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Facimar inició programa de observación costera de condiciones oceanográficas y meteorológicas en la bahía de Valparaíso

28 May 2013

Corrientes, temperatura, salinidad, oxigeno, fitoplancton, clorofila, nutrientes y zooplancton, a los que se suman la temperatura y humedad del aire, velocidad del viento y radiación solar, son los parámetros ambientales que se están monitoreando simultáneamente en Montemar.

Conscientes de la complejidad física, química y biológica de los procesos oceanográficos y meteorológicos costeros y la falta de estudios de largo período, la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso inició el “Programa de observación costera de variables oceanográficas”, cuyo objetivo es comprender cuantitativamente los procesos que controlan los transportes, las transformaciones y los destinos del material biológico, químico y geológicamente importante en la bahía de Valparaíso y en la plataforma adyacente.

Es decir, basados en un monitoreo de largo plazo, se analiza y comprende los procesos que controlan las condiciones oceanográficas y meteorológicas costeras en la zona de la bahía de Valparaíso, desde el punto de vista de su variabilidad natural, y el impacto que producen en ellos la surgencia costera (fenómeno oceanográfico que da origen a las zonas pesqueras más productivas), el fenómeno del Niño y el cambio climático.

La iniciativa está cargo de los doctores Mario Cáceres, Mauricio Landaeta, Jaime Letelier y Eulogio Soto, todos académicos de la carrera de Biología Marina UV. De este proyecto también están formando parte estudiantes de Biología Marina y de Magíster en Oceanografía, como también funcionarios de esta unidad académica. Parte de los primeros resultados están siendo utilizados para el desarrollo de tesis y publicaciones científicas.

Toma de muestras a bordo

El doctor Jaime Letelier sostuvo que desde octubre de 2012 se iniciaron las observaciones exploratorias, que consisten en una toma de muestras y datos quincenales, desde una embarcación menor, a lo largo de una transecta (o línea recta) de cuatro kilómetros, perpendicular a Montemar.

“Esta transecta consta de cinco estaciones, que pueden llegar a los cien metros de profundidad. En cada una de las estaciones se obtienen datos de temperatura, salinidad, oxígeno, fluorescencia, clorofila, zooplancton, fitoplancton y nutrientes. Paralelamente se realizan mediciones de las corrientes (magnitudes, dirección y variabilidad), utilizando un dispositivo móvil de medición Doopler llamado ADCP.

Desde mayo de 2013 se incorporó una estación meteorológica, la que fue ubicada en el techo de la Facultad, para obtener registros continuos de temperatura y humedad del aire, presión atmosférica y dirección y magnitud del viento. En un corto período se incorporarán medidores de olas y nivel del mar en la costa.

Todo este sistema de monitoreo costero, explicó el académico, tiene como complemento la adquisición de datos satelitales de temperatura y clorofila, que permiten contextualizar en el espacio los procesos locales observados en la costa de Montemar.

“Este sistema pretende proyectarse en el tiempo realizando una actualización de los equipos de medición e incorporando un mayor número de variables para obtener observaciones de calidad y uso científico”, afirmó.

Bases de datos robustas

El doctor Letelier explicó que “las estaciones de monitoreo permanente contribuyen a conformar bases de datos robustas, basadas en una gran cantidad de información de gran calidad, que nos permite analizar la variabilidad de nuestros sistemas, ya que reflejan los procesos locales como también los impactos de los procesos y eventos de escalas globales”.

Para el académico, el objetivo es contar con un importante instrumento de análisis ante los eventos climáticos, como por ejemplo el Niño y la Niña o el cambio climático, mediante la observación y el estudio científico de gran cantidad de datos, durante un período de varios años.

La iniciativa propende, además de la obtención de datos, a generar herramientas para la gestión del océano costero. La idea es desarrollar cuadros sinópticos de 24 horas y en el largo plazo modelos para conocer el impacto en nuestro mar de las perturbaciones que se generan en el Ecuador.

“A largo plazo podemos extraer información tan valiosa que nos permita por ejemplo detectar los efectos del cambio climático en la bahía de Valparaíso, a nivel biológico, físico y meteorológico. En otro nivel nos permitirá monitorear el fenómeno del Niño y sus consiguientes efectos en las condiciones locales”, indicó.

Conservación de la biodiversidad

Además, el doctor Letelier señaló que esta iniciativa beneficia la conservación de la biodiversidad acuática de la zona costera, porque “con este tipo de herramienta se podrá acceder a información relevante para el manejo y la toma de medidas de mitigación respecto a la conservación, usando datos como el nivel de oxígeno en el agua o la evaluación de las corrientes marinas, entre otros”. Por otro lado, ayudará al desarrollo de actividades productivas como la acuicultura y a optimizar áreas de manejo, entre otras.

En el corto plazo, la información será difundida on line a través de la página web de la Facultad (www.cienciasdelmar.cl) y podrá ser consultada por toda la comunidad, especialmente por pescadores, instituciones relacionadas con la conservación de los recursos pesqueros, la autoridad marítima que monitorea el estado del mar e instituciones relacionadas. Esto dado que —como cuenta el académico— se podrá “detectar olas que vienen de mar de fondo, marejadas, tanto cuando empiezan a llegar a la costa como cuando terminan de afectarla, de tal manera poder referir a la autoridad marítima y a los pescadores la situación de marejadas o su detección, la velocidad del viento, que en algunos casos puede llegar a ser peligroso, y analizar los impactos que tienen a nivel sinóptico”.