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Agustín Squella fue nombrado Ciudadano Ilustre por la Municipalidad de Valparaíso

15 Abril 2011

En ceremonia realizada este jueves en el Teatro Municipal porteño, fueron distinguidos los ochos Hijos y Ciudadanos Ilustres, en la fecha en que la ciudad celebra los 220 años del Primer Cabildo.

“Continuar siendo de utilidad pública para Valparaíso: ése es nuestro compromiso. Un compromiso que es también una tarea y una responsabilidad, pero una tarea y una responsabilidad leves y benignas, porque la sola existencia de Valparaíso, y ni qué decir su llamado, es todo lo que se necesita para ponerse manos a la obra, y para continuar manos a la obra, por la ciudad que gusta y duele a la vez”.

Así se expresó el profesor Agustín Squella, académico de la UV, abogado, periodista, Premio Nacional de Historia y Ciencias Sociales, uno de los precursores de la nominación de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad y de la institucionalidad cultural, en la ceremonia en que el municipio porteño lo nombró Ciudadano Ilustre.

En representación de los ocho distinguidos este año como Hijos y Ciudadanos Ilustres, el profesor Squella hizo el discurso de agradecimiento por la nominación, ante un Teatro Municipal repleto de público. La solemne ceremonia fue presidida por el alcalde Jorge Castro, junto al Concejo Municipal, y contó con la presencia de autoridades locales y representantes de las fuerzas vivas de la ciudad.

Vinculados a la UV

Además de Agustín Squella, dos Hijos y Ciudadanos Ilustres nombrados este jueves también están vinculados a la UV. Ellos son Gonzalo Payo Grondona, cantautor porteño, quien estudió Periodismo en la entonces sede Valparaíso de la Universidad de Chile e integró el conjunto folclórico universitario de la época, y Oriele Zencovich, matrona de destacada trayectoria en el área de la salud, la medicina social, la política y la defensa de la democracia; ella fue académica de la Universidad de Chile, sede Valparaíso, hasta el año 1974.

Este año, cuando se celebran 220 años del Primer Cabildo de Valparaíso, fueron declarados Hijos Ilustres Carlos Cruz Rodríguez, dirigente del Club Deportivo Playa Ancha; Francisco Valenzuela Silva, ex jugador de básquetbol, y Gonzalo Payo Grondona, representante de la nueva canción chilena. En tanto, como Ciudadanos Ilustres se distinguió a Agustín Squella Narducci, académico de la UV; Oriele Zencovich Madrid, ex consejera regional DC y activa dirigente social; Enrique Anguiano Montenegro, empresario hotelero y gastronómico; David Dahma Bertelet, comunicador, director de Radio Universidad Santa María, y la hermana Patricia Beltrán Silva, religiosa adoratriz. Cabe señalar que se nombra Hijos Ilustres a quienes nacieron en la ciudad, y Ciudadanos Ilustres a quienes, habiendo nacido en otro lugar, se hicieron porteños de adopción.

El alcalde Jorge Castro entregó a cada hijo y ciudadano ilustre un pergamino y la medalla Diego de Almagro, y destacó los valores personales de cada uno. En un emotivo discurso, la autoridad comunal agradeció el compromiso permanente con la ciudad de cada uno de los distinguidos, todos los que perpetúan la misión de aquellos primeros porteños que hace más de cuatro siglos exigieron de la corona española que Valparaíso fuera una ciudad, y de quienes convocaron al Primer Cabildo, 220 años atrás.

Palabras de Agustín Squella

En representación de los nuevos Hijos y Ciudadanos Ilustres, hizo uso de la palabra Agustín Squella, quien con humildad destacó los méritos de las siete personas distinguidas junto a él, agradeció el honor y se comprometió a seguir sirviendo a la sociedad como dijo Pablo Neruda, siendo cada vez más “de utilidad pública”.

En su discurso, el profesor Squella destacó que “la condición de hijo es la más fuerte e irrenunciable de cuantas puedan existir, sólo comparable a la de ser padre o madre, y la condición de ciudadano entraña también un sentido de pertenencia y de participación que enaltece a quien se la reconocen. Y cuando esas condiciones se refieren a Valparaíso —la única ciudad de Chile capaz de despertar auténticas pasiones—, su otorgamiento no puede sino producir una honda agitación en lo más profundo de nuestros corazones. Porque si se puede ser feliz en Valparaíso, pero nunca estar en paz con Valparaíso, la distinción que recibimos hoy nos transmite a quienes la recibimos una cierta serenidad, justo la que se requiere para no incurrir en la pereza de la complacencia y, todo lo contrario, para continuar cada cual haciendo lo que esté al alcance de su mano a favor del desarrollo y el bienestar de nuestra querida ciudad”.

El académico citó a Pablo Neruda, cuando en 1970 fue distinguido por la Municipalidad de Valparaíso, ocasión en que dijo “soy un poeta de utilidad pública”. Ante ello, indicó Squella, “y si ustedes me lo permiten, esa podría ser nuestra promesa de hoy al Alcalde y al Concejo Municipal de la ciudad: que si consideraron que hemos sido de alguna utilidad para Valparaíso, nos comprometamos a serlo también en el futuro, aun con mayor determinación, en nuestros respectivos ámbitos de trabajo”.

Además, el Ciudadano Ilustre recordó a Allan Browne —también distinguido como tal—, indicando que “Valparaíso es una ciudad musa, no una ciudad museo; es decir, se trata de una ciudad inspiradora, inspiradora de múltiples adelantos y actividades nacionales que surgieron aquí antes que en otros lugares del país, e inspiradora también del comercio, de la educación, de la literatura, de la música, de la arquitectura espontánea, del cine, de la pintura, inspiradora de vida incluso, porque muchos querrían vivir en Valparaíso para disfrutar y a la vez desconcertarse con su hondo y rico cofre de sorpresas. Ciudad inspiradora de sueños también, hasta el punto de ser ella misma un sueño, un sueño que soñaron sus antiguos habitantes y que sus actuales moradores no tenemos más alternativa que continuar soñando. Soñando y mereciendo, porque nunca nos cansaremos de repetir la lúcida y enérgica proclama del poeta Gonzalo Rojas de que a Valparaíso no hay que amarlo, sino merecerlo”.