Luis Corvalán Márquez presentó su último libro, en el que realiza un análisis de los archivos de la CIA en relación a la intervención de Estados Unidos en la historia nacional entre 1962 y 1976.
Como una importante contribución al debate historiográfico y político, además de la recuperación de la transparencia en el relato de la historia de nuestro país, fue definido el último libro del profesor Luis Corvalán Márquez, presentado recientemente en la Facultad de Humanidades UV.
“La secreta obscenidad de la historia de Chile contemporáneo”, publicado por Ceibo Ediciones, presenta el análisis de una serie de documentos pertenecientes a la CIA entre los años 1962 y 1976, en los que se devela su relación con actores políticos chilenos y cómo Estados Unidos se vincula con el proceso de derrocamiento del gobierno de Salvador Allende y posterior instalación del régimen militar.
En la presentación de este libro, el académico Claudio Díaz, perteneciente, al igual que el autor, al Instituto de Historia y Ciencias Sociales UV, describió a esta nueva creación como “un libro de fácil lectura y que entusiasma rápidamente a quienes optan por leerlo, que también expresa su rigurosidad a lo largo de su extensión, demostrando que Corvalán mira cada uno de estos hechos desde arriba”.
En tanto Nelson Castro, también académico UV, afirmó que “La secreta obscenidad de la historia de Chile contemporáneo” contribuye al debate historiográfico y político, al realizar en su descripción una “cronología coyuntural necesaria para visualizar los cambios y transformaciones de las políticas construidas desde Estados Unidos a Chile y América Latina, como también identificar las modalidades y propósitos de la intervención norteamericana en Chile”.
Finalmente el autor, quien posee el grado de doctor en Estudios Americanos, sostuvo que su último libro no es neutro y representa una crítica a la visión que una gran parte de Chile tiene de sí mismo y que responde a una ideología dominante mitológica y que se aleja de la realidad.
“El libro refleja una cierta subjetividad mía inevitable, una molestia de que en Chile haya pasado lo que pasó. Cuando uno le tiene amor a su país, no le gusta que sea objeto de manipulación, como lo que pasó acá”, puntualizó Corvalán.
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