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Proyectan significativo incremento de casos de Alzheimer y Parkinson en Región de Valparaíso

30 May 2013

Unos 20 mil adultos mayores padecerían hoy estos males en la zona, cifra que podría duplicarse de aquí a 2030. La causa: el sostenido envejecimiento que evidencia su población.

Un considerable aumento de las enfermedades degenerativas crónicas y altamente invalidantes, particularmente Parkinson y Alzheimer, registra en la actualidad la Región de Valparaíso. Según proyecciones médicas, los casos referidos a esos males se han incrementado de tal forma en el último tiempo, que su número bien podría duplicarse antes de 2030.

La causa de este fenómeno es el sostenido envejecimiento de la población, como resultado de la mayor expectativa de vida. El chileno promedio vive hoy 78,5 años, diez más que hace un siglo, índice similar al que exhiben las naciones más desarrolladas del planeta, en una lista que encabeza Japón con una media de 83 años.

Y la de Valparaíso es la región que concentra, por lejos, el mayor porcentaje de adultos mayores del país: 15,7 por ciento, que equivale a poco más de 270 mil habitantes, según datos del Servicio Nacional del Adulto Mayor.

Por tal motivo, esta zona enfrenta un escenario más que complejo en la materia. A tal punto que se estima que en ella existen a la fecha entre tres mil y cuatro mil 500 personas afectadas por el Mal de Parkinson. Es decir, el 1,5 por ciento del total de sus adultos mayores lo padece, y cada año estaría aumentado hasta en 300 nuevos casos.

Respecto del Alzheimer, los pacientes serían unos quince mil, aproximadamente. En otras palabras, el 5,5 por ciento de los adultos mayores de la Región de Valparaíso se estarían viendo afectados hoy por esta severa enfermedad, cifra que aumenta exponencialmente con la edad, ya que en el segmento etario que va entre los 85 y 95 años suele afectar al 30 por ciento de los individuos.

Si a ellas se añaden otras enfermedades asociadas a la demencia o deterioro mental, el cuadro general en la región sería todavía más complicado, ya que las personas que las padecen tienen hasta un 50 por ciento más de probabilidades de morir que una persona sana.

Falta de estudios

Según explicó el doctor Germán Cueto, neurólogo del Hospital Carlos van Buren y profesor de la cátedra de Neurología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, la epidemiología de las enfermedades neurológicas en Chile no se ha estudiado debidamente.

Ello implica que actualmente no existen estudios que revelen y/o avalen, con certeza, la real situación de este tipo de males, por lo que para establecer su prevalencia e incidencia se deben realizar cálculos basados en la extrapolación de cifras internacionales, que generalmente son aceptadas como confiables.

“Así tenemos que el número de personas que serían portadoras de Parkinson en la Región de Valparaíso, por ejemplo, sería de dos a tres por cada mil habitantes. En tanto que el número de casos nuevos por año, fluctuaría entre doce y 20 por cada cien mil habitantes”, precisó el facultativo.

Un diagnóstico similar realizó el neurólogo Gustav Rohde, académico e investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, quien advierte que en este tema nuestro país se encuentra atrasado, ya que las cifras que públicamente se manejan sobre prevalencia e incidencia de este tipo de enfermedades datan de estudios realizados en 1996 por la Organización Mundial de la Salud.

“Sin embargo, la evolución del Alzheimer en Chile y en esta región presenta un comportamiento casi idéntico al de países que evidencian similar esperanza de vida. Por lo tanto, no estamos frente a una realidad particular sino que enfrentamos una situación propia de las sociedades cuyos adultos mayores viven cada vez más años”, aseguró el especialista.

Enfermedades incurables

Ambas enfermedades comparten un origen desconocido y una potencial incidencia de la herencia genética. También el hecho de que suelen desarrollarse, en el 99 por cientp de los casos, a partir de los 60 años.

A contar de esa edad, por alguna razón que la medicina aún no ha podido descifrar, ciertas células del cerebro comienzan a morir. En el caso de los pacientes de Parkinson, las afectadas son aquéllas que producen la levadopa y que se ubican en la materia gris ubicada en el tronco cerebral. “El deterioro o desaparición de estas células genera akinesia, temblores y desequilibrio que, con el tiempo, dan paso al encorvamiento y la demencia, culminando eventualmente en la muerte del paciente”, explicó el doctor Cueto.

El Alzheimer, por su parte, se caracteriza por la pérdida irreversible de la memoria y de otras capacidades mentales, como consecuencia del deterioro o muerte de las neuronas. “Esta enfermedad es incurable y si bien es posible realizarse algunos exámenes para detectarla, éstos no permiten aún diagnosticarla con certeza, por lo que nos vemos enfrentados a un dilema ético: ¿le decimos a la persona que es probable que la desarrolle, siendo que no estamos seguros?”, sentenció el doctor Rohde.

La tasa de sobrevida promedio de quienes padecen estas enfermedades es de diez años, aunque ese tiempo puede variar dependiendo del momento en que se diagnostiquen y la severidad de su avance. Con ciertos tratamientos, sobre todo en los casos de Parkinson, algunos pacientes pueden prolongar su vida —en condiciones relativamente adecuadas— unos 20 años.

Costo económico y social

En términos sociales, estos males asociados al deterioro cognitivo y los trastornos conductuales conlleva una serie de problemas y desafíos para la sociedad, en particular para quienes conviven e interactúan directamente con las personas que los padecen.

No sólo tienen que ver con los elevados costos económicos derivados de los tratamientos y fármacos que deben suministrarse, ya que ni las Isapres ni Fonasa los incluyen en sus planes, sino, principalmente, con externalidades relacionadas a su padecimiento, como son el ausentismo laboral y la alta tensión familiar, entre otros.

Y a nivel de políticas públicas la realidad resulta aún más compleja. Tanto Germán Cueto como Gustav Rohde advirtieron que dado el contexto del envejecimiento que evidencia nuestro país y la Región de Valparaíso, si las autoridades no comienzan a planificar en materia de prevención, cuidado y atención de los adultos mayores, en el futuro cercano nuestra sociedad de verá enfrentada a un problema de salud pública que será muy difícil de resolver.