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Alertas en rotulado orientarán a una mejor elección de compra

17 Diciembre 2013

Este martes se publicó en el Diario Oficial el Reglamento que exige la ejecución de la Ley 20.606, más conocida como Ley Súper 8, a partir de seis meses desde esta fecha.

Desde ahora en adelante todos los productos envasados que contengan más de un límite establecido en el Reglamento Sanitario de los Alimentos de los llamados nutrientes críticos (sodio, grasas saturadas y azúcares) y de energía por porción, deberán llevar un mensaje, presentado en forma de disco Pare, del tipo “Alto en…”. Estos alimentos “Altos en…” tendrán además restricciones a su publicidad en medios masivos de comunicación y prohibición de venta y de cualquier tipo de promoción al interior de establecimientos educacionales de enseñanza básica y media.

“Estos productos por ejemplo no podrán tener ganchos comerciales, como juguetes, calcomanías u otros, ni utilizar personajes relevantes para los niños, que incentiven su preferencia y compra”, aseguró Mariane Lutz, académica de la Universidad de Valparaíso y experta en alimentos funcionales, aquéllos que provocan efectos beneficiosos para la salud, más allá de la nutrición.

La nueva Ley, que demoró casi cuatro años en aprobarse por el Congreso, entra en vigencia en seis meses, tras ser publicada esta martes en el Diario Oficial.

Una vez que esta disposición entre en vigencia, se aplicará tanto a los productos elaborados en Chile como a los importados, entre los cuales se encuentran leches saborizadas, yogurt endulzado, mantequilla y margarina, helados, masas horneadas, cereales, confites, dulces, refrescos en polvo y bebidas gaseosas.

Más información

En cuanto a los beneficios del nuevo reglamento, la académica de la UV destacó que ofrecerá “la posibilidad de hacer elecciones de compra de alimentos con más y mejor información, con mensajes más claros y visibles en relación al contenido de nutrientes críticos y energía, que permitan distinguir con mayor claridad cuáles son los alimentos que por su alto contenido de azúcar, sodio, grasas saturadas y/o energía son menos recomendables en los niños y comparar con otros de su tipo más saludables”.

Agregó que “al limitar su publicidad y venta, se podrá disminuir el estímulo a la compra aprovechándose de la ingenuidad de los niños. El objetivo es disminuir el consumo de alimentos no saludables y contribuir a disminuir la obesidad, especialmente en las etapas tempranas de la vida, como la edad preescolar y escolar”.

Normativa innovadora

Siguiendo las palabras de la académica UV, es importante recalcar que el nuevo etiquetado está destinado a orientar al consumidor a través de advertencias. Así, no prohíbe el consumo de ningún producto, sino que se espera que se disminuya y modere su consumo.

“Es una ayuda relevante al momento de escoger los alimentos en la compra, y además contribuirá a modificar lo que llamamos un ‘entorno obesogénico’, poniendo límites a la publicidad y venta, especialmente para niños”, opinó Lutz.

Esta normativa es muy innovadora en el mundo, aunque muchos otros países en Latinoamérica han seguido el modelo de Chile. “No hay evaluaciones exhaustivas aún al respecto, excepto el caso de Finlandia, que lleva algunos años implementándola con resultados muy exitosos”.

Seguir avanzando

Para Mariane Lutz es importante destacar que esta Ley es un gran avance para Chile, aunque “hay otros desafíos importantes, como avanzar en la información (etiquetado nutricional) de los alimentos no envasados, es decir, aquéllos que se venden a granel y aquéllos que se venden en restoranes o en la calle”.

Destaca otro elemento: “La Ley también dejó fuera la prohibición de publicidad de los sucedáneos de leche materna, tema relevante al momento de pensar en políticas públicas para combatir la obesidad”.

Nuevos productos

Esta nueva normativa incorpora un mensaje que desalienta la compra y obliga a los productores a invertir en tecnología para reducir el contenido de nutrientes críticos y energía en sus productos y cambiar el etiquetado. Además, limita la venta en establecimientos educacionales y limita fuertemente la publicidad de esto alimentos. Para Mariane Lutz, la normativa debería ser un incentivo al desarrollo tecnológico en alimentos, para generar productos alimenticios más saludables y atractivos para los consumidores. “Es más bien una gran oportunidad de cumplir con lo que permanentemente declaran: la responsabilidad social”.