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Los nuevos desafíos que enfrentan los profesionales de la salud

21 Agosto 2013

Expertos advierten que los cambios tecnológicos y la mayor autonomía de las personas propician la medicina defensiva. El tema fue analizado en la primera sesión de las IV Jornadas de Medicina y Humanidades, que organiza la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

Un interesante debate sobre los desafíos y complejidades que en la actualidad enfrentan los médicos y profesionales de la salud, como resultado de los profundos cambios tecnológicos, el surgimiento de nuevos paradigmas bioéticos y enfoques que hoy rigen en nuestra sociedad en materia de deberes y derechos de las personas, generó la primera sesión de las IV Jornadas de Medicina y Humanidades, que organiza la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

El encuentro, titulado “Ética en la práctica sanitaria: ¿el fin de los principios?”, busca congregar a especialistas, profesionales, académicos y estudiantes para que analicen, reflexionen y discutan a cerca de una serie de temas, experiencias y casos prácticos, que en esta oportunidad giraron en torno a los conceptos de autonomía, justicia, beneficencia y no-maleficencia, entre otros.

Las jornadas fueron inauguradas por el decano de la Facultad de Medicina de la UV, Antonio Orellana, quien junto con felicitar a los organizadores —en particular al Departamento de Humanidades Médicas, que dirige la profesora Liliana Contreras—, valoró la oportunidad y pertinencia de las materias a tratar.

Al respecto, afirmó que la idoneidad de los profesionales de la salud está dada por los necesarios conocimientos científicos y destrezas técnicas, pero también por los valores éticos y el desarrollo de virtudes humanistas, que, como un todo inseparable, privilegien el paradigma clásico del arte y la ciencia clínicos, la medicina y la relación con los pacientes.

Beneficencia y no-maleficencia

La actividad se inició con la mesa de discusión sobre las experiencias y significados relacionados con los conceptos de beneficencia y no-maleficencia.

En ella tomaron parte el doctor Fernando Novoa, neuropediatra, director del Programa de Especialización de Neuropediatría de la Universidad de Valparaíso y presidente del Comité de Ética del Hospital Carlos van Buren; Silvia Reyes, psicóloga, asesora del Tribunal de Familia de Viña del Mar y presidenta del Colegio de Psicólogos de Viña del Mar, y Álvaro Hevia, licenciado en Filosofía por la Universidad de Chile y profesor de Bioética de la Escuela de Medicina de la UV.

Durante su intervención, el doctor Novoa recordó que el tema de la ética ha estado siempre presente en la profesión médica, al punto que dicha orden gremial fue la primera de Chile en contar con un código de principios.

No obstante, afirmó que la preocupación por el deber no ha impedido que el escenario actual se torne complejo, principalmente como resultado de la revolución tecnológica.

“En el pasado, la tecnología era poco eficaz, ayudaba a que la naturaleza curara. La persona que sufría un paro cardíaco o respiratorio generalmente se moría. Eso cambió. Hoy la tecnología es poderosa y los profesionales confían en ella. Por eso, en la actualidad existe una alta prevalencia de la medicina defensiva, por el temor de los médicos a ser demandados. Ello ha promovido, por ejemplo, el uso extendido de los exámenes o prescripción de antibióticos, sin que los mismos sean debidamente necesarios, desde el punto de vista de provocar un bienestar al paciente evitando hacer algo que lo pueda dañar”, dijo el doctor Novoa.

Al respecto, afirmó que el ideal de los principios de beneficencia y no-maleficencia se expresa en la doctrina del doble efecto, que reza que el beneficio debe ser siempre mayor que el daño que se pueda provocar, considerando también el método adecuado.

En opinión del facultativo, este tema igualmente se ha complejizado dada la mayor autonomía que hoy tienen los pacientes, como resultado de la ley 24.584, que establece los deberes y derechos. “Esto no altera algo que, a mi juicio, siempre debe ser así: que siempre el médico debe pedir permiso al paciente. Por lo tanto, me parece que estamos frente a un progreso”, concluyó.

