Universidad de Valparaíso inaugura primer centro de reproducción asistida para el sistema público regional
Centro cuenta con equipamiento de punta, destinado a desarrollar tratamientos de fertilidad tales como estimulación de la ovulación, inseminación intrauterina, cirugía laparoscópica y cirugía histeroscópica. Este viernes, autoridades universitarias dieron el vamos al único centro en la región que ofrece este nivel de resolución.
El primer centro de reproducción asistida de la región, que atenderá a pacientes del sistema público de salud que hasta la fecha no tenían solución a sus problemas aparte del sistema privado, inauguró este viernes la Universidad de Valparaíso. Se trata del Centro de Investigación en Reproducción Humana, instalado en dependencias de la Facultad de Medicina, y que integrará al hospital Carlos van Buren con la Universidad, uniendo además el trabajo clínico con las ciencias básicas.
En la actualidad, el problema de la infertilidad afecta al quince por ciento de la población fértil. La doctora Verónica Chamy, directora del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Escuela de Medicina de la UV y directora clínica del Centro de Investigación en Reproducción Humana, destaca que se trata de una cifra alta, de un problema prevalente: “De esos casos, si esperamos un año sin dar tratamiento, el porcentaje se reduce como a un ocho, nueve por ciento. Y de esos casos, con los estudios, los tratamientos básicos, etcétera, llegamos a solucionar el problema más o menos a la mitad. Y la otra mitad es la que tiene que ser usuaria finalmente de la fertilización in vitro”.
El objetivo es entregar soluciones a las pacientes antes de llegar a la fertilización in vitro: “¿Qué es lo que se estaba haciendo aquí en el hospital?: Las pacientes ingresaban, encontraban que tenían una infertilidad, el Servicio de Salud entregaba diez cupos para fertilización in vitro, no hacían nada de lo intermedio, y entonces al final nos quedábamos con diez pacientes que podían tener una opción de tratamiento, cuando quizá sólo requerían de una cirugía muy básica”.
Resultados exitosos
La idea, entonces, agrega la doctora Chamy, es concretar una idea que se tenía desde hace bastante tiempo: “Estamos tratando de buscar una integración entre la Unidad de Ciencias Básicas de la Universidad con la Clínica, y a la vez poder entregar un manejo racional y ojalá lo más científico posible, y con buenas perspectivas, al grupo de pacientes de nuestra población usuaria del servicio de salud público para el manejo del tratamiento de la infertilidad, y que puedan tener resultados exitosos. Se organizó un proyecto, de tal manera de integrar todo lo que es la infertilidad en el hospital con las ciencias básicas y armar una unidad que pueda trabajar en todo lo que es el manejo básico de la paciente infértil, el manejo de la baja complejidad. La baja complejidad significa todos los tratamientos que involucren estimulación de la ovulación, inseminación intrauterina, cirugía laparoscópica, cirugía histeroscópica; o sea, todo lo que no signifique fertilización in vitro. Por qué: porque la fertlización in vitro necesita un laboratorio mucho más complejo, y en realidad toda esta unidad el objetivo es que es una primera etapa, para que después, a mediano plazo, a largo plazo, se logre concretar con el laboratorio de fertilización in vitro”.
El procedimiento funciona, desde ya, de la siguiente manera: “Estamos normando cómo se pesquisa la paciente en el consultorio, se deriva al hospital, y en el hospital se hace el manejo de la parte básica, y de ahí, en una reunión del grupo de infertilidad, se decide si va a ir a la baja complejidad aquí en la Universidad. Entonces, en el fondo estamos integrados, y para eso la Universidad —que yo encuentro que fue muy visionaria— destinó un presupuesto para organizar todo este laboratorio”.
El centro ocupa todo un sector del Edificio Bruno Gunther, en calle Hontaneda, “con una sala de almacenaje de todo lo que son las cosas básicas; con una sala de ecografía, con un ecógrafo top, con pantalla para que la paciente lo vea, para hacer los seguimientos foliculares, etcétera; con una sala de examen físico, con la mesa ginecológica, con una sala donde uno se sienta a conversar con la paciente; con una salita para toma de muestra para el hombre, en condiciones buenas, no un baño sucuchento para tomar su muestra: es una sala cómoda, con una pantalla de televisión, para poder ver algo que lo ayude, y además al lado de eso, comunicado por una ventana, está todo el laboratorio de andrología, donde tenemos campana de flujo laminar, tenemos centrífuga, tenemos microscopio, tenemos tinción, etcétera, en donde se está haciendo todo lo que es el estudio del seminograma y preparando las muestras para poder hacer las inseminaciones intrauterinas”.
Convenio con Fonasa
Destaca Verónica Chamy que “todo esto va de la mano con un convenio, que ya lo tenemos casi listo, con Fonasa, que significa que todos esos dineros que Fonasa tenía destinados para fertilización in vitro, en un proceso de transición los destinaría para que nosotros trabajemos la baja complejidad, a la que tienen acceso muchas más pacientes”.
Destaca la académica que “lo rico de esto es que está integrado el biólogo, el embriólogo, todo un equipo. La idea es que a partir de este desarrollo de la investigación, nosotros hacemos la clínica, junto con la docencia, y a la vez se hace una extensión hacia la comunidad, se ven pacientes que no tendrían acceso a esto de otra manera, con un convenio con el Servicio de Salud y con Fonasa”.
Asimismo, subraya que “yo siempre había pensado que nuestra población usuaria de los sistemas públicos de salud estaba absolutamente en desventaja en lo que respecta a los diagnósticos y a los tratamientos de infertilidad, y creo que esto viene a ser un aporte importantísimo de la Universidad para integrar y solucionar ese problema a nivel de la baja complejidad, que es lo que hay que hacer en toda unidad de reproducción, y después pasar a la alta complejidad, porque si no, no tiene sentido”.
El Centro de Investigación en Reproducción Humana estará completamente operativo en 2011, y el 2012 partiría una segunda etapa, consistente en desarrollar el proyecto de fecundación in vitro, “que significa indudablemente destinar fondos, porque son equipamientos más caros. Pero si es que se integra esta unidad tanto al servicio público como al servicio privado, sin fines de lucro, junto con recursos que la Universidad aporte, se pueden generar recursos para poder desarrollar un polo. Sería la única universidad que tendría este desarrollo en reproducción humana y en investigación en reproducción. En Santiago hay varios, en Concepción hay; acá en la zona será el único amparado por una universidad”.
Inauguración
En un breve acto, este viernes se dio el vamos al Centro de Investigación en Reproducción Humana. Estuvieron presentes todos los integrantes del staff del centro, encabezados por la doctora Verónica Chamy, directora clínica; Mario Párraga, director de Investigación, y Sebastián San Martín, director del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Escuela de Medicina, además del rector de la UV, Aldo Valle; el decano de Medicina, Luis Maldonado; el director de la Escuela de Medicina, Cristian Salazar, y el director de Extensión y Comunicaciones, David Carrillo.
En la ocasión, el rector Valle destacó el beneficio que implica el funcionamiento de este centro para la región, permitiendo a la población que no accede al sistema privado para solucionar problemas de infertilidad, recibir la atención y los tratamientos necesarios para cumplir con la que es una de las más altas metas de la humanidad, cual es ser madres y padres.
Asimismo, la autoridad resaltó el mérito de los académicos de la UV, cuyas capacidades profesionales permiten llevar a cabo este proyecto, que cumple con el objetivo de relacionar a la Universidad con la comunidad.