“Artificial”, el teatro del terror que llega a la Sala Negra UV
Una obra inmersiva, multimedial e incómoda, que sumerge al público en los oscuros fragmentos de un futuro en crisis, basado en la actualidad social, es la definición de “Artificial”, de Teatro del Terror, que se presenta este viernes 16 y sábado 17, a las 19:00 horas, en la Sala Negra Juan Barattini Carvelli de la Escuela de Teatro UV, ubicada en avenida Brasil 1647.
Las escenas de la obra, que se escuchan mediante auriculares inalámbricos proporcionados en la sala, abordan temas como la inmigración, el individualismo digital, la inteligencia artificial y las consecuencias de la guerra. La adhesión a las funciones es de tres mil pesos público general y dos mil pesos estudiantes y personas mayores. Las reservas deben realizarse a través del Instagram @escuelateatrouv.
Teatro silencioso
Javier Ibarra, director de la obra, detalla que “’Artificial’ se exhibe por medio de un sistema conocido como teatro silencioso. Este sistema es un modo narrativo que emplea tecnología inalámbrica a través de auriculares y transmisores, permitiendo generar una interfaz entre el espacio escénico y los espectadores. En función de lo anterior, el universo sonoro se ha desarrollado bajo técnicas de edición binaural, formato que tiene la particularidad de ser apreciado únicamente a través de auriculares. Esta herramienta busca recrear en el oyente una sensación auditiva, similar a la de estar físicamente en el lugar de los hechos”.
En tanto, el dramaturgo Iván Fernández cuenta que “la obra se mueve bajo conceptos que van desde el narcisismo colectivo hasta la ecología profunda, todo envuelto en un gran constructo distópico en el que dialogan la híper productividad contemporánea, la explotación del ser humano con sus pares, los animales y la naturaleza, con fragmentos inspirados en futuros posibles, siempre con la idea de transmitir el horror. Es el miedo a lo desconocido quizás el gran concepto que envuelve todo”.
La intérprete de la obra, Tamara Ferreira, señala que “se trata de un montaje actoralmente exigente, en tanto juega con diversos registros actorales, como lo performativo, donde se lleva a escena el tiempo anímico personal, lo cual es desafiante y precioso, porque se convierte en un lugar de fragilidad y autenticidad. Por otra parte, se juega también con un registro de actuación seudorrealista, pero muy contenida, donde la emoción se configura desde otras leyes, menos humanas. Esto nos ha servido para crear un lenguaje particular. Y por último, el registro del movimiento es una secuencia que dibuja diversas imágenes desde acciones físicas, con un flujo más cercano a la danza”.
En este sentido, el director agrega que “la obra busca sumergir al espectador en un universo distópico para que pueda experimentar un tipo de teatro que desafía los sentidos. Se trata de una experiencia multisensorial, donde cada detalle cobra vida a través de auriculares especiales. Los asistentes serán sorprendidos por los increíbles sonidos binaurales, abriendo un mundo lleno de emociones y fascinación. Esperamos que el público se atreva a vivir esta experiencia teatral sin precedentes, siendo testigos de la magia que ocurre cuando el arte y la tecnología se unen en perfecta armonía”.