Optaron por la zona para retribuir, con su tiempo y trabajo, la beca que cursaron.
Luego de tres años de esfuerzo y estudio, cinco exalumnos de la primera generación de egresados de la carrera de Medicina del Campus San Felipe, regresaron al valle de Aconcagua para devolver su beca, ahora como médicos especialistas.
Los internistas Navor Uribe, Juan Carlos Barraza y Francisco González, la fisiatra Rina Carvallo y la cirujana Valentina Maluenda, optaron por el Servicio de Salud Aconcagua para trabajar los próximos seis años tras realizar su especialidad en Valparaíso, Viña del Mar y Santiago.
El doctor Francisco González realizó su beca en la Universidad de Valparaíso y en el campo clínico del Hospital Gustavo Fricke. “Volver al Hospital San Camilo es bueno porque los equipos son más o menos los mismos, son personas que nos tienen mucho cariño, ellos fueron los primeros que debieron acostumbrarse a tener alumnos en sala”, sostiene.
Reconoce que el comienzo de su formación de pregrado fue complejo: “Empezamos a venir en tercero y en ese etapa era difícil que el equipo entendiera cual era el objetivo de las tutorías y las docencias. Fue interesante como fuimos abriendo camino para que se desarrollara en forma plena la labor académica, lo que ayudó a formar lazos que perduran hasta hoy”.
Hoy el doctor González contribuye a trabajar con alumnos de pregrado, ya que aún no tiene las competencias completas para formar especialistas. Básicamente, significa aprender a abordar a un paciente, cómo examinarlo y cómo hablar para que no se sienta intimidado, aspectos que traspasa a sus alumnos.
En tanto, el doctor Navor Uribe se formó como internista en los hospitales Pereira y van Buren de Valparaíso, y Fricke de Viña del Mar. Señala que “uno nunca vuelve como se fue”.
Dice que regreso, sin duda, más maduro y con una experiencia distinta, “nos tocó hacer mucha UCI lo que permitió enfrentarnos a un paciente crítico, aprender a ejecutar todos los procedimientos y aproximarnos al tema de la muerte en forma más natural”.
Asimismo, el doctor Uribe explica que no hay mejor método para formarse que con la gente que sabe. “Uno puede estudiar mucho, pero hay que haber visto, palpado y tocado. Alguien tiene que explicarte y mostrarte. Existe muchas personas que forman parte del equipo de trabajo que no pertenecen a la universidad, quienes te van enseñando y formando”.
En el futuro es posible que se dedique a la geriatría, área en la que le gustaría realizar un programa de envejecimiento saludable a nivel comunitario.
La doctora Rina Carvallo estudió fisiatría en la Universidad de Chile y se desempeñó en el Hospital José Joaquín Aguirre. Cuenta que su especialidad se encarga de la rehabilitación y abarca a una amplia gama de pacientes con discapacidad, desarrollando un trabajo para que su vida sea lo más independiente posible.
Interactúa con un equipo multidisciplinario, entre ellos, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos y asistentes sociales, con quienes buscan que los pacientes salgan adelante.
Dada la falta de fisiatras, la doctora Carvallo regresó para llenar una vacante de su ex mentora, la doctora María Lucía Ríos. Junto con esto, próximamente, asumirá la formación de los alumnos que tomen el internado de la especialidad en tercer año.
“Estoy súper contenta de regresar, soy de San Felipe y volver fue lo que siempre quise para aportar a la salud del valle. Por otro lado, tratar de contribuir con la universidad es gratificante, es devolver la mano y brindarles apoyo a los mismos docentes que estuvieron en nuestro proceso de formación”, expresa.
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