Proyecto Fondecyt muestra momentos cotidianos de 24 parejas del mismo sexo en exposición fotográfica
“Públicas y privadas” se exhibe hasta el 23 de noviembre en el Museo Baburizza.
Imágenes de la vida cotidiana de 24 parejas de lesbianas, gays y bisexuales que fueron entrevistadas en el marco del Proyecto Fondecyt “Parejas del mismo sexo en Chile: Luchas públicas y privadas”, se presentan en la exposición titulada “Públicas y privadas”, abierta a todo público en el Museo Baburizza. El proyecto está a cargo de la doctora Alejandra Ramm, académica de la Escuela de Sociología de la Universidad de Valparaíso, y las fotografías son de Pablo Izquierdo.
El objetivo del proyecto es investigar las relaciones de parejas del mismo sexo en los ámbitos público y privado, en consideración a la gran cantidad de estigmas y prejuicios existentes sobre ese tema. Según explica Alejandra Ramm, se decidió mostrar este trabajo en fotografías “porque una imagen vale más que mil palabras, hay una verdad en ese dicho. Este es un proyecto de investigación, y los productos habituales que se exigen a la academia son textos escritos para revistas científicas que en realidad son de muy difícil acceso, y nos parece que una forma mucho más inmediata, directa y que habla en muchas más dimensiones que sólo la racionalidad de un texto académico, son las imágenes, y por eso recurrimos a la fotografía documental de Pablo Izquierdo para hacer esta exposición”.
Señala la académica que “lo público y lo privado se suele presentar como si fueran dos mundos aparte, como si lo privado sólo fuera competencia de nosotros y también como si lo privado fuera un espacio de libertad. Sin embargo, el caso de personas que tienen una pareja de su mismo sexo o no binaria muestra la falacia de esa afirmación, pues formar pareja no siguiendo el mandato de la heterosexualidad afecta su estatus público, su posibilidad de acceso a educación, a empleo, a justicia, sus posibilidades de circular libremente por la calle o en el transporte público. También afecta sus vidas privadas, sus posibilidades de formar familia, de seguir perteneciendo a sus familias de origen, o que les corten el financiamiento para estudiar, o les exijan no hablar o no hacer demostraciones de afecto hacia su pareja en presencia de sus familias”.
Aunque, indica Alejandra Ramm, en la última década Chile ha avanzado en estos temas —por ejemplo con el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor de la jueza Atala, la Ley Zamudio, el acuerdo de unión civil, el matrimonio igualitario y la Ley de Identidad de Género—, “por otra parte, no hay que olvidar que la regulación de la sexualidad y de las formas de hacer familia son un campo de disputa atravesado por luchas de poder”, con una fuerte influencia de las religiones y de las clases dominantes, lo que ha sucedido históricamente en Chile, en que se valora la familia basada en el matrimonio civil y religioso, heterosexual y patriarcal.
Apunta: “Esta exposición nos invita a tener una forma de relacionarnos de manera abierta, franca, honesta y horizontal. La cotidianidad que muestran las fotografías nos conecta con esa humanidad común, que todos, todas, todes compartimos. El impacto que pretendemos es mostrar, desmitificar. La homosexualidad, el lesbianismo, y de manera más general toda la no heterosexualidad, ha sido construido como un mundo de perversión, como de una sexualidad desviada, precisamente por el peso de las religiones y de los grupos de poder. Y esta exposición muestra que tal construcción es una falacia absoluta: que aquí hay seres humanos que son como cualquier otro ser humano, en una situación de desventaja por emparejarse con alguien de su mismo sexo, lo que les genera una serie de discriminaciones. Estamos mostrando que hay vidas humanas como cualquier otra, personas que buscan establecer sus proyectos, lazos de afecto, de cuidado y de convivencia. Queremos correr este velo y mostrar que toda esta supuesta perversión es construida con un claro afán de discriminación y de estigmatización”.
La exposición “Públicas y privadas” se exhibe en el Museo Baburizza, Montealegre 132, paseo Yugoslavo, hasta el jueves 23 de noviembre, y el horario de visita es de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas, con entrada liberada.
Fotos: Denis Isla / Texto: Lorena Ruiz