Ingreso ético familiar: “Los incentivos son clave para su éxito”
Sobre el sueldo de 170 mil pesos, el experto en Derecho del Trabajo aseveró que “ningún monto será suficiente, ya que la pobreza es un problema social con muchas aristas”.
Aunque para el presidente del Departamento de Derecho del Trabajo de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, profesor Camilo Mori Cruz, es muy difícil erradicar la extrema pobreza de un plumazo, esta iniciativa legal impulsada por el Ejecutivo es un paso que permite avanzar en ese sentido. Para el académico, no hay que perder de vista que se trata de un proceso social que probablemente experimentará avances y retrocesos, pero lo importante siempre es ir monitoreando el cumplimiento de las metas esperadas.
—Qué le parece la inclusión del ingreso ético familiar al sistema de protección social en proyecto de ley del Gobierno, que lo fija en 170 mil pesos? ¿Le parece suficiente, un avance o insuficiente?
“Toda medida que se tome para erradicar la extrema pobreza debe ser aprobada y recibir nuestro apoyo, como también el de los diversos sectores sociales y políticos involucrados. Sin duda que ningún monto será suficiente, ya que nos enfrentamos a un problema con muchas aristas, en especial de tipo cultural y que pasa sin duda por la educación de los sectores más postergados de nuestra sociedad. Sólo superando este gran escollo podremos decir que hemos dado un paso adelante. Y es sin duda la obligatoriedad del cumplimiento de las obligaciones escolares, como uno de los requisitos para obtener este beneficio, un paso positivo en este sentido”.
—La iniciativa supone derechos y deberes. ¿Qué opina de la fórmula de ir alcanzando ciertos requisitos para acceder a bonos específicos?
“Este aspecto me parece el más interesante y el de mayor relevancia. Los sectores más desvalidos han recibido históricamente sólo ayudas de carácter caritativo, ya sea a través de la beneficencia privada o la asistencia pública. Si bien la sociedad tiene un deber que cumplir con ellos, éstos a su vez exigen como un derecho —lo que indudablemente lo es— que se les cubran diversas necesidades, como vivienda, salud, educación, urbanización, etcétera, pero sin asumir que ellos también tienen deberes con la sociedad y que en tal sentido, les surge por su parte la superación de sus estados de necesidad y que si bien no pueden hacerlo solos, sí es posible con la colaboración del Estado. Por ejemplo, la educación, la matrícula desde kínder, la asistencia hasta cuarto medio y el buen rendimiento escolar, serían los más importantes de los deberes que si una familia se compromete a cumplir, sería un factor importantísimo en el cambio que ella experimentará. También el bono de inserción laboral de la mujer es un incentivo en tal sentido, al igual que impedir que el cesante mantenga ese estado, pues en cierta visión, le conviene más recibir una ayuda del Estado (como subsidio de cesantía o ayuda asistencia), que volver a trabajar por una remuneración muchas veces igual o inferior a lo que recibe sin tener la obligación de trabajar”.
—¿Propondría algún incentivo más o alguna contribución a esta iniciativa legal? ¿Algo que le falte, según su opinión?
“Difícil contestar esta pregunta sin haber tenido acceso al proyecto de ley. Sólo en la medida que su discusión avance en el Congreso, podremos valorar lo positivo de él, así como también formular las críticas u observaciones que veamos de sus carencias. Contestar en otro sentido sería dar libertad a la imaginación, por cuanto las necesidades de la extrema pobreza no son posibles de cuantificar pues adolecen de las más mínimas condiciones para tener una vida digna”.
—Se ha dicho que la meta de esta ley es erradicar de la extrema pobreza a 170 mil familias. ¿Es una herramienta adecuada a su juicio? ¿Por qué?
“La extrema pobreza no se erradica como quien arranca un árbol, ya que en los procesos sociales podemos tener tanto avances como retrocesos, pero sin duda que este es un paso que se da para alcanzar dicho objetivo. Lo importante es que el gobierno ha tomado una iniciativa en este sentido y el tiempo nos dirá, cuando las medidas se implementen, si el camino era el correcto. En caso de no serlo, hay que tomar las medidas adecuadas y oportunas para cumplir con las metas propuestas”.
Finalmente, el profesor Camilo Mori manifestó que el seguimiento por parte del Estado del cumplimiento de estos objetivos, como también el apoyo permanente a través de diversos servicios, o del nuevo que se cree, serán la base para el éxito de esta iniciativa legal.
El académico recalcó que el incentivo, durante todo el período que cubre el plan de erradicación de la pobreza y la motivación para reanudarlo cuando no se cumplan las metas o culminen los plazos, será esencial para su buen desarrollo. “Pensemos que este plan está dirigido a un estrato social que no ha tenido nada y que carece de todo”, sentenció.