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Medicamentos bioequivalentes aseguran la misma calidad a un menor costo

04 Enero 2013

Un bioequivalente es un medicamento que ha comprobado mediante estudios científicos, tener el mismo efecto que el producto farmacéutico original. Su eficacia en Chile está certificada por el Instituto de Salud Pública (ISP).

La misma eficacia terapéutica, pero a un precio más rebajado, es la principal característica de los 107 medicamentos que ya cuentan con la certificación de bioequivalencia entregada por el Instituto de Salud Pública (ISP).

Si bien en una primera etapa sólo aparecían en el listado medicamentos utilizados para tratamientos de trasplantes de órganos, VIH y para diversas patologías oncológicas, hoy se han sumado remedios de uso más común, tales como ansiolíticos, antialérgicos, relajantes musculares, medicamentos utilizados en corticoterapia, antiepilépticos, para la disminución de colesterol y tratamientos para la diabetes Mellitus, junto a otros medicamentos de eficacia terapéutica en patologías GES.

Así lo explicó la química farmacéutica Yanneth Moya, académica de la Universidad de Valparaíso, quien posee una amplia trayectoria en asistencia clínica. La química farmacéutica sostuvo que un medicamento es bioequivalente si se demuestra que puede absorberse de igual manera que el fármaco original, manteniendo niveles de fármaco en la sangre de manera similar. “En general para nuestra comunidad, cuando se habla de genérico, se relaciona al nombre del principio activo. No obstante, desde el Ministerio de Salud se indica utilizar el nombre de genérico intercambiable para aquellos medicamentos que han demostrado ser bioequivalentes con el original; vale decir, si no tiene la bioequivalencia demostrada sólo se llamarán similares”, advirtió la profesional.

Calidad garantizada

Esta diferencia se debe, entre otros factores, a que los medicamentos contienen en su interior excipientes (o ingredientes inactivos) que favorecen la absorción desde el estómago o el intestino hacia la sangre. Dependiendo de la calidad de éstos y de una adecuada combinación de ellos, es si favorecen o retardan el efecto clínico deseado. “Esto explicaría que en alguna oportunidad hemos comprado fármacos que al ingerirlos no provocan ningún efecto. No obstante, en la actualidad, y gracias a los medicamentos bioequivalentes, uno puede elegir y comprar más barato ya que está garantizada la calidad de éstos”, aseguró Moya.

Un punto importante en que se detuvo la química farmacéutica es que con los medicamentos bioequivalentes el médico puede optar por prescribir el nombre genérico del remedio o la marca de fantasía. Si ocurre lo último no se podrá optar por otras versiones bioequivalentes, advirtió Yanneth Moya.

“Hay médicos que el proceso de bioequivalencia aún no lo tienen bien asimilado. Si el médico al prescribir el remedio lo receta con el nombre del principio activo, por ejemplo ácido acetilsalicílico, el paciente podrá elegir entre la aspirina de Bayer o la del Laboratorio Chile o de Fasa, entre otros laboratorios. Pero si el médico escribe el nombre de la marca, en la farmacia le van a ofrecer sólo ese producto”.

Saber reconocerlos

Moya aseguró que las pruebas de bioequivalencia están a la altura de estándares internacionales y recomendó a las personas saber reconocer los remedios que son bioequivalentes en las respectivas farmacias, mediante el sello de color amarillo en su empaque, presente en al menos cuatro de sus seis caras, y una vistosa letra “B”de color rojo.

“Es importante que la gente prefiera comprar estos medicamentos, ya que de esta manera se asegura la eficacia de los tratamientos prescritos a un menor costo. El problema es que no todos los fármacos cuentan con bioequivalencia, pero la idea del Ministerio de Salud es aumentar cada día más su cobertura; es decir, es un proceso que irá aumentando a través del tiempo”, indicó la académica.

Si bien el listado de bioequivalentes aún es reducido, la profesional valoró el hecho de haber comenzado con el proceso. “A pesar que la bioequivalencia es sólo uno de los procesos que pueden garantizar la calidad de los medicamentos, es muy importante contar con ella. Por otra parte, creo que ha sido adecuado el cambio de enfoque de exigir la bioequivalencia en los medicamentos de mayor costo (como son los destinados para tratamiento de VIH/Sida, trasplante de órganos o tratamientos de cáncer) por aquéllos que poseen un gran impacto social, como lo son fármacos utilizados en tratamientos de patologías GES tales como hipertensión, diabetes y aumento de colesterol”, concluyó la especialista.