El 20 por ciento de los niños presenta alguna psicopatología
Trastornos del aprendizaje y de alimentación, abuso y depresiones son las patologías más comunes que se manifiestan en los adolescentes.
En Chile existe entre un cinco y un 20 por ciento de niños que presenta alguna psicopatología, enfermedad que se caracteriza por tener muchos signos que determinan que haya problemas de adaptación, tanto en el núcleo familiar como en el escolar. La familia es un pilar fundamental para detectar estos problemas tanto en la infancia como en la adolescencia.
El tema fue abordado en el Segundo Simposio de Orientación, actividad desarrollada en el Casino de Viña del Mar y que reunió a profesores, orientadores y psicólogos que escucharon a diferentes relatores que entregaron importantes antecedentes para comprender las patologías infantiles y su grado de intensidad.
El psiquiatra Cristian Pizarro, de la Universidad de Valparaíso, participó en el encuentro, exponiendo el tema “Psicopatologías del adolescente”. El académico explicó que “la psicopatología infantil se presenta como trastornos emocionales, angustia, depresión, trastornos conversivos y conductuales, trastornos de aprendizaje, abuso, trastornos de alimentación. Hay entre un cinco y un 20 por ciento de niños que padecen una psicopatología”.
El especialista fue categórico al señalar que las patologías prevalentes son los trastornos de conducta y emocionales, en los cuales los padres y el personal profesional de los colegios debe poner mucha atención. “Lo primero que deben hacer los profesores es desarrollar una evaluación multisistémica; vale decir, lo que le pasa a un niño que aparece como un problema o una enfermedad, requiere una evaluación desde el desarrollo del menor, la participación de la familia y el ambiente escolar, para observar las habilidades sociales. A partir de esa evaluación se puede observar cuál es el sufrimiento interno que tiene ese niño en esa familia, y desde esa perspectiva buscar las redes de apoyo y trabajar con tiempo en esa rehabilitación”, explicó.
Las redes de apoyo para superar estos problemas deben estar compuestas por un psiquiatra, un psicólogo y una asistente social. El trabajo se desarrolla en forma personalizada con el niño, pero también de manera colectiva, para que los profesores comprendan el historial de cada caso.