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Con obra de Shakespeare se realiza primer egreso de nueva malla curricular de Teatro

18 Enero 2016

“Un reino, mi barco” es dirigida por Cristián Keim.

Es 1951 y el mundo está en plena Guerra Fría. Una compañía de actores es convocada para montar las grandes tragedias de Shakespeare a bordo de un crucero, pero la nave se dirige inevitablemente a una tormenta y a sus ocupantes les espera un oscuro futuro. Ese es el argumento de la obra de Egreso 2015 de la Escuela de Teatro UV, dirigida por Cristián Keim y escrita por Sebastián Carez-Lorca, que se presenta en el Parque Cultural de Valparaíso.

La Obra de Egreso en la Escuela de Teatro UV marca el cierre del proceso académico de los estudiantes y el inicio de su carrera profesional. Es considerada como el examen final y la práctica profesional y, por lo mismo, tiene una evaluación y posterior calificación. Es un montaje puesto en escena por los estudiantes que egresan, pero apoyados por un director y productores profesionales.

Y si bien es cierto que este es el octavo examen de egreso en la historia de la Escuela de Teatro UV, es considerado el primero con la nueva malla curricular. “El montaje juega con diversos planos de la realidad. Las obras de Shakespeare tienen una profundidad donde el autor habla de la naturaleza de las cosas, a pesar de toda la poesía, de todo lo formal, de todo lo lejano que puede ser para nosotros, incluso de la traducción”, explica el director Cristián Keim.

Keim agrega que “es un material interesante para poder trabajar lo que llamamos representación. Enfrentado con este concepto de lo natural, de lo real que contienen las obras de Shakespeare, lo ponemos en tensión y este es el resultado. Quisimos hacerlo así porque es profundamente complejo y divertido para uno como actor y como espectador enfrentarse a un material como este. Además coincidió con la conmemoración de los 500 años de Shakespeare”.

Tragedia y humor

Sobre la obra, el director explicó que se centraron “en concebir el espectáculo a través de las tragedias, pero siempre sabiendo que el material shakesperiano contiene tragedia y humor, como la idea de una cierta totalidad. Es fundamental el sentido del humor, porque completa y nos acerca de una manera más agradable a temas que son fuertes”.

En cuanto al trabajo de preparación con los egresados, Keim añade que “la diferencia con un montaje profesional es que uno escoge, en cambio en esta situación hay que trabajar con todos los alumnos que se encuentran en la situación de egreso, pero por suerte he estado en su formación y fui partícipe en la malla nueva, por lo que me siento responsable del trabajo que ellos logran presentar y ha sido un agrado y una muy buena experiencia trabajar con este egreso”.

“Los estudiantes han cumplido de manera profesional el trabajo que nos hemos planteado y la recepción del público ha sido bastante buena, estoy cierto que es un montaje complejo, pero como trabajamos distintas capas de narrativa, el público comprende muy bien, lo pasa bastante bien, aplaude con gusto y existe una reflexión al salir del teatro que es lo que nos interesa provocar, por lo que estamos muy contentos”, asegura el director.