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Arquitecto de la UV es coautor de proyecto ganador para diseñar Centro de Educación Ambiental en Laja

13 agosto 2025

Adolfo Guzmán, arquitecto UV titulado en 2017 y actual docente de la carrera, junto a su socio de la USACH Giancarlo Acosta, ambos integrantes de la firma GAAG Arquitectos, fueron los ganadores del concurso para diseñar el futuro Centro de Educación Ambiental (CEA) en Laja.

El certamen, que recibió cincuenta y dos propuestas, cuarenta y seis de equipos profesionales y seis de universitarios, es organizado por la Asociación de Municipalidades de la Provincia de Llanquihue, con el objetivo de transformar el actual relleno sanitario en un espacio educativo en torno a la gestión de residuos.

El diseño ganador se articula en cuatro estrategias: levantar y respetar: se eleva la edificación para evitar movimientos de tierra; captar y almacenar: cubiertas recolectan aguas lluvias y permiten traspaso indirecto de luz natural para el acondicionamiento térmico pasivo; reciclar y revalorizar: se reutilizan contenedores como oficinas, baños y accesos; y conectar y atravesar: el edificio funciona como un puente entre el relleno sanitario y el bosque, promoviendo la integración entre naturaleza y reciclaje.

Según explican los arquitectos, “el nuevo Centro de Educación Ambiental (CEA) se concibe como una propuesta aterrizada de arquitectura inspirada en un enfoque educacional y ambiental, desde una visión integral de sostenibilidad, entendida como una forma de habitar que promueve una relación armónica entre las personas, la arquitectura y el entorno”.

“El diseño responde a tres ejes clave: su vínculo con el bosque y el Centro de Tratamiento de Residuos Inorgánicos (CTI), la captación de aguas lluvias y el aprovechamiento pasivo de la radiación solar. Así, se busca una arquitectura pedagógica, eficiente y ambientalmente consciente”, comentan.

Los profesionales destacan que su propuesta busca “promover un enfoque circular que minimiza residuos, reutiliza materiales disponibles y emplea revestimientos interiores hechos con plásticos reciclados del CTI. La estructura utiliza madera maciza, priorizando su menor huella de carbono y coherencia con la disponibilidad local. Además, se respeta la topografía mediante fundaciones puntuales elevando el proyecto”.

“Los espacios educativos son flexibles y mantienen un diálogo constante con el entorno natural. Se incorpora un circuito de cinco estaciones informativas conectadas por un sendero peatonal, que permite a los visitantes conocer de manera experiencial el proceso de manejo y tratamiento de residuos, desde su recolección hasta su transformación en el CTI. El CEA se articula en un circuito de estaciones informativas, construidas a partir de contenedores reutilizados, que expliquen el proceso completo de gestión y transformación de residuos”, agregan.

Nota: Rodrigo Catalán