Se trata del reconocimiento de su condición de Patrimonio de la Ciudad que le obsequió en octubre el municipio de Valparaíso.
Con la instalación y descubrimiento de la placa de mármol que da cuenta de su condición honorífica de Patrimonio de la Ciudad, la cual le fue obsequiada en octubre pasado por el municipio local, la Escuela de Enfermería de la Universidad de Valparaíso puso término oficial a los actos de conmemoración de sus 80 años de existencia.
La iniciativa formó parte de una ceremonia en la que se entregaron reconocimientos a los docentes y funcionarios del plantel y se recordaron los principios fundacionales que estableció para ella Carlos van Buren, en 1933.
La actividad fue presidida por la directora de la Escuela de Enfermería, Liliana Pastén, y a ella asistió especialmente el alcalde Jorge Castro, quien estuvo acompañado por el rector Aldo Valle y el decano de la Facultad de Medicina de la casa de estudios, Antonio Orellana.
En su intervención, la autoridad edilicia reiteró el orgullo que el municipio y los habitantes de Valparaíso sienten por la Escuela de Enfermería UV, y destacó sus innumerables aportes en beneficio de la comunidad.
“El día del aniversario quedó pendiente este acto. Por eso, quisimos retornar a la Escuela de Enfermería, a esta institución señera, para reconocer una vez más su labor y dar testimonio público de la gratitud que los habitantes sentimos hacia todos quienes han trabajado y trabajan en ella, mediante esta placa en la que le otorgamos el título honorífico de Patrimonio de la Ciudad”, afirmó ante los presentes el alcalde Castro.
Sus palabras fueron agradecidas por la profesora Liliana Pastén, quien afirmó que este tipo de acciones permiten dejar constancia de lo hecho a las futuras generaciones.
Asimismo, el rector Aldo Valle felicitó a la Escuela, calificándola de baluarte de la memoria de la Universidad y de la historia de Valparaíso.
Entrega de reconocimientos
La Escuela de Enfermería quiso reconocer el trabajo, dedicación y compromiso de sus docentes y funcionarios.
Por ello, la directora Liliana Pastén entregó una distinción a los profesores María Soledad Jara, Marcela Morella, Marcela Mondaca, Gladys Henríquez, Héctor Vargas, Paola González, Pamela Lobos, Lucy Amstrong, Beatriz Peña, Marjorie Haddad, Jessica González, Josephine Bratz, Andrea Melo, Camilo Guerrero, Claudia Pastén, Angélica Mosqueda, Jessica Mc Cawley, Paulina Gundelach, Isabel Siefer, Cecilia Ladman, Johana Vidal, María Inés Johnson, Marta Zamorano, Paola Puelma, Sandra Rodríquez, Karin Lizana, Carolina Ruiz-Tagle, Ana María Torres y Jaime González.
Asimismo, reconoció la trayectoria académica de las docentes Nidia Núñez, Gabriela Monardes, Sonia Peroni, Eliana Soya, Beatriz Castro, Luisa González, Marta Bahamóndez, Nelly Cortés y Gladys Rosales.
Finalmente agradeció la labor de las secretarias y funcionarios Marcia Celedón, Jovita Salas, Claudia Pacheco, Katherine Montenegro, Teodoro Cubillos, Guido Alvarado, Gonzalo Araya y Nancy Peralta.
La ceremonia concluyó con la habilitación de una placa con el poema “Cultiva una rosa blanca” de José Martí, que desde ahora adorna el frontis del acceso a la sala Valeria Aspillaga.
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