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“Lo importante de la muestra del Museo de la Memoria es que se reflexione sobre lo sucedido”

17 Junio 2016

Señalan estudiantes de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales que trabajan como guías en la exposición “Nunca más”.

Diez alumnos de la carrera de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales de la UV son los guías de la exposición “Nunca más”, muestra que corresponde al programa de itinerancia regional anual del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, y que se está presentando hasta el viernes 1 de julio en el hall de la Escuela de Derecho, en Errázuriz 2120, con entrada liberada. Es la segunda vez que la Universidad de Valparaíso aloja una exhibición del Museo, que esta vez está centrada en eventos ocurridos en la Quinta Región durante la dictadura.

Los jóvenes, que alternan esta labor con sus tareas académicas, están organizados en turnos semanales de mañana y tarde, los que cubren en duplas. De los diez, ocho han sido alumnos de asignaturas electivas sobre memoria e historia reciente, dictados por la profesora Graciela Rubio. La académica se manifestó orgullosa del trabajo de los estudiantes, a la vez que destacó lo significativa que esta experiencia será para su trabajo como profesores.

Tema no abordado

Valentina Fernández, de cuarto año, y Nadia Jamett, de quinto, son dos de las guías de la exposición. Ambas coinciden en la importancia de conocer la memoria reciente, tema que en Chile no se aborda mucho.

Valentina explica que ella sigue un curso electivo con la profesora Rubio, “y ella tenía como proyecto que nosotros fuéramos guías para poner en práctica lo que estamos aprendiendo, y obviamente para tener esto como una experiencia que nos sirva a futuro para poder trabajar en este ámbito, o desarrollarlo quizá después en investigación. Porque la verdad es que es un tema bastante reciente; aquí en Chile por lo menos, la memoria y la historia no se trabajan mucho”.

Por su parte, Nadia señala que ella tenía la inquietud de acercarse a este tema, ya que “este año he estado investigando sobre el tema del patrimonio, cómo se trabaja y cómo la sociedad en sí se apropia de él o lo ignora. Creo que lo importante es ligar el patrimonio con la memoria, poner en valor la cultura de Chile, que está tan desvalorada por la sociedad, por ignorancia o porque los chicos ahora tienen otros intereses y, por ejemplo, encuentran aburrida la Historia”.

Respecto de ese punto, la enseñanza de la historia, la estudiante considera que “el sistema educativo hace que la historia sea monótona, que se enfoque sólo en personajes o en fechas, y en realidad la historia no es eso: la historia sigue viva en el presente y en cada uno de nosotros”. Valentina coincide con el punto, agregando que “eso tiene que ver mucho con la visión eurocentrista que se imparte, tanto en la historia que se enseña en los colegios como en la universidad. Entonces, en el fondo uno va reproduciendo eso y no se da el tiempo de indagar más allá”.

Por otro lado, indica Nadia, “también tiene que ver que en la escuela se enseñan partes de la historia, cosas por aquí y por acá, pero no existe una conexión entre lo que pasa globalmente y cómo eso repercute en Chile y cómo las cosas que pasan en Chile repercuten en el resto del mundo. Creo que ese es el problema en la enseñanza de la historia. Y en el fondo, este sistema lo único que hace es perjudicar a los chicos, porque no tienen un hilo conductor para que puedan relacionar y tener un pensamiento más crítico”.

No más tabú

En cuanto al interés del público por visitar la muestra, las estudiantes señalan que ha ido bastante gente. Nadia señala: “El primer día estuvo lleno de gente, mucho interés. El resto de los días hemos visto gente que viene a mirar, que hace preguntas, pero muy tímidamente. Algunos se emocionan mucho con lo que se está mostrando. Creo que lo importante de esta muestra es poner en discusión, representar el pasado reciente de Chile, y que se deje ese tabú de que no se hable de estos temas, porque siguen repercutiendo en la actualidad”.

