“Taller de tangos abierto a la comunidad porteña” es el nombre de la actividad abierta a todo público que ofrecerá Fernando López Rodríguez, coreógrafo español, bailaor e investigador en danza, en el marco de la inauguración del año académico 2023 del Doctorado en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad, DEI UV. El encuentro, realizado en conjunto con la Agrupación Cultural de Flamenco de Valparaíso, se llevará a efecto este viernes 28 de marzo, desde las 16 horas, en la sala Rubén Darío del Centro de Extensión de la Universidad de Valparaíso, en Errázuriz 1108.
La conferencia performativa “De Carmen a Medea: figuras de la bruja en la danza española”, el miércoles 26, fue la primera de las tres actividades que Fernando López está desarrollando invitado por el DEI. El jueves 27 fue el turno de la clase teórica para las y los estudiantes del programa de doctorado.
Espacio donde florecer
Consultado respecto de cómo compatibiliza sus roles de académico, investigador y artista, explica López: “Tengo que decir que esta incompatibilidad la viví mucho mientras estuve viviendo en España, pero que después me formé en París y allí, aunque no está del todo establecida la figura de los artistas investigadores, sí que está más avanzada la cuestión, y ahí encontré un espacio por lo menos para hacer un tipo de investigación que estuviera arraigada en el cuerpo, en la práctica artística, y también hacer un tipo de arte que estuviera vinculado a lo que llamaríamos una investigación académica”.
Añade que “es una doble oportunidad, porque me ha permitido estar en espacios muy distintos, y en ciertas ocasiones también una causa de fricciones, incomprensiones mutuas del mundo artístico con el mundo académico, también vigilancia sobre quién tiene el poder y la última palabra en términos de discurso. Pero en general ha sido siempre enriquecedor, y aunque tiene partes negativas —porque también excluye mucho tanto del ámbito artístico como del ámbito académico, por sentir que es una persona un poco híbrida o que está entre los dos espacios—, es cierto que a mí me ha dado la oportunidad de abrir en esa grieta un espacio donde florecer”.
Sobre la relevancia de haber sido invitado a inaugurar el año académico de un doctorado en estudios interdisciplinarios, destaca: “Creo que ha sido un acierto, y para mí es una oportunidad tremenda compartir cuál ha sido mi experiencia. Empiezo también a trabajar con grupos de artistas y de investigadores que llevan esta vía de la práctica al ámbito de la academia, y creo que compartir mi experiencia es también señalar los obstáculos en el camino, las oportunidades, un poco los mapas que uno puede utilizar para no perderse demasiado y sobrepasar esas dificultades a fin de llevar a cabo la investigación y el tipo de arte que uno desea”.
Invitación
Al referirse a la actividad dirigida a la comunidad anunciada para este viernes, invita Fernando López: “Es una clase abierta de flamenco para todas las personas que estén interesadas. No es necesario ni estar vinculado a la Universidad ni haber practicado flamenco o danza en general previamente, y lo vamos a organizar de una manera, digamos, muy horizontal, para que cualquier tipo de cuerpo pueda entrar en el ritmo, en la calidad del movimiento, también en la diversión de lo que supone bailar flamenco, en especial un estilo que se llama ‘tangos flamencos’, que también está muy vinculado con Chile, con Argentina, por las derivas que existieron de los tangos americanos o tangos de negros que venían de La Habana a otras partes del mundo y que dieron lugar al tango flamenco en España, pero también al tango argentino, que también se ha practicado en esta región”.
Destaca que “va a ser algo muy experiencial, para que cada una de las personas pueda descubrir en su cuerpo cómo puede integrar ese flamenco y ese estilo que se llama tangos. Y ningún miedo, todas las advertencias son nulas, así que están invitados, invitadas, invitades a compartir este espacio que será muy divertido”.
El género
Entre los temas de investigación de Fernando López se cuentan las publicaciones “Historia queer del flamenco. Desvíos, transiciones y retornos en el baile flamenco (1808-2018)” y “De puertas para adentro: disidencia sexual y disconformidad de género en la tradición flamenca”. Respecto de la deconstrucción de los estereotipos de género en el baile, señala: “Creo que está sucediendo en muchos estilos artísticos diferentes. En el flamenco, aunque siempre ha habido casos de artistas que han roto con esas normas de género —y es el objeto del trabajo de investigación que yo he realizado durante todo este tiempo—, ha habido una verdadera transformación radical en los últimos diez años, yo diría. Además, desde perspectivas muy distintas, porque cada artista, cada proyecto, vive las cuestiones de género, de identidad, de sexualidad, desde una vivencia distinta, y por tanto eso se traduce en el escenario desde lugares completamente diferentes”.
Agrega: “Lo que hoy llamamos flamenco queer, aunque hay compañías que lo llevan como su etiqueta, es algo muy diverso, en movimiento, que todavía se está trabajando de manera muy consistente, y creo que también sucede en las milongas de tango queer, que he tenido la oportunidad de conocer en Buenos Aires, y en otros muchos estilos que se han definido tradicionalmente en términos de géneros muy separados y que han dado lugar a un deseo y una necesidad de los cuerpos de moverse de otra manera y de relacionarse de un modo distinto”.
¿Esa necesidad es social, de quienes no se identifican con el binarismo? Señala: “Sí, es totalmente un deseo artístico, pero sobre todo una manera de vivir el espacio y la relación con otros cuerpos desde un lugar mucho más poroso, más cercano a lo que es la vivencia de la sexualidad, del deseo, de la identidad, que es algo movible, algo en constante transformación y algo mucho más abierto de lo que los códigos de género, incluso en el ámbito artístico, nos han venido mostrando”.
Apunta al respecto que a su juicio “los artistas tenemos una oportunidad, y también una responsabilidad, de servir de espejo a veces, para todas esas personas que intuyen o sienten esa necesidad, y que nosotros en ese espacio a veces protegido que es el escenario podemos desarrollar con una mayor apertura, y por tanto provocar al menos un cambio de conciencia, o un cambio en la imaginación de las personas, que consiste en decir ‘bueno, quizás las cosas se pueden vivir de otra manera, quizás las cosas se pueden hacer de otra manera, porque estos artistas me han mostrado que ellos lo han practicado en el escenario, que lo han vivido de esa manera, y yo siento que hay algo ahí para mí que es interesante’”.
Biografía
Fernando López Rodríguez (Madrid, 1990) es doctor en Estética por la Universidad París 8-Saint Denis, posee una doble formación en Filosofía y en Artes Escénicas y compagina la actividad artística con la investigación académica y la enseñanza.
Desde 2009 dirige su propia compañía en el ámbito del flamenco contemporáneo, habiendo estrenado más de diez espectáculos en los que la danza, la palabra y la música se entremezclan traspasando todas las etiquetas. Entre estos se cuentan “No más versiones: el amor brujo”, “Pensaor, un filósofo en el tablao”, “El movimiento”, “¿Y después?”.
Entre otros reconocimientos, recibió el Premio a Mejor Bailarín del Certamen El Álamo (2010) y la Beca DanceWeb (2013) del Festival ImpulsTanz de Viena.
Desde 2020 es miembro de la Academia de las Artes Escénicas de España y profesor invitado en diferentes universidades de España y Francia, en las que imparte talleres teóricos y prácticos centrados en la investigación/creación y en las cuestiones de género en la danza.
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