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Borde Costero: los desafíos de un bien común

18 Agosto 2011

Expertos de la UV, la UPLA, la PUCV y la USM analizan modelos de uso del borde costero en la región, en el marco del XXXI Congreso de Ciencias del Mar, organizado por la UV.

Una absoluta preocupación por el borde costero de la Región de Valparaíso planteó el Grupo Interdisciplinario para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras, GIZC, conformado por un equipo de investigadores, científicos y académicos de las universidades de Valparaíso, Playa Ancha, Católica de Valparaíso y Santa María. Esta preocupación se debe a las presiones y especulaciones de las inmobiliarias que manifiestan un extremo interés por algunos territorios costeros de la zona.

Los especialistas se reunieron este jueves en el Club de Viña del Mar, en el Simposio “Borde Costero: desafíos para integrar una visión multidimensional”, que forma parte del programa del XXXI Congreso de Ciencias del Mar 2011, actividad cuya anfitriona y organizadora es este año la Universidad de Valparaíso.

A juicio de los expertos, el borde costero de la Región de Valparaíso es el que presenta una mayor presión en Chile, porque concentra casi el 50 por ciento de la población de todo el país. Esto ha llevado a aumentar el proceso de infraestructura e inversión desmedida desde la década del 90 en adelante, con un acceso creciente, sin que haya normativas claras para controlar dicho crecimiento.

En este sentido, un primer paso fue la creación de la macrozonificación, que permitirá desarrollar normativas para el uso válido en el borde costero, de modo que sea compatible de acuerdo a los intereses de su uso. La arquitecta de la USM Marcela Soto, integrante del Grupo Interdisciplinario para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras, explicó que “la macrozonificación es indicativa y no es ley; va a generar un plano en el que va a señalar qué usos son compatibles cuando llegue un particular y quiera una concesión del borde costero. Se va a regir por eso, pero no es ley”.

El borde costero se caracteriza por tener territorios de uso pesquero, portuario, turístico, entre otros espacios. Por ello es fundamental entender el territorio y su población, la que tiene un rol fundamental en su uso.

La académica resaltó que el aporte más importante que están desarrollando las universidades respecto del borde costero de la región es el interés por el bien común con equilibrio. “Es un grupo de las universidades tradicionales de la región que vela por un principio precautorio y de bien común. Vemos todas las áreas que son diversas en un territorio, y participamos ingenieros en pesca, oceanógrafos, biólogos, geógrafos, urbanistas, arquitectos y abogados”, señaló Marcela Soto.

Por su parte, el abogado Luis Bork, miembro de la comisión por parte de la UPLA, indicó que las playas y las costas de la región son de uso público de todos los habitantes sin exclusión, pero el paradigma ha cambiado la forma de ver el territorio. “El borde costero es un bien nacional de uso público, pero su uso está restringido, y en la ley hay una hipertrofia de normas que, lamentablemente, diluye el concepto rector básico, que es que el Estado es garante del bien común y los bienes nacionales de uso público son parte de ese bien. Con la lógica de que todo está en el mercado, el bien común se traslada a otros bienes protegidos, como la propiedad privada, y esa es la tensión que se manifiesta hoy”, señaló Bork.

El Grupo Interdisciplinario para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras de las cuatro universidades está trabajando con distintas instituciones de la región, tales como pescadores, asociaciones artesanales y otras comunidades de personas que buscan ser interpretados en instancias con actores oficiales del gobierno.