Valentina añade que “hay gente que estuvo exiliada o que tiene familia exiliada, que vienen acá y se encuentran con otro Chile, que cuando ellos se fueron no era así. Entonces, la exposición sirve como para cambiar la visión errada que mucha gente tiene de lo que fue este período, que está desinformada, que a veces pasa por ignorancia o que simplemente es apolítica. Es bueno que vengan a la muestra y que se interioricen, para dejar ese tabú. Sí ha habido harto interés por parte de la gente, mucha más gente adulta que jóvenes. Yo creo que la invitación está más que hecha: tienen que venir, tienen que conocer; aparte que es súper temática, todo es súper didáctico, hay videos, hay audios, hay pantallas táctiles”.

La exposición está orientada a público de toda edad, incluyendo a los niños. Explica Nadia: “Hay una visita que es para los colegios, donde ciertos temas se tratan de tocar no al grano, sino dando una idea general sobre ellos. Por ejemplo, el tema de la tortura: no se les puede explicar cómo se hacía, pero sí para que ellos tengan el conocimiento, una noción sobre lo que pasó, y que desde ese conocimiento ellos puedan exigir el respeto a sus derechos. Es bueno que todos conozcan, porque es una realidad que no se puede negar, ni para chicos ni para adultos ni para nadie”.

Valentina añade que la muestra provoca muchas emociones, no siempre fáciles: “A nosotros nos hicieron capacitaciones, pero igual es difícil. Ver el libro de cómo torturaban es muy fuerte. Son horribles las cosas que tuvieron que pasar muchas personas, y muchas de ellas vienen acá y las cuentan, y recordar todo eso… Igual es una herida muy reciente. Lo importante de esta muestra es que la gente reflexione sobre lo que sucedió, sobre la violación de los Derechos Humanos”.

Reparación

Matías Espinoza, alumno de quinto año, destaca la importancia de la muestra desde dos puntos de vista: “Cómo nosotros por una parte, desde la academia, mostramos cómo nos relacionamos con nuestro pasado reciente, cómo lo enfrentamos, y desde el punto de vista de los Derechos Humanos, cómo esa memoria nos sirve para resguardar los derechos de los niños, los derechos de las personas, los derechos políticos y civiles de las personas”.

Añade: “Hoy día hay una Constitución, hay organismos internacionales que protegen esos derechos, justamente por casos desde Auschwitz en adelante, y que tienen que ver con la tortura, la represión, la eliminación de personas, con la confrontación de ideologías por sobre la protección de un derecho universal, como son los Derechos Humanos. Eso debería estar por encima de todo: el respeto, valores como la democracia”.

Además de eso, agrega Matías, “cómo ese pasado reciente nos significa a nosotros construir un tipo de ciudadanía, respetuosa pero también crítica, despierta, en que la experiencia de un pasado muy reciente no se olvide. En definitiva, cómo uno mira los procesos de hace muy poco tiempo y sabe cómo construir en adelante. Creo que ahí tiene mucho que ver lo que este museo pueda exponer para las personas, cómo confrontan su realidad de forma directa con la evidencia misma”.

Importante para el alumno es la reparación a las víctimas por parte del Estado: “El Museo de la Memoria viene a ser parte de una política de reparación, de búsqueda de verdad. De tres mil casos el ’90 hoy día estamos en 38 mil casos de torturados, desaparecidos, asesinados. Entonces falta que la gente tenga el valor de venir a dar un relato, un testimonio; porque yo estoy seguro de que faltan muchos casos todavía, y es parte de la reparación, es parte de buscar la verdad para efectos de reparar una sociedad que ojalá nunca más vuelva a pasar este tipo de traumas”.

Los estudiantes

Los alumnos de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales que son guías de la exposición “Nunca más”, son Esteban Cisternas, Andrés Cangas, Alejandra Pelin, María Teresa Guzmán, Iván Guerrero, Matías Espinoza, Valentina Fernández, Nadia Jamett, Miguel Bravo y Carla Lara.