Alumnos de la UV apoyarán a niños internados en el Hospital San Camilo
“Recetando una sonrisa” es el proyecto, financiado por medio de un concurso público del Ministerio de Educación, cuya aplicación parte en abril.
Con el objetivo de entregar entretención y educación a los niños y niñas internados en el Servicio de Pediatría del Hospital San Camilo, en San Felipe, los estudiantes de la UV Cristián Gálvez Araya, de Medicina, y Paola Pino Romero, de Educación Parvularia, desarrollarán desde abril próximo el proyecto “Recetando una sonrisa”.
La iniciativa consiste, según explican los jóvenes, en crear una asociación de voluntarios que visitará a los niños y niñas que por diferentes motivos se encuentran hospitalizados: “Son muy comentados en la actualidad los efectos benéficos que traen a los enfermos la risa, la diversión y la distracción, razón por la cual ha surgido la idea de hacer más grato el paso de los niños por el hospital, lo que se logrará mediante diversas actividades a realizar en el lugar, que van desde show de títeres a creación de cuentos en forma individual y colectiva”, señalan.
Todos los alumnos de la sede San Felipe de la UV están invitados a participar como voluntarios. En este sentido, los autores del proyecto destacan “el gran potencial que tenemos como lugar de reclusión de voluntarios, ya que al hecho de ser jóvenes —con ese entusiasmo y ganas de hacer cosas que puedan mejorar en algo la sociedad en la que vivimos— se suma el pertenecer a carreras intrínsecamente relacionadas a la salud de la población y al desarrollo de sus niños: Medicina, Educación Parvularia, Enfermería, Fonoaudiología, Obstetricia y Tecnología Médica”.
“Recetando una sonrisa” es un proyecto financiado por el Ministerio de Educación, a través del Concurso de Proyectos de Desarrollo Institucional de Iniciativas Estudiantiles, convocatoria 2008, con un monto de tres millones 667 mil pesos. Con estos recursos, el proyecto tiene asegurada su ejecución desde abril hasta diciembre del presente año, incluyendo equipos electrónicos e inmuebles administrativos, además de materiales didácticos y recreativos y la implementación de la sala de estar del Servicio de Pediatría del hospital para la ejecución de talleres, con libros, croqueras, lápices, películas, equipo DVD y equipo de sonido, entre otros elementos.
Las visitas al hospital se realizarán dos o tres veces por semana, cada una de las cuales tendrá dos horas de duración y estará compuesta por un grupo de cinco personas. Las visitas seguirán un cronograma rotativo, de modo que las actividades se irán turnando, de tal forma que haya una actividad por día de visita. Estas actividades, a cargo de los alumnos voluntarios, consideran por ejemplo narración de cuentos, juegos colectivos, creación individual y colectiva de cuentos, lectura de poemas, show de títeres, proyección de películas, taller de dibujo, taller de pintura y charlas familiares de promoción en salud.
Por medio de este trabajo, Cristián Gálvez y Paola Pino apoyarán a los menores durante su estancia en el centro asistencial, dado que “cuando un niño es hospitalizado su mente se llena de confusión y preocupación; es dejado en un lugar más bien opaco, lleno de gente desconocida, todo esto durante una situación en la cual su cuerpo está enfermo, lo que lo hace más vulnerable a su entorno”. Durante este tiempo, explican, especialmente cuando se prolonga por muchos días, “muchas de las actividades pedagógicas diarias que debe tener en su familia, jardín infantil o colegio, quedan suspendidas. Este es un hecho preocupante, y aunque no sea considerado actualmente, es preciso comenzar a hacerlo, pues mantener a los infantes con su mente activa ayudará a continuar sus avances educativos y disminuirá posibles problemas cuando se reinserten a sus actividades pedagógicas habituales”.