Skip to main content

Matías Acuña presenta exposición sobre las redes sociales en la sala El Farol de la UV

24 May 2011

“Yo nunca quise ser extraterrestre en mi tierra” se exhibe hasta el 1 de julio.

Veintiséis acrílicos sobre tela conforman la muestra “Yo nunca quise ser extraterrestre en mi tierra”, que el artista Matías Acuña presenta en la sala El Farol del Centro de Extensión de la UV. Los trabajos, realizados entre 2010 y 2011, representan la conducta cotidiana de la sociedad a través de las redes sociales.

La gran inspiración de Acuña es Facebook, ya que a partir de su propia página retrata a diversos personajes casi en forma de caricatura, mostrándolos en cenas, reuniones sociales y fiestas. La mayoría de sus personajes aparecen con orejas de conejo, lo que representa la vitalidad de este animal que siempre está saltando.

Acuña explica que “las calaveras en mis pinturas representan la muerte, ya que en la vida siempre está presente la muerte, y para que nosotros estemos preocupados de nuestra juventud, siempre estamos preocupados de la muerte, de que esto va a acabar y es completamente pasajero, por eso esta muerte es sonriente”.

Como expresa el artista en su página web, las imágenes de su obra representan un estudio de la figura humana, a la vez que son un retrato de la vida cotidiana que lleva con amigos, su hija y su esposa. “Hay autorretratos con mi hija, también aparecen cenas, la ironía de las mujeres en el sentido de cómo ellas son capaces de salir de parranda y tomar licor, un cambio social que estamos viendo. Todos esos comportamientos se reflejan en mi pintura, es de alguna forma como hacer un estudio sociológico”, explica Acuña.

La muestra está abierta a todo público, con entrada liberada, y puede ser visitada de lunes a viernes, de 11:00 a 14:00 y de 15:00 a 19:00 horas, hasta el viernes 1 de julio. La sala El Farol se ubica en Blanco 1113, Valparaíso.

El curador de la sala, Rafael Molina, académico de la Escuela de Diseño de la UV, explicó que se realizan visitas guiadas a la muestra, en las que se pide al público que escriba, en una de las paredes de la sala especialmente habilitada para ello, el nombre de su mejor amigo, como una forma de integrar personas a la memoria a que hace referencia la exposición de Matías Acuña.