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“Chile es un país sísmico en todo sentido, hay heridas históricas que aparecen cada cierto tiempo”

07 May 2012

“La violencia está instaurada en la raíz de la sociedad”, sostuvieron en la ceremonia de lanzamiento del libro “Violencia(s), coordenadas y perspectivas: Aportes de una praxis transformadora”, en la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso.

Las sicólogas Adriana Sosman y Jenny Carreño realizaron una compilación con diversos textos de distintos autores cuyo eje central es la violencia. Sin llegar a conclusiones, las compiladoras señalan que Chile se retrata bajo un marco instaurado constitutivamente en la violencia.

En el libro, según Adriana Sosman, se aportan distintas miradas y focos para abordar el tema: “Lo interesante es que hay una mirada clínica y social historiográfica en la compilación de artículos, invitamos personas de distintos ámbitos y así se abordaba de mejor manera la temática”.

Los distintos tipos de violencias presentados en el texto hablan de lugares como el colegio, del machismo, de lo traumático de los delitos, de la represión sociopolítica que hubo en Chile durante el período de la Dictadura y también en Latinoamérica, y en el caso de Brasil en zonas urbanas y en las favelas.

La compilación está dividida en distintos ejes: movimientos sociales, hegemonía, violencia y sociabilidad, aportes de la clínica, la memoria histórica y conclusión de un trauma. Cada texto tiene una propuesta y una tesis, desde distintas entradas. “El libro se convierte en una propuesta, un escenario para la discusión. Se debe abrir más temas y más reflexión, para no terminar en una verdad y una conclusión. La idea es que genere más conclusión y reflexión, es una invitación”, indica la psicóloga clínica Adriana Sosman.

Sin pensar en el tipo de violencia que más se da en Chile, Sosman presta atención a la raíz de la violencia en nuestra sociedad, así como también en nuestra identidad y en la forma de ser que viene desde nuestra historia. “La idea de la compilación es observar la violencia desde una perspectiva estructural”, dice.

Chile y sus fracturas

Ante la pregunta ¿es Chile un país violento?, las autoras señalan que efectivamente podría serlo tanto como un movimiento telúrico: “Chile es un país sísmico en todo el sentido de la palabra, literal y metafóricamente. Hay un montón de heridas históricas que aparecen cada cierto tiempo, en motines, en protestas, lucha combativa y armada, pero ahí quedan. Guardaditas hasta que aparecen, y ahí operan todos los mecanismos que sabemos que operan después de un alzamiento popular. Chile es violento y reprimido, es constitutivamente violento, desde su historia y de la represión constitutiva de Chile”.

Las autoras se preguntan quién es el que violenta y cuáles son las relaciones de violencia que existen: “La realidad, las relaciones sociales hay que descaricaturizarlas, porque Chile está dentro de una sociedad que tiene situaciones internas que tiene que resolver y aprender a resolver”. Adriana Sosman ejemplifica con el tema de la brutal golpiza que causó la muerte a Daniel Zamudio: “Si uno se desembaraza del tema de la violencia, por ejemplo en el caso de Daniel Zamudio, esos cuatro son los malos, los terribles. Pero ¿qué pasa con la sociedad que genera esta discriminación?”.

Encapuchados

En relación al tratamiento nacional de las violencias, la psicóloga Jenny Carreño expone la contingencia de las movilizaciones sociales desde la perspectiva de los encapuchados. “El tema de los encapuchados es bastante particular, no porque sea un hecho de ahora, sino porque viene a reeditar un montón de cosas; las prácticas de resistencia que se desarrollaban en la dictadura y que tenían otro nombre, antes eran los pasamontañas, no eran las capuchas. Y es una señal, un código, una forma de actuar, una forma de enfrentar una situación que sientes que te agobia y que tienes que enfrentar, además que te reprimen: no puedes mostrar el rostro en este país porque hay represión, eso es lo que está diciendo el chico que se encapucha”. Mientras, Adriana sosman sostiene que “son grupos marginados que no tienen otras vías de expresión”.

Sin embargo, Carreño destaca que como práctica de resistencia o de pelea, no es una situación de ahora. “Desde principios del siglo XIX, del siglo XX, es recurrente el uso de las calles como escenario de disputa, de aparecer como sujeto histórico, como voz existente. Yo complejizaría bastante más el tema de la violencia en la calle que empezar a definir a los chivos expiatorios, los enemigos eternos ¿Cuáles son las heridas que no se han sanado como sociedad? Son conductas sociales que están emergiendo periódicamente y que aparecen para los 28 de marzo, para los 11 de septiembre, son fechas rituales. Y se van reconfigurando en el escenario visual, se van resignificando, y las distintas generaciones las van asumiendo con lo que están viviendo, y los enojos, las rabias están reprimidas”.

La presentación del libro tuvo lugar en el auditorio de la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso y contó con la participación del licenciado en Ciencias Políticas Rafael Agacino, y el sociólogo Raúl Zarzuri.