Decana de Farmacia realizó cuenta pública de su gestión 2019-2022
Durante la jornada, a la que asistió el prorrector Christian Corvalán, destacó los avances en materia de infraestructura, capital humano y el cumplimiento alcanzado en el Plan de Desarrollo Estratégico.
Marcela Alviña, decana de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso, entregó la cuenta pública de sus cuatro años de gestión (2019-2022).
A la ceremonia asistieron el prorrector Christian Corvalán; el decano de la Facultad de Arquitectura, Juan Luis Moraga; la secretaria de Facultad de Farmacia, Jacqueline Concha; los directores de las Escuelas de Química y Farmacia y Nutrición y Dietética, Yanneth Moya y Fernando Rojas, respectivamente, junto a académicas, académicos, profesionales, técnicos y personal administrativo.
Para la decana, en términos generales el avance durante el periodo marzo 2019- marzo 2023 fue significativo, especialmente considerando que en la mitad de su gestión el país debió hacer frente a un estallido social y luego la pandemia por el coronavirus.
Entre los avances que presentó Alviña destacan la elaboración del Plan de Desarrollo Estratégico de la Facultad para el periodo 2020-2025, en su estructura general y también en el desarrollo de cada uno de los proyectos que lo constituyen, estableciendo indicadores y metas en cada uno.
“A su vez, hemos ido poblando la plataforma Smartsheet, que contiene las evidencias de su avance. En este sentido, el porcentaje de cumplimiento a diciembre de 2022 fue cercano al ochenta por ciento para un plan que termina en diciembre de 2025”, sostuvo la decana.
Agregó que “dentro de los logros específicos, sin duda debo nombrar tres proyectos de gran envergadura, que implicaron un gasto de más de seiscientos millones de pesos aportados por el nivel central: el proyecto Restauración Casa Errázuriz, dándole a la facultad un nuevo espacio habitable, al cual se trasladó el decanato, la coordinación administrativa y las secretarias de estudio y de postgrado; también el proyecto Remodelación Edificio A, el cual fue construido en 1980 y no había tenido reparaciones importantes; y el proyecto de normalización eléctrica, de indudable importancia para la seguridad de todas las personas y equipos de la facultad”.
A estos logros Alviña sumó los tres BPI adjudicados por más de 62 millones de pesos, destinados a mejorar las condiciones en que se imparte la docencia de pregrado.
En la misma línea, acotó que “en términos de estructura orgánica creamos los consejos de facultad para Investigación y para Vinculación con el Medio, lo que nos permitió gestionar de manera cohesionada con las escuelas el desarrollo de las áreas mencionadas A su vez, creamos la Unidad de Aseguramiento de la Calidad del Pregrado, integrada por las jefas de carrera de ambas escuelas, así como las directoras de los CCP y de los comités de Autoevaluación, lo que permitió tener un espacio de dialogo y sinergia para avanzar en el seguimiento de la innovación curricular y sus consecuentes ajustes a los planes de estudio, la practica reflexiva docente e impulsar la investigación en educación superior. Cabe destacar que la facultad se adjudicó cinco proyectos en el primer Concurso de Investigación en Docencia Universitaria, convocado por la Vicerrectoría Académica”.
También la decana expresó que “durante estos cuatro años ingresaron diez académicos, muchos de ellos con grado de doctor, lo cual, sumado al perfeccionamiento sistemático cursado por académicos antiguos, aumentó nuestra dotación de cincuenta a sesenta por ciento de académicos con grado de doctor. Por otra parte, ingresaron nueve funcionarios universitarios y fueron promovidos en sus cargos siete de ellos, como una manera de estimular la carrera funcionaria”.
Christian Corvalán relevó la importancia de la actividad: “Es muy destacable que los decanatos tengan esta práctica, no es tan común en la Universidad. La decana nos dio cuenta de lo importante que es hacerlo, porque pone en valor el trabajo de estos cuatro años. En esta exposición de casi 45 minutos creo ver el avance de la Facultad de Farmacia en todas sus dimensiones y también uno logra entender el rol que juega, efectivamente, la decana cuando trabaja en colaboración con el equipo de directores de escuelas y todos los académicos de la propia facultad. Me voy con mucha esperanza, porque puso el acento en cosas que hoy día están siendo muy desafiantes, como son el análisis diagnóstico que hace del postgrado en la facultad, y también pone un sello importante en la vinculación que tiene con las y los egresados. Así que me parece que recoge bien los elementos y da cuenta que la facultad va por un muy buen camino”.
Finalmente, el prorrector señaló que “me permití destacar el rol de la decana durante el estallido social y luego la pandemia, porque creo que a todos nos afectó y fue un periodo muy complejo. Además, nos tocó el periodo de subrogancia en la Universidad y dos temas de discusión relevantes, en los que Marcela jugó un rol muy activo: el primero de ellos fue en la comisión de Estatuto, que fue un aporte muy importante, y también en la revisión del Protocolo de Normas sobre Conductas y Acoso Sexual. Ella siempre ha estado muy disponible a nivel del Consejo Académico para todas las actividades que se le piden y vale la pena destacar ese liderazgo”.