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Directora de Cidaf-UV participa en mesa redonda sobre alimentos saludables

18 Diciembre 2012

Con el tema introductorio “¿Qué entendemos por alimentos saludables?”, la profesora Mariane Lutz inicia la jornada de análisis del encuentro. La investigadora aconseja cómo comer mejor y más saludable.

La directora del Centro de Investigación de Alimentos Funcionales de la Universidad de Valparaíso (Cidaf), Mariane Lutz, inauguró la jornada de análisis de la mesa redonda “¿Comemos alimentos saludables en Chile?”, cuyo objetivo se orienta a analizar lo que se está realizando en las distintas instancias regulatorias del país, incluyendo la nueva Ley de Alimentos.

En la actividad, organizada por la Academia de Ciencias Farmacéuticas de Chile, en conjunto con el Cidaf, y el Instituto de Salud Pública de Chile, participan importantes referentes de la alimentación saludable del país.

La profesora Lutz destacó el enfoque de este encuentro y valoró la realización de la actividad “en un momento en que las políticas públicas en el tema están cambiando y es necesario conocerlas y analizarlas”.

—¿Cómo evalúa el desarrollo de este tipo de iniciativas?

—Nuestra misión, como universidad pública, es poner sobre la mesa temas de relevancia nacional, y este sin duda lo es. La iniciativa ha tenido muy buena acogida, hemos recibido manifestaciones de entusiasmo y ganas de asistir por parte de gente de distintas instituciones y regiones del país, lo que demuestra que hace falta. Es un tema absolutamente transversal, ya que nos afecta a todos.

—¿Cuál es la actual dieta que consumen los chilenos?

—Aunque no se cuenta con datos sobre la dieta chilena actual, la evidencia indica que se consume un exceso de calorías, sodio y azúcares y hay una deficiencia en el consumo de frutas y verduras, lo que ya nos indica que no es una dieta adecuada para las necesidades de las personas.

—¿Qué productos son los más nefastos y se deberían eliminar de inmediato?

—Ningún alimento es “nefasto” o “malo”, lo que debemos intentar hacer es consumir alimentos variados, aprovechar la disponibilidad estacional de productos hortofrutícolas, no comer permanentemente “a la rápida”, alimentarnos en forma moderada, volver a la cocina a preparar los alimentos y consumirlos en tiempos regulares (no cada uno en su pieza, viendo la TV o chateando). La alimentación desequilibrada afecta negativamente sobre todo a algunos grupos de la población, como los niños y niñas, que son más vulnerables a los excesos de calorías, sal, azúcares y grasas saturadas o de mala calidad y se predisponen a enfermedades.

—¿Qué tipo de efectos podrían desarrollarse si no se hace nada al respecto?

—Ya estamos con una prevalencia muy alta de sobrepeso y obesidad infantil, y entre los adultos hay muchas enfermedades cardiocerebrovasculares, hipertensión, diabetes, cáncer, neurodegeneración, todo asociado a la mala alimentación, nuestro sedentarismo y altos niveles de estrés. Tenemos que tomar conciencia de nuestro propio equilibrio físico, mental y emocional y cuidarnos más.

—¿Qué son los alimentos saludables?

—Aquéllos que nos aportan una nutrición adecuada, compuestos saludables que contribuyen a prevenir enfermedades y que son inocuos, es decir, no nos causan daño.

—¿Cómo se puede lograr el cambio a una dieta saludable?

—Con voluntad, ya que el conocimiento de lo que es saludable casi todos lo tienen. Hay que pasar del conocimiento a la acción.

—¿Qué opina de los alimentos que han sido alterados genéticamente y cómo se puede garantizar la seguridad en su consumo?

—Esos alimentos permiten que contemos con una amplia variedad de productos disponibles en todas las épocas del año, que no requieren del uso de pesticidas tóxicos, que resisten condiciones ambientales adversas y/o que poseen algunos nutrientes o compuestos saludables en mayor cantidad en relación con los originales. No se han publicado efectos adversos derivados de su consumo. Es curioso que algunos se preocupan mucho de este tema, mientras la población se enferma por consumir el doble de sal de lo que se requiere y productos que de verdad nos pueden dañar, como las papas y las sopaipillas fritas, más encima con mayonesa; los famosos completos y choripanes, que son una bomba de calorías y grasas saturadas; una cantidad impresionante de bebidas gaseosas con azúcar (somos segundos en su consumo después de México), o pan amasado o hallullas con mucha grasa, en fin… Es cosa de ir a un patio de comidas y ver a familias completas comiendo en forma totalmente inadecuada.

—¿Qué recomienda consumir en la temporada de verano que está pronto a iniciarse?

—Muchas de nuestras frutas maravillosas, muchas ensaladas frescas, muchos jugos de fruta naturales, recuperar las preparaciones tradicionales como el pastel de choclo, los porotos granados, nuestros productos del mar (todos), el tomaticán, las cazuelas, en fin… Somos privilegiados en la gama de alimentos que podemos aprovechar y disfrutar sanamente.