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Profesionales del Valle de Aconcagua participaron en taller de clown

19 Agosto 2013

Transmitiendo alegría y conscientes del rol que hoy asumen como payasas y payasos, veinte profesionales fueron certificados tras participar en el taller de clown que desarrolló el Campus San Felipe de la Universidad de Valparaíso, en su labor de vinculación con el medio.

En esta ocasión participaron funcionarios del Hospital Psiquiátrico de Putaendo, la Junta de Jardines Infantiles (Junji), el Hospital San Juan de Dios de Los Andes, el Centro de Salud Familiar (Cesfam) de San Esteban y la Municipalidad de Los Andes, entre otras instituciones del Valle de Aconcagua.

A través de tres sesiones, impartidas por Ciscu Margenat, pedagogo clown, y la pediatra francesa Julie Pelicand, quien además tiene un doctorado en salud pública, se planteó una invitación para despertar al payaso natural de cada uno.

“Es el encuentro con el niño y la niña divertida que todos llevamos dentro, ese ser libre que se expresa mejor a través del juego y la risa, que a pesar de irse opacando a medida que nos hacemos adultos, sigue ahí”, comentó Ciscu Margenat.

Básicamente, el trabajo está basado en la pedagogía de Jacques Lecoq, pedagogo teatral contemporáneo, quien abordó el payaso desde el aspecto educativo. Lo anterior se sustenta que el clown no existe por separado del actor que lo interpreta, mientras que el trabajo con la risa tiene por objetivo fomentar su práctica en la vida cotidiana, obteniendo los conocimientos de los efectos terapéuticos que produce. Para esto se utilizan ejercicios integrales basados en la fisiología de la risa y la respiración.

La pediatra Julie Pelicand indicó que estos sentimientos y emociones son los catalizadores esenciales que recrean, reactivan y refuerzan el espíritu humano.

Añadió que es un error pensar que jugar es algo exclusivo de la infancia. “A pesar de que todos hemos experimentado las sensaciones positivas que nos aporta en la vida adulta, pocos somos los que nos atrevemos a tomarnos la vida como un juego, una actitud que permite afrontarla desde la creatividad y el disfrute, lo que obra como antídoto para no sufrir tanto”.

Ciscu Margenat reiteró que cuando los adultos comienzan a jugar se vuelven vulnerables, y “cuando esto sucede son capaces de transmitir esas emociones y ayudan al resto”. Y agregó: “Me siento muy privilegiado por la posibilidad de dar estos cursos, existen muchos efectos positivos que quedan para los participantes y que sabemos que desde hoy miran la vida con otros ojos”, sostuvo.

La directora del Campus San Felipe de la UV, doctora Carmen Castillo, indicó que se trabajó con profesionales de distintas instituciones, la mayoría vinculados y relacionados con niños y niñas. “En su gran mayoría ellos atraviesan por situaciones complejas a su corta edad. La posibilidad de permitirles que se rían, abstraerlos de lo que están enfrentando, es un valor agregado a nuestra labor”.

“Los fundamentos que sustentan este taller, buscan precisamente ese propósito: trabajar con la risa y fomentarla en la vida cotidiana, considerando los efectos terapéuticos que esto tiene”, sentenció.

Paula Gómez Ramos, terapeuta ocupacional del Hospital Psiquiátrico de Putaendo, indicó que al llegar se tienen diferentes expectativas. “Sin duda, es enriquecedor tanto desde el ámbito personal como profesional; son experiencias que fortalecen tu yo interno, que te dan salud mental y educan tu espíritu”.

Mientras, Marcela Silva Celis, psicóloga del Departamento de Educación Municipal (Daem) de San Esteban, manifestó que esta es una herramienta que permitirá mejorar la relación de trabajo con los adultos y los niños. “Sin duda, cumplió con todas las expectativas que tenía”, afirmó.