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Exitoso cierre de proyecto Fondef enfocado a evaluar y apoyar el compromiso escolar

21 Noviembre 2022

Principal objetivo del SIESE es intervenir antes de que se produzca la deserción del sistema educativo.

Tras dos años de intenso trabajo, llegó a su término el proyecto Fondef de Investigación Tecnológica IT 19I0012 “Sistema Integrado de Evaluación, Seguimiento y Estrategias de compromiso estudiantil (SIESE) y factores contextuales para facilitar la retención y prevenir la deserción escolar”, que fue encabezado por la doctora Mahia Saracostti, académica de la Escuela de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso.

La ceremonia de cierre contó con la presencia de la senadora Yasna Provoste, integrante de la comisión permanente de Educación y Cultura del Senado. Por la Universidad, asistieron el decano de la Facso, Juan Sandoval; el director de la Escuela de Trabajo Social, Mauricio Ureta, y las académicas a cargo del proyecto, junto a académicas, académicos y estudiantes.

El evento consideró el saludo enviado en video por representantes de la Universidad de La Frontera y la Universidad Autónoma, instituciones que desarrollaron el proyecto junto a la Universidad de Valparaíso. Hubo asimismo intervenciones de representantes de la Asociación Chilena Pro Naciones Unidas (ACHNU) Biobío y Telefónica Movistar, quienes actuaron como patrocinadores.

La presentación del proyecto estuvo a cargo de Mahia Saracostti, quien explicó los contextos, el desarrollo, los objetivos y alcances del Sistema Integrado de Evaluación, Seguimiento y Estrategias. A continuación, se desarrolló la conferencia “Un modelo de relación familia/escuela: Fundamentos para una plataforma de participación en línea”, con ponencias de María Ángeles Gomariz y Joaquín Parra, ambos profesores titulares de la Universidad de Murcia (España). Como moderadora participó Loreto Paniagua, académica de la Escuela de Trabajo Social de la UV.

SIESE

El proyecto SIESE es una iniciativa financiada a través de la Subdirección de Investigación Aplicada de la Agencia de Investigación y Desarrollo (ANID). El equipo de trabajo estuvo integrado por Mahia Saracostti, directora del proyecto; Ximena de Toro, directora alterna, y los coinvestigadores Laura Lara, Sara Salum, Margarita Shipley, Horacio Miranda y Edgardo Miranda.

Según señaló la doctora Mahia Saracostti, este proyecto, si bien tuvo dos años de ejecución, fue iniciado por ella el año 2014, “pensando en cómo podemos trabajar y prevenir el abandono escolar, pero en aquellas cuestiones en que efectivamente podemos intervenir desde el contexto educativo”.

En este sentido, explicó la directora que “usualmente se relacionan como causas del abandono escolar cuestiones asociadas a la vulnerabilidad, a la pobreza, incluso a la estructura familiar, que son cuestiones que uno no puede intervenir desde el contexto de la intervención social o educativa. Entonces, empecé a buscar otras variables que nos ayudaran a entender y explicar tempranamente qué puede llevar a que un estudiante decida abandonar, como hito final de una serie de exclusiones socioeducativas que se dan en el contexto escolar y que no son responsabilidad de los estudiantes, sino que tienen una experiencia de exclusión tan profunda que el hito final es el abandono”.

Situación grave en el país

En su investigación, la doctora Saracostti dio con el engagement (que se traduce como mantener a los estudiantes enganchados con el proceso de aprendizaje y con sus escuelas), “un indicador mucho más temprano que otros que usamos en nuestro país, como el ausentismo. Hoy Chile tiene un 39 por ciento de ausentismo grave. O sea, estamos en una situación muy crítica. Cuando un niño empieza a tener problemas de ausentismo ya tiene un problema grave de ‘desengagement’, está desengachado, desvinculado, poco comprometido, y ya estamos llegando tarde, porque el ausentismo crónico o el ausentismo grave es un indicador absolutamente correlacionado con el abandono”.

