“Esta casa de estudios la considero mi alma mater”
Afirma Juan Sebastián Cayo, egresado de la UV ganador del Premio Nacional a la Música Presidente de la Republica.
Como un forma de reconocer su dilatada y productiva trayectoria artística en el área de la música, el profesor e investigador Juan Sebastián Cayo recibió este jueves el Premio a la Música Nacional Presidente de la República.
El académico obtuvo la distinción en la categoría de Edición Musical, mientras que la soprano chilena Cristina Gallardo-Domâs, el cantante Eduardo Gatti y el folklorista Sergio Rodríguez lo recibieron en Música Docta, Música Popular y Música Folklórica y de Tradición Oral, respectivamente.
El investigador realizó su pregrado en la carrera de Música de la Universidad de Valparaíso y actualmente es becario en el programa de Doctorado en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad, también de la UV. Cuenta con una vasta experiencia en el campo de la investigación, la formación y la creación en áreas musicales, del libro y gestión artística, en general, y ha impartido docencia en la Universidad de Valparaíso, la Universidad de Chile y el Conservatorio Izidor Handler de Viña del Mar.
Para el académico, este premio representa un reconocimiento a la gestión como autor, editor y gestor en el campo de la edición. Como autor, se le reconocen las dos ediciones de “Armonía Moderna: técnicas de rearmonización y modulación”, material de estudio y análisis sobre música popular. Además, es autor de “Tonada de Concierto y otras nueve obras para guitarra sola; el legado compositivo de Ricardo Acevedo” (1932-2014). Como editor, destaca su trabajo en la revista Ámbito Sonoro, edición de CIMA especializada en la difusión de artículos académicos vinculados a la música, entre otros textos relacionados a la recopilación de partituras, como las de los compositores Enrique Soro, Nino García, Ramón Campbell, entre otros. Por último, como gestor, es responsable de la creación de Ediciones Cluster (www.edicionescluster.cl), editorial especializada en la publicación de textos (físicos y virtuales) relacionados con el campo de la música”.
Cayo afirmó que “mi relación con la UV fue de alumno de pregrado entre el año 2005 -2009, docente entre 2016-2020 y actualmente soy becario ANID (ex Conicyt) en el programa de Doctorado en Estudios Interdisciplinarios de la Universidad de Valparaíso. Si bien he tenido y tendré discrepancias a múltiples cosas que suceden en la academia, esta casa de estudios la considero mi alma mater. Ojalá se me dé la instancia de volver como docente alguna vez”.
También destacó la camaradería que se dio mientras se formaba como músico: “la relación con los compañeros fue fundamental. Creo que aquella camaradería de los recesos de clases, reuniones y conversaciones con quienes estábamos en una misma sintonía (la crítica sistemática al modelo educativo académico) me proporcionó un sinfín de ideas que me ha permitido articular todo lo que se ha logrado en los últimos años”.
Su vasta trayectoria le ha permitido transitar por la investigación, formación y creación en áreas musicales, del libro y gestión artística en general. Al consultarle cuál de ellas le ha reportado mayores satisfacciones reveló que “en realidad todas ellas me han significado una gran satisfacción, puesto que en primera instancia la investigación es una actividad que se hace mayoritariamente de manera solitaria. Es en ese contexto en donde me desenvuelvo con más comodidad. Además, esto ha significado exponer actividades compositivas de relevantes músicos chilenos, vale decir, difundirlos en el contexto nacional del siglo XXI”.
En cuanto a la formación, expresó que es un campo que lo llena de satisfacción puesto que “trato de entregar todo lo que como alumno no pude recibir, información específica. Por consiguiente, que los participantes de las sesiones puedan llevarse conocimiento que suponga elevar el nivel y que mis alumnos terminen sabiendo más que yo es la idea de un ‘enseñante’, como lo denomino yo”.
En relación a la gestión artística, destacó que “la creación del Centro de Investigación Musical Autónomo CIMA (www.cimach.cl) me ha significado realizar junto a Gerardo Marcoleta (mi colega en aquella institución) todo lo que desee hacer en la academia, que por diferentes motivos no se me permitió”.
Finalmente dijo que “si bien el premio en mi categoría no considera un aporte monetario (lo cual pude conversar con la ministra Consuelo Valdés para una futura modificación), me significa un diploma de reconocimiento firmada por el presidente de turno, en una ceremonia habitualmente realizada en La Moneda, además del evidente incremente en mis antecedentes académicos, puesto que este premio es un reconocimiento nacional de renombre en el contexto donde se inserta”.