dictarse en 2025.
El seminario se realizó en la Sala Negra UV, con un panel integrado por Loreto Caro, directora de la ONG Raíces; Iria Retuerto, antropóloga, docente e investigadora, y Lía Toro, actriz y docente de la Escuela de Teatro UV.
Marcela Inzunza, académica y jefa de carrera de Teatro, señaló en la presentación que el diploma “busca potenciar una mirada integral para complementar el abordaje directo al daño causado por vulneraciones de derechos con la generación de espacios de desarrollo, experiencias de disfrute y estímulos estéticos, vivencias que a menudo no son de fácil acceso en situaciones de exclusión y que pueden ser significativas en procesos de resiliencia y restitución de derechos”.
“El objetivo es que los profesionales que tomen el postítulo puedan diseñar, planificar y evaluar intervenciones en ámbitos sociales y educativos, en las que didácticas teatrales aplicadas dialoguen con miradas contemporáneas, como la acción socioeducativa, la acción social y la sostenibilidad”, indicó.
La académica comentó que “se trata de promover un diálogo fructífero entre el lenguaje teatral y las ciencias sociales, en el diseño y aplicación de didácticas teatrales a estrategias de intervención socioeducativas. Es el único diplomado en la región con estas características, ofreciendo una formación especializada en un ámbito interdisciplinario poco explorada en el país”.
Intervención social
La primera en exponer en el conversatorio fue Loreto Caro, directora de la ONG Raíces, quien señaló que “llevamos mucho tiempo tratando de hacer algo nuevo, con paradigmas que siguen siendo clásicos, teniendo como resultado una intervención asistencialista, de una manera que incluso puede resultar invasiva. Por eso debemos ser capaces de ponernos en el contexto de las personas, reconocer su origen, analizar su historia, para ver si existe alguna vulneración de derechos o violencia intrafamiliar”.
“Lamentablemente la intervención social en Chile busca llevar una solución a un problema puntual de una familia o un niño, y eso muchas veces no se condice con la realidad, porque el sistema general de salud o de educación no tiene esa visión”, agregó.
En tanto, para Iria Retuerto “la palabra intervención genera reticencia en ciertas disciplinas, especialmente en antropología, donde siempre suena como amenazante. Sin embargo, propongo reivindicar la palabra en el sentido que se va a intervenir una realidad que nos parece injusta, más allá del problema concreto. Ahora, si efectivamente se va a intervenir, debe ser una experiencia completa, ya que lo por lo general son parciales y enfocadas en el síntoma, como si con un intento terapéutico se pudiera cambiar una situación compleja o injusta”.
Por su parte, Lía Toro señaló que “es necesario separar la idea de intervención social con la gestión y la burocracia de los dineros del Estado. Al venir del teatro y enfrentarnos a los organismos de intervención social, particulares o estatales, surgen preguntas gigantes sobre cómo se ordena el sistema desde los recursos estatales, privados, congregaciones religiosas o fundaciones, entre otros”.
“Pareciera que el modelo de clasificación de personas para detener esas situaciones injustas está estancado al pensarse desde la mirada asistencial. Por eso es necesario extender la idea de intervención a todas las posibilidades de las disciplinas del conocimiento humano, algo que hoy no está instalado, para interponerse entre el acto violento, físico o ideológico”, añadió.
Nota: Rodrigo Catalán / Fotos: Denis Isla