Por ello, añadió, “tenemos que llegar antes de que los niños empiecen a no asistir a la escuela. Y cómo llegamos antes: con este indicador”. Entonces, “la invitación es hoy, en esta situación crítica, a reencantar a aquellos niños que están teniendo ausentismo, que son el 39 por ciento de la población escolar, estamos hablando de casi un millón 300 mil estudiantes de educación básica y media. Y este indicador —que yo transformé en el Sistema de Evaluación, Monitoreo, Seguimiento y Estrategias para promover el compromiso escolar— debiera estar trabajando con el cien por ciento de los estudiantes. Porque uno podría preguntarse por qué llegamos a este 39 por ciento de niños en riesgo de abandono: porque probablemente hay cosas que no vimos, que no evaluamos, y que por tanto dejamos de intervenir más tempranamente. Y una de ellas es que en algún momento los niños empezaron a desvincularse, a desengancharse, y eso deberíamos haberlo visto antes de que empezara a manifestarse el ausentismo”.

Desafío

Por lo anterior, apuntó la investigadora, “yo les diría a las escuelas que tenemos el desafío de reencantar a los que ya están saliendo del sistema por ausentismo, pero que no podemos dejar de mirar al otro 61 por ciento de niños que están en la escuela pero que están viendo que hay compañeros que ya no van, que están viviendo situaciones de violencia, y por tanto tenemos que poner todos los esfuerzos en retenerlos”.

“A eso —añadió— apunta el sistema que creé. Es un sistema para evaluar, monitorear, acompañar e intervenir tempranamente. Hay estrategias de intervención que están en este sistema, que buscan promover el compromiso afectivo, el sentirse parte de la escuela, sentirse útil en la escuela, sentir que la escuela es útil para sus vidas. Y también el compromiso de carácter cognitivo, que es que los niños hagan una inversión psicológica en querer aprender, con estrategias que son más complejas, como por ejemplo relacionar lo que aprenden en el aula con aquellas cosas que sean útiles para su vida cotidiana; hacer una proyección de que lo que están aprendiendo ahora les sirve para la vida ahora pero también para su vida futura, relacionar lo que aprenden en matemática, en lenguaje, en ciencias, de una manera más interdisciplinar”.

A lo anterior se agrega “el compromiso de carácter conductual, que es lo que uno observa. Por ejemplo, si participan en la clase, si son activos, si participan en otras actividades extra académicas: cuando ves que hay niños que tenían todas esas características y de repente empiezan a verse conductas disminuidas —que es lo que te muestra el sistema— puedes intervenir”.

Explicó la académica que en el desarrollo del proyecto “lo que hicimos fue buscar en la literatura científica todas las estrategias disponibles para cada uno de los componentes que mencioné y los validamos para Chile. Además, validamos y medimos factores de contexto que permiten promover el compromiso escolar y el engagement, y esos factores de contexto están: en el apoyo que puede dar la familia, en la relación profesor estudiante y en la relación entre pares. Eso también lo medimos y también tenemos estrategias en el mismo sistema que permiten mejorar y promover esos factores, que son protectores”.

Por todo lo expuesto, concluyó Mahia Saracostti, el SIESE “es una alternativa que las escuelas pueden usar, que ya está creada, validada para Chile, publicada en muchos artículos científicos —cada vez que hacíamos algo lo publicábamos en artículos científicos, porque eso nos permitía que otras personas, académicos de otros países del mundo lo miraran y nos dieran la validación—. Además, este sistema ya está siendo usado a nivel piloto en otros países: Perú, Uruguay, Colombia, España, Argentina. Yo lo que espero es que las escuelas lo vean como una alternativa, y lo mejor que pueden hacer es entrar a la página del sistema y lo revisen, y si les interesa nos pueden escribir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y ahí les damos todos los accesos y lo que requieran”.