
Facultad de Derecho UV dio la bienvenida a académicos y académicas que se incorporaron al cuerpo docente en calidad de contrata
Decano y vicedecana encabezaron reunión de camaradería, llevada a cabo en la Sala de Consejo Ítalo Paolinelli Monti.
La Facultad de Derecho de la Universidad de Valparaíso dio la bienvenida oficial a los académicos y académicas que se incorporaron al cuerpo docente de la carrera de Derecho este año 2025, en calidad de contrata.
El grupo está integrado por Sascha’s Jury, en Derecho Comercial; Camilo Arancibia, en Taller de Comunicación; Javier Rojas-Mery, en Litigación Oral; Sebastián Fuenzalida, en Derecho Tributario; Gonzalo Campos, en Derecho Económico; Rocío Sánchez, en Derecho Penal; Cecilia Valenzuela, en Derecho Público; Constanza Toro, en Derecho Internacional Público, y Mario Opazo, en Derecho Civil. Cabe destacar que el profesor Opazo se integró a la modalidad de jornada completa tras haber estado en modalidad de jornada parcial.
La actividad fue encabezada por el decano de la Facultad de Derecho, Ricardo Saavedra, y en ella participaron la vicedecana Marcela Aedo, junto a algunos de los representantes de los departamentos a los que se incorporaron los nuevos integrantes del cuerpo docente: Patricia Reyes, presidenta del Departamento de Ciencia General del Derecho; Inés Robles, presidenta del Departamento de Clínica y Práctica Jurídica; Gonzalo Pardo, presidente del Departamento de Derecho Económico y Tributario; Christian Viera, presidente del Departamento de Derecho Público, y Diego González, en suplencia del presidente del Departamento de Ciencias Penales, José Luis Guzmán. El decano Ricardo Saavedra es también el presidente del Departamento de Derecho Civil.
Por su parte, y en representación del cuerpo académico de la Escuela de Derecho, el profesor Aldo Valle se dirigió a las y los presentes para entregar unas sentidas palabras de bienvenida a los nuevos académicos y académicas.
Académicos y académicas
Camilo Arancibia es egresado de la Escuela de Derecho de la UV y es magíster en Derecho, mención Derecho Privado, por la Universidad de Chile; magíster en Literatura por la Universidad Autónoma de Barcelona, y doctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona. Se desempeña desde hace años en la unidad académica, siendo sus líneas de investigación el Derecho Civil, la lectura crítica, la cultura jurídica y la rama del Derecho y Literatura. Hace más de diez años es parte del equipo coordinador del Día del Patrimonio en la Escuela de Derecho UV, y dirige además el Seminario de Derecho y Cultura y el Grupo de Rescate Patrimonial.
Cecilia Valenzuela es exalumna de la Escuela de Derecho de la UV; es magíster en Derecho Constitucional por la Universidad de Valparaíso, y doctora en Derecho por la Universidad Diego Portales. También se desempeña hace años en la unidad académica, y sus líneas de investigación se vinculan al Derecho Constitucional y la Filosofía del Derecho. Es además investigadora asociada del Centro de Investigaciones de Filosofía del Derecho y Derecho Penal (CIFDE), y ha participado en diversos proyectos y charlas sobre género y derecho.
Constanza Toro es egresada de la Universidad de Chile, y joint master in Parliamentary Procedures and Legislative Drafting de la Universidad LUISS, Universidad Complutense y University of London. Su línea de investigación es el Derecho Constitucional. En el ámbito profesional reciente, fue secretaria de comisiones de la Convención Constitucional de Chile y actualmente se desempeña como oficial de actas del pleno de la Cámara de Diputadas y Diputados.
Javier Rojas-Mery es exalumno de la Escuela de Derecho de la UV y es magíster en Derecho Penal y Ciencias Penales por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Se desempeña hace años en la UV, siendo sus líneas de investigación el Derecho Penal y el Derecho Procesal Penal. En el ámbito profesional, es abogado del Consejo de Defensa del Estado y abogado socio del estudio jurídico Del Villar, Cereceda y Compañía Abogados.
Sascha’s Jury es egresada de la UNAB, además de diplomada en Derecho Inmobiliario de la Empresa por la Universidad de los Andes, diplomada en Derecho Minero por la UAI, magíster en Derecho de la Empresa LLM por la PUC, y doctoranda en Derecho de la Empresa por la PUCV. Sus líneas de investigación son Derecho Comercial, Empresa y Derechos Humanos, y Responsabilidad Social y Desarrollo Sostenible.
Sebastián Fuenzalida es egresado de la Universidad de Valparaíso, magíster en Derecho Tributario por la Universidad de Chile, diplomado en Tributación de la Empresa por la Universidad de Chile, y diplomado en Derecho Tributario por la Universidad de Chile. En el área profesional, se desempeña como abogado del Servicio de Impuestos Internos y es miembro fundador y socio del Centro de Estudios Tributarios de Valparaíso.
Gonzalo Campos es egresado de la Universidad de Valparaíso y master of Laws – LL.M. en Derecho Regulatorio de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es académico de Derecho Económico y Derecho Ambiental de la UV, y actualmente se desempeña como encargado de la Unidad Jurídica del Servicio de Evaluación Ambiental de la Región de Valparaíso. En la UV, además, es coordinador del Semillero de Derecho y Medio Ambiente, iniciativa que se enmarca en el proyecto “Derecho EcoEduca: promoviendo conciencia y acción ambiental” (Proyecto Multidisciplinar sobre Medio Ambiente y Sostenibilidad para la Educación Superior ESR UVA 2195) de la Facultad de Derecho.
