Crean archivo patrimonial para preservar la memoria institucional y de la Escuela de Derecho
Iniciativa es liderada por profesores y estudiantes de la unidad académica.
Cerca de nueve mil libros y cuatro mil ejemplares de revistas que datan de la década del sesenta hacia atrás, además de un conjunto de objetos y documentos, que incluyen recortes de periódicos, fotografías, planos y afiches, componen el material con el que un grupo de profesores y estudiantes de la Escuela de Derecho de la UV está trabajando en el proyecto denominado “Archivo Patrimonial y Cultural de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso”, iniciativa que tiene por objetivo preservar la memoria de la carrera y de la casa de estudios a nivel patrimonial.
En este contexto, estudiantes de la Escuela de Derecho iniciaron en el mes de julio de 2022 las labores que involucra el proyecto, las cuales corresponden a tres etapas: selección y descarte de libros, catalogación del material seleccionado según criterios y códigos de biblioteca, y digitalización de materiales y objetos para que puedan ser visualizados y solicitados por medio de la página web. Se terminó un primer periodo de trabajo en diciembre pasado y se espera terminar la primera etapa durante el 2023, con un nuevo equipo.
El grupo de estudiantes es coordinado por el profesor Camilo Arancibia, y en éste trabajaron durante 2022 Matías Zárate, Francisco Castro, Daniel Bravo y Rafaela Mirauda. Hasta octubre, además, trabajó Camila Gallardo. Además, el trabajo del grupo es respaldado por el decano de la Facultad de Derecho, Alberto Balbontín; la secretaria de Facultad, Inés Robles; el director de la Escuela de Derecho, Claudio Oliva; la profesora de la escuela y directora de Bibliotecas y Recursos para el Aprendizaje, Patricia Reyes; el profesor y director de la Fundación Escuela de Derecho, Ricardo Saavedra; y la profesora de la Escuela de Diseño UV Ángela Herrera.
Origen del proyecto
Consultado sobre cómo se gestó la iniciativa, el académico Camilo Arancibia sostuvo que “lo primero que uno observa en la escuela es su imponente y elegante edificio. A partir de ahí, cuando algunos de nosotros fuimos alumnos -en el 2005-, pudimos encontrar en las bodegas del inmueble un sinnúmero de libros, documentos y objetos que daban cuenta de la historia centenaria de la institución. Descubrir esos tesoros de la historia de la escuela nos hizo inmediatamente darnos cuenta, a estudiantes y profesores, que era necesario preservarlos”.
“Ahí contamos con la gran ayuda del decano Alberto Balbontín y quien fuera director, Ricardo Saavedra, para conformar el Grupo de Recuperación Patrimonial. Actualmente hemos podido conformar -con ayuda del Centro de Exalumnos- el Archivo Patrimonial y Cultural de nuestra escuela, lo que nos tiene muy satisfechos. Yo ejerzo labores en él como coordinador de Patrimonio y Acervo Cultural”, añadió.
Respecto al objetivo, explicó que “se busca preservar la memoria de la institución, pues haciendo tal cuestión preservamos la memoria de la Región. En ese sentido, hay que observar el patrimonio tangible e intangible de nuestro edificio. Se podría pensar que el edificio son sólo materiales sólidos que conforman el inmueble, pero el inmueble es muestra clara de lo que fue la universidad en el siglo pasado: una entidad pública que no solo entregaba títulos, sino que formaba parte de la actividad cultural local mediante la organización de eventos musicales y obras de teatro. Además, brindaba servicios odontológicos y peluquería con oficinas dentro del edificio. Ello nos muestra que la labor de docencia de las universidades es solo una parte, a la cual se le suma la de investigación y extensión, todas relevantes para el desarrollo personal e intelectual de los estudiantes y profesores”.
“El edificio fue obra de su director Victorio Pescio, quien se dio a la tarea de brindarle a Valparaíso su propio inmueble y centro de estudios jurídicos, conformándose en un polo intelectual donde conviven estudiantes y profesores de las diversas tendencias, con el objeto de dar vida a un pensamiento crítico que sirva a los fines de país. De la confluencia entre el edificio y los valores que se sustentan en sus aulas -libertad, pluralismo y tolerancia- obtenemos ese patrimonio intangible que se vuelve concreto en cada persona que acude a nuestros egresados, sea como jueces, abogados particulares o en otras funciones jurídicas”, cerró.
Respecto al trabajo, el académico explicó que se resguardan preferentemente los libros de la década de los sesenta hacia atrás, salvo algunas excepciones -como algún timbre, una dedicatoria, un libro único u otra seña relevante-, conservándose además todos los documentos.
En esta primera etapa de selección, categorización y digitalización se trabajará con libros, mientras que durante el desarrollo del trabajo se continuará con documentos y objetivos patrimoniales.
Según el informe actual del Archivo Patrimonial y Cultural de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, hay alrededor de mil cuatrocientos libros oficialmente pre descartados, respecto de los cuales todavía queda una segunda revisión.
Labores y experiencia de estudiantes
La ahora egresada Rafaela Mirauda explicó sobre el paso a paso del trabajo que “consiste en tomar libro por libro y desempolvarlo con una brocha en una caja especial que contiene el polvo. Luego, según el criterio del año, se seleccionan los libros que sean de 1960 hacia atrás, mientras que los demás se descartan. También existen otros criterios de selección: memorias, documentos, dedicatorias o timbres especiales, y todos se dejan”.
“Posterior a ello, los libros seleccionados son depositados en las estanterías del archivero y los descartados traspasados a una planilla Excel que es revisada por el profesor Camilo Arancibia semanalmente, quien indica si algún libro es rescatado y traspasado a otra planilla de libros seleccionados definitivamente. Los libros descartados oficialmente son agrupados en cajas de cartón y los seleccionados oficialmente depositados en una estantería específica del archivero, son numerados correlativamente y en la planilla se completan los datos para una posterior catalogación (título, autor, país, editorial, materia y número de páginas). Se realiza un turno semanal de cuatro horas por estudiante”, detalló.
Sobre la experiencia de participar en el proyecto, la exalumna destacó que “nuestro trabajo fue como una teletransportación al pasado. Significó encontrarnos con fotos, autores, pensamientos, hitos de la historia, sobre todo de la historia del derecho y de la participación que tuvo la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso en ello. Me parece una gran iniciativa querer recuperar la parte de nuestra historia que se encuentra entre esos libros y documentos, y espero que este proyecto de conservación y difusión del patrimonio continúe avanzando”.
Por su parte, el también exestudiante Matías Zárate indicó que “la experiencia en el archivero ha sido reencontrarse con la escuela desde una arista que no ha sido explorada históricamente por el estamento estudiantil e incluso por otros estamentos. Potenciar estos espacios haría posible un acercamiento y entendimiento tanto de la infraestructura como de la composición orgánica histórica e incluso anécdotas de la Universidad. Es de esperar que las instancias sean aún más a lo largo del tiempo y permitan enfocarse en este espacio desde otra visión”.
Para conocer más sobre el proyecto de Archivo Patrimonial y Cultural de la Escuela de Derecho, se puede revisar sus redes sociales:
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