Neutralidad moral

Su presentación encontró eco en los planteamientos del profesor Álvaro Hevia, quien abordó el tema en base al significado que tiene el promover y hacer el bien.

En tal sentido, explicó que la bioética ha experimentado una evolución sostenida, desde la concepción paternalista originada en tiempo de Hipócrates, que plantea que el bien es lo que sabe y resuelve el médico, hasta una visión moderna apalancada en los deberes y derechos de las personas, que ha fomentado —finalmente— el surgimiento de un “modelo de autonomía”, que plantea que el bien lo determina el individuo, en base a la libertad que posee para decidir por sí mismo.

A juicio del académico esta situación fomenta el riesgo de que los médicos caigan en una suerte de neutralidad moral, dado que —en base a dicha autonomía— el bien es algo subjetivo que está fuera de él y la práctica médica, por descansar en la persona. Por ello, el profesor Hevia aseveró que la bioética debería propender hacia un modelo de intersubjetividad, que conduzca más hacia el autoconocimiento y no hacia la toma de decisiones o elección, con el fin de que tanto médico como paciente deliberen en conjunto a favor del beneficio y del bien buscados por ambos.

Autonomía progresiva

Ambas visiones fueron complementadas por la psicóloga Silvia Reyes, quien expuso sobre los derechos del niño y los adolescentes, y del dilema que hoy enfrenta nuestra sociedad frente a lo que denominó la “invisibilidad de la infancia”, que hace que la opinión de los mismos no sea considerada.

La profesional fue enfática a la hora de advertir que los cambios sociales deben ir aparejados de la necesidad de dotar a los niños de deberes y responsabilidades apropiados a su edad, como parte de una autonomía progresiva.

“Ello implica hacerlos partícipes de ciertas decisiones, de explicarles qué sucede con su salud y qué puede resultar del tratamiento, sobre todo en caso que ocurra un conflicto con sus derechos o, en extremo, que pueda estar en riesgo su integridad o su vida”, aclaró.

Justicia

En su segunda parte, la primera sesión de la IV Jornada de Medicina y Humanidades prosiguió con una conferencia que dictó el destacado académico Miguel Kottow, doctor en Medicina por la Universidad de Bonn y director del Departamento de Bioética y Pensamiento Biomédico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.

En ella, se refirió a los contraprincipios en la ética y la bioética, generando gran interés entre los profesores y estudiantes presentes.

Posteriormente, se realizó una nueva mesa de discusión vinculada al tema de la justicia, en la que intervinieron la doctora Adela Montero, especialista en Obstetricia y Ginecología de la Universidad Austral de Chile, quien se refirió a la atención en salud de adolescentes y su relación con el principio de justicia; el doctor Yuri Carvajal, especialista en Salud Pública, quien analizó los perspectivismos, principios y ontologías múltiples, y la filósofa Ana Escribar, quien hablo del supuesto fin de los principios o el reconocimiento de su enraizamiento en la cultura.

La primera sesión culminó con la conferencia del abogado y máster en Bioética, Alberto Lecaros, titulada “Hacia un principio de autonomía encarnada: consideraciones desde el concepto de responsabilidad”.

Segunda sesión

La IV Jornada de Medicina y Humanidades continuará este miércoles, a partir de las 09:00 horas, con una mesa de discusión sobre el tema de la autonomía.

En ella expondrán el doctor Álvaro Cavieres, director del Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso; Esteban Hadjez, especialista en Salud Pública de la UV, y Abel González, licenciado en Educación y Filosofía de la PUCV y profesor de Filosofía y Ética de la Facultad de Humanidades de la UV.

El cierre estará a cargo de la profesora Ana Escribar, quien dictará la conferencia “La justicia, ¿virtud que se enseña o deber que se impone?”.