La Astronomía ofrece a Chile la oportunidad de convertirse en potencia astronómica mundial dentro de la próxima década. Alumnos Chile e Inglaterra ya se han instalado en Valparaíso para dar vida a este nuevo programa que refrenda el impulso a la disciplina en el país.
Un desarrollo sin precedentes en el territorio nacional, que abre un abanico de oportunidades al avance de la ciencia y la tecnología: Chile, en el campo de la astrofísica, se ubica en el puesto número trece del Ranking de Impacto Científico en el mundo, según la SCimago Journal and Country Ranking. Un salto no sólo cuantitativo, sino también cualitativo, que se explica al observar el creciente número de publicaciones en las cinco más prestigiosas revistas del área (Nature, Astronomical Journal, Astrophysical Journal, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society y Publications of the Astronomical Society of the Pacific) y en la cantidad de citas que registran sus autores.
Este escenario —impensado hasta un tiempo atrás— ofrece la oportunidad a nuestro país, en la próxima década, de posicionarse dentro de los “top ten” de esta disciplina, junto a países líderes en el rubro como Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra, Italia y España.
70 por ciento del campo de observación
El doctor Radostin Kurtev, astrónomo, experto en enanas marrones y poblaciones estelares, académico del recién inaugurado Doctorado en Astrofísica de la Universidad de Valparaíso, cuenta que Chile se ha convertido en un lugar privilegiado para la investigación del Universo, ya que “ejerce una gran atracción para los astrónomos extranjeros y nacionales, por las importantes inversiones que se han realizado en el territorio, acaparando el 40 por ciento de los telescopios más grandes del planeta, y en veinte años más del 70 por ciento del campo de observación mundial. Además, hoy es capaz de ofrecer una formación de nivel internacional especialmente en el tramo de los postgrados (magíster y doctorados)”.
Sin embargo, a pesar del exponencial avance, “aún faltan astrónomos en Chile, y los jóvenes se muestran muy interesados en continuar sus estudios de especialización”, comenta el académico UV.
“Hoy —dice Kurtev— la demanda es alta y la oferta de doctorados que se imparten en Chile es reducida: dos en Santiago (Universidad de Chile y Católica de Chile), uno en regiones (Universidad de Concepción) y ahora, atendiendo a esta necesidad, la Universidad de Valparaíso se suma a la oferta académica con el doctorado en Astrofísica, que acaba de inaugurar con alumnos chilenos y extranjeros provenientes de dos destacadas universidades de Inglaterra (Universidad de Warwick y Universidad de Hertfordshire); además, cuenta con académicos de diez países, todos expertos en las principales áreas de la astronomía moderna, quienes están desarrollando importantes contribuciones a la ciencia, con varias publicaciones en destacadas revistas como Nature y cerca de 50 artículos ISI desarrollados durante el año 2012”.
A eso hay que sumar otra ventaja competitiva, advierte Kurtev: “Los alumnos pueden formar parte de grupos de investigación liderados por sus propios profesores, con la posibilidad de crear propuestas y postular a proyectos para optar a una parte del diez por ciento de observación de que dispone el país para fines científicos, y a su vez estar en contacto con los más potentes telescopios del mundo, junto a un equipamiento tecnológico de primera línea y frente a los cielos más prístinos del planeta”.
Nueva gran aventura
El impacto de ALMA en la astronomía local y mundial invita a los investigadores a una nueva gran aventura, que se abre al estudio de áreas que van desde el origen del Universo hasta las más lejanas galaxias, pasando por el descubrimiento de nuevos objetos estelares y la posibilidad de encontrar un planeta con las condiciones necesarias para salvaguardar la vida humana.
El profesor Kurtev el año pasado tuvo acceso a 30 noches de observación en los observatorios de Paranal, en la Región de Antofagasta, y La Silla, Las Campanas y SOAR, en la Región de Coquimbo. La experiencia, que describe como intensa y agotadora, le permitió realizar importantes observaciones conectadas con un descubrimiento, similar en relevancia al que experimentaron los investigadores de las supernovas en el año 1987: “Se descubrió el tercer objeto más cercano al Sol, después de Alfa Centauri y la Estrella de Barnard. La importancia radica en que es una estrella enana marrón binaria muy interesante. El siguiente paso es estudiar en detalle los componentes de la estrella, obtener la masa e instalar restricciones en los modelos de las atmósferas y evolución de las enanas marrón, que son bastante inexactos en este momento”.
El doctor Radostin Kurtev está a la espera de la publicación de sus descubrimientos en una revista científica de reconocimiento mundial.
[b]Formación internacional[/b] El programa de doctorado en Astrofísica UV cuenta con destacados académicos reconocidos internacionalmente por sus trabajos de investigación, cuya contribución ha sido relevante para el desarrollo científico global. El cuerpo académico del doctorado está compuesto por Jordanka Borissova, Víctor Cárdenas, Michel Curé, Iván Gonzalez, Radostin Kurtev, Verónica Motta, Matthias Schreiber, Claus Tappert y Nikolaus Vogt. Entre sus logros más importantes, destaca, por ejemplo, el descubrimiento de corrientes de gas que permiten la formación de planetas, etapa clave para el inicio de la generación de planetas gigantes (Flows of gas through a protoplanetary gap). La investigación la realizaron el doctor Matthias Schrieber (director del doctorado UV) y la doctora Mónica Zorotovic, en conjunto con un equipo de investigadores internacionales, en el marco del proyecto Núcleo Milenium. El resultado fue publicado en enero de este año en la revista Nature. Otro ejemplo: los doctores Jordanka Borissova y Radostin Kurtev también fueron noticia internacional como coautores del Press Realease de la ESO emitido el mes pasado bajo el título “VISTA encuentra nuevos cúmulos globulares de estrellas ocultos por el polvo en la Vía láctea”. Tal como advirtió la prensa, por primera vez astrónomos encontraron tantos cúmulos estelares débiles y pequeños de una sola vez, gracias a los datos entregados por el telescopio de rastreo infrarrojo VISTA en el observatorio Paranal de ESO.
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