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La Sociedad Chilena de Astronomía premia a académico del IFA por su aporte a la disciplina

22 Marzo 2016

La distinción la recibió el doctor Nikolaus Vogt, quien desde el 2005 es profesor titular de la UV.

“Es un gran honor para mí recibir este reconocimiento. He estado en varias instituciones a las cuales he llegado en etapas de incipiente desarrollo pero que ahora son relevantes en investigación y docencia del campo astronómico”. Con estas palabras el doctor Nikolaus Vogt agradeció el Premio al Desarrollo de la Astronomía 2016, que la Sociedad Chilena de Astronomía (Sochias) entregó al astrofísico del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso (IFA UV) en la reunión anual de la entidad, realizada durante este mes de marzo.

Tal como lo explica la vicepresidenta de Sochias, doctora Maja Vuckovic, quien también es académica e investigadora del IFA UV, este premio busca reconocer a astrónomos que hayan tenido un impacto significativo en el desarrollo de la astronomía en Chile, a lo largo de sus carreras.

“Es un orgullo tener al profesor Nikolaus Vogt en nuestro instituto. De hecho, él fue un pionero para el desarrollo del IFA en la UV, pero también de los departamentos o institutos de Astronomía de otras universidades”, afirma la astrónoma.

La doctora Vuckovic destaca que hace más de cuatro décadas que el nombre del profesor Nikolaus Vogt ha estado vinculado al desarrollo y creación de instituciones astronómicas relevantes en Chile, en la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad Católica del Norte y la Universidad de Valparaíso.

Nikolaus, nació en Breslavia (en ese entonces parte de Alemania, hoy Wroclaw, en Polonia). En 1969 obtiene su doctorado en Ciencias Naturales y Astronomía en la Universidad Ruhr en Bochum y al año siguiente llega por primera vez a Chile para observar con el telescopio de Bochum¬ 61cm, que estaba situado en el observatorio La Silla y que fue el primer observatorio de la ESO. Tres años después fue contratado por el mismo observatorio como astrónomo de planta en La Silla y mantuvo esa función hasta 1981. Durante este tiempo obtiene observaciones trascendentales para su investigación científica, especialmente para desarrollar el área de estrellas variables. Retorna a Alemania por tres años, pero regresa a Chile en 1984 para incorporarse al grupo de astronomía de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) como profesor visitante. Luego de seis años pasa a ser profesor titular, cargo que mantuvo hasta 1996. Durante este período, Nikolaus revitaliza el antiguo telescopio Manuel Foster, ubicado en el Cerro San Cristóbal, usándolo especialmente para el estudio de estrellas Be, un trabajo que sigue dando frutos, ya que actualmente se están digitalizando centenares de las placas fotográficas de ese proyecto en colaboración con el grupo de Astroingeniería de la PUC.

Posteriormente, viaja nuevamente a su país natal para trabajar por siete años en distintos proyectos de investigación, pero vuelve el 2004 para integrarse al Instituto de Astronomía de la Universidad Católica del Norte en Antofagasta. Al año siguiente (2005) obtiene el cargo de profesor titular en la Universidad de Valparaíso, el cual mantiene hasta la fecha. El doctor Vogt participó activamente en establecer el entonces Departamento de Física y Astronomía, y se ha manteniendo como un referente en el área de la investigación de estrellas variables.

El astrofísico, además, ha realizado un trabajo relevante en la divulgación astronómica en la Región de Valparaíso. Destaca la creación del ciclo de charlas públicas de mayor duración en el país, que en Noviembre del 2015 celebró su centésima edición, y en enero de este año su trabajo y compromiso fue esencial para trasladar el primer telescopio con el cual se vino a observar a Chile, el Bochum 61cm, desde La Silla a la comuna de Calle Larga en la Región de Valparaíso.

El académico cuenta con un alto reconocimiento como científico en distintas áreas de la astrofísica y ha sido inspiración para las nuevas generaciones de astrónomos, quienes en Chile tienen las mejores condiciones para llevar a cabo sus investigaciones.

“El momento que vive la astronomía chilena es muy bueno. Y su desarrollo va en ascenso. Hay muy buenas perspectivas, porque vamos a tener más del 70 por ciento de todos los telescopios grandes, en unos cinco a diez años más, localizados en el país, y los astrónomos chilenos tienen el 10 por ciento de la observación total, por lo tanto tienen fantásticas posibilidades de investigación en el futuro. Aún mucho mejores que las de ahora”, advierte el profesor.