Rocío Sánchez es egresada de la Universidad de Valparaíso, máster en Argumentación Jurídica por la Universidad de Alicante (España) y doctora en Derecho por la Universidad de Valparaíso. Se desempeña hace años en la Escuela de Derecho de la UV, donde partió como ayudante del Departamento de Ciencias Penales. Sus líneas de investigación son la interpretación de la Ley Penal y la Criminología, y se desempeña además como coordinadora del área de Derecho Penal de la UNAB.
Mario Opazo es egresado de la Universidad de Valparaíso, magíster en Derecho con mención en Derecho Privado por la Universidad de Valparaíso, y doctor en Derecho por la misma casa de estudios. También se desempeña hace años en la UV, y a su vez imparte docencia en la UST. Ha participado como ponente en diversas Jornadas Nacionales de Derecho Civil y Jornadas Nacionales de Derecho de Familia, e impartido clases en distintos programas de Magíster.
Formación de intelectuales públicos y lugar para ejercer la ciudadanía
Al dar sus palabras de recepción a los nuevos académicos y académicas, el profesor Aldo Valle indicó que “hay muchas razones para organizar la bienvenida a esta nueva condición o relación con la Escuela de Derecho. Todas y todos ustedes ya han impartido docencia, y casi todos ustedes conocen o pertenecen a la Escuela desde hace varios años. Ya tienen, en consecuencia, un vínculo con este edificio y con quienes han integrado la comunidad de personas que somos. Conocen y han comprendido sus prácticas, las han padecido también en otros momentos. Pueden perfectamente hablar de un modo de ser de nuestra Escuela, o de un ethos que ustedes podrían caracterizar y con el cual empatizan desde hace años”.
“No les recibimos porque se inician en la docencia o en a la actividad académica. El objeto y la motivación de estas palabras de bienvenida es manifestarles nuestra satisfacción por este nuevo vínculo en el que ustedes perseveraron no obstante las demoras y otros requisitos u obstáculos, más bien a cargo de la Universidad. A partir de este año ratifican formalmente la opción que ustedes han hecho por este oficio que es ser profesor universitario, asumiendo funciones en una universidad pública, lo que representa un doble compromiso, con los deberes propios de la excelencia y calidad que debe buscar en cuanto universidad, que debe proponerse toda universidad, sin atender a su carácter jurídico. Pero es también un compromiso con los deberes que derivan de su carácter de institución pública de educación superior”, añadió.
“Para la Universidad de Valparaíso no es una opción cultivar el pluralismo y formar en ambientes de libertad y diversidad intelectual, sin doctrinas, confesiones ni adhesiones filosóficas o ideológicas. Todas estas tareas constituyen un deber. Optar por la universidad y la actividad académica es en sí mismo un compromiso que contiene una dosis de altruismo, limitada como dice Hart respecto de la especie humana en general. Pero no lo digo por esta referencia a Hart, sino porque cuando algo nos provoca una satisfacción y deleite tan manifiesto, entonces, deja de haber esa austeridad racional que exige Kant a una pura y buena intención. Pero en este tiempo, en todo caso y a pesar de lo anterior, no deja de importar cierta renuncia a la oferta tan abundante y diversa de cosas y experiencias mucho más seductores, de no mediar la vocación que les anima en este camino”, puntualizó.
Detalló que “la universidad hay que verla como un buen lugar para ejercer la ciudadanía en cuanto condición de pertenencia a una cultura, a una comunidad. En el imaginario social, en el conjunto de representaciones sociales todavía vigentes, la universidad es una institución reconocida que compartimos y le hace sentido su existencia a una pluralidad social muy amplia, no todo lo que sería necesario y más edificante. Lo anterior tiene valor rescatarlo, porque otras instituciones tan antiguas como la universidad o posteriores pero centenarias al menos, están pasando o ya vivieron crisis muy severas. Los partidos políticos, la iglesia católica, el propio estado moderno no dejan progresivamente de perder legitimidad. Las universidades, aunque ya no son ni hacen lo mismo que cincuenta años atrás, no están en el proceso ni en la percepción pública que las otras instituciones antes nombradas. En todo caso, tal vez se estén abriendo procesos y desafíos para la universidad hasta ahora no vistos”.
“’Los profesores son los enemigos’, una frase que pertenece al expresidente Nixon, a quien citó J.D. Vance en un acto de campaña a senador por Ohio, y que recibió grandes aplausos en la sala. Agregó también que las universidades son las que controlan el conocimiento en nuestra sociedad, que controlan lo que es verdad y lo que es falsedad, que proporcionan investigación que da credibilidad a las ideas más absurdas que circulan en su país. Cuidar la universidad de desatinos tan graves como el que se permite J.D. Vance no consiste solo en condenarlos: es también no perder el rumbo en una de las misiones que tiene la universidad, a la que debe aspirar con obstinación”, destacó.
En esta línea, hizo referencia a la formación de intelectuales públicos, “no solo en el sentido de producir académicos ampliamente escuchados y reconocidos, lo que siempre estará muy bien, sino la de formar académicos e intelectuales que mantendrán siempre en alto las banderas del uso público de la razón y de la integridad de la ciencia. Es decir, académicos que hablarán en nombre propio en el ejercicio de su más plena y libre autonomía intelectual, y que pondrán siempre por delante la integridad de la ciencia, es decir, un compromiso incansable con las virtudes de rigor e independencia que requiere el desarrollo del conocimiento lealmente bien fundado, aun a riesgo de que esta integridad no les haga más populares o acomodados”.
“En nuestra opinión, han hecho muy bien ustedes al perseverar en un oficio edificante y fascinante. Como testimonio personal termino por decirles que dentro de este edificio y también en la UV, desde que fui estudiante advertí unas condiciones más bien favorables para cultivarme en esos propósitos que ya les señalé”, cerró.
Nota: Camila Cortez