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Educación gratuita. Carta de profesores de la Escuela de Derecho UV

12 Abril 2013

Publicada por El Mercurio de Santiago en su edición del viernes 12 de abril.

Señor director:

Como profesores de una Facultad de Derecho, y desde nuestras diversas convicciones políticas, respaldamos públicamente la demanda por una educación pública, gratuita y de calidad en todos los niveles del sistema educacional. ¿Por qué insistir en la gratuidad de la educación? Porque tenemos la convicción de que es falsa la apreciación, sostenida hasta el hastío, de que la educación gratuita universal es regresiva e ineficiente.

La educación universal es un servicio financiado con cargo a impuestos generales parcialmente progresivos (quien tiene más, paga más), lo que impacta directamente en la reducción de la desigualdad, donde Chile presenta índices inaceptables (coeficiente de Gini).

Además, la progresividad deriva del hecho de que quienes más poseen invierten en educación, proporcionalmente, mucho menos que los más pobres (Sanhueza, Corvalán).

Según demuestra la Ley de la Utilidad Marginal Decreciente (sobre el significado que se otorga a un bien por cada unidad adicional), dado que un sistema gratuito y universal impacta mayormente en los sectores menos aventajados, el beneficio resulta ser progresivo (así, por ejemplo, el beneficio derivado de comer un trozo de pan para una persona que ha comido mucho, es menor que el logrado por quien se muere de hambre).

El principio universalista tiende a producir integración, pues unifica los intereses de los agentes (Atria, Mayol). Si los sectores de mayores ingresos invierten tanto en su educación como en la de los más pobres —pues los hijos de ambos asistirán al mismo establecimiento—, se cuidarán de garantizar un servicio educacional de calidad para todos (como se observa en países con los mejores sistemas educacionales del mundo, como los escandinavos).

Dicho de otro modo, la eficiencia de la educación gratuita y universal radica en que al no haber segregación, todos (especialmente los privilegiados) tendrán fuertes incentivos para luchar por una educación de calidad, redundando en su propio beneficio. El acceso universal a la educación contribuye a la realización de una sociedad más justa e igualitaria, solidaria y con mejor capital cultural, con oportunidades efectivas para todos y para todas, sin que las condiciones materiales de la cuna determinen cómo será nuestra tumba.

Marcela Aedo R., Claudio Agüero S., Jaime Bassa M., Alejandra Zúñiga F., Juan Carlos Ferrada B., Emanuele Corn F., Felipe Gorigoitía A., Luis Villavicencio M., Felipe Peuriot C., María Inés Robles C., José Luis Guzmán Dálbora, Christian Viera

Profesores de la Escuela de Derecho

Universidad de Valparaíso