Con monólogo sobre proceso trans comienza temporada teatral en Sala Negra UV
“La Madre de Eva” se presenta este viernes 4 y sábado 5, desde las 19 horas.
Este viernes 4 y sábado 5 de noviembre, desde las 19 horas, se presenta el monólogo “La madre de Eva” en la Sala Negra Juan Barattini Carvelli de la Escuela de Teatro Universidad de Valparaíso, ubicada en avenida Brasil 1647, dando inicio a la segunda temporada teatral 2022, en la que el género, la memoria y la contingencia política toman un rol fundamental en las puestas en escena.
Christopher Ortega, productor y coordinador del Área de Extensión y Vínculos de la escuela, comenta que “las cinco obras que conforman la temporada teatral fueron escogidas de entre 63 postulaciones a través de un riguroso proceso de evaluación y conversación del Comité de Públicos Programadores, en el que hay representantes del público interno, académicos y estudiantes de la escuela, y público de la Sala Negra, lo que enriquece las miradas y reafirma los criterios de selección a través de la unanimidad al momento de levantar la cartelera”.
La temporada incluye las obras “Donde bailan las y los que esperan”, de la Compañía Teatral Cabezas de Papel, los días 11 y 12; “Alethéia”, de Estudio Creativo, los días 18 y 19; “Recuerdos incompletos de un reloj”, de La Máquina Teatro, el 25 y 26, todos en noviembre; para finalizar con “Yo soy un oso”, de Abrapalabra y OANI Teatro, el 2 y 3 de diciembre.
La madre de Eva
La obra es un monólogo que muestra el proceso que vive una madre en la transición de su hijo Alejandro. Un diálogo sin respuestas entre una madre y su hijo trans en el que fluye el sentido mismo de la vida. La obra invita al silencio y a la aceptación frente a preguntas universales sobre el reconocimiento y la aceptación del otro.
El texto se basa en la novela del mismo nombre cuya autora es Silvia Ferreri. Heidrun María Breier realiza la dirección y adaptación de la dramaturgia. Maritza Farías es la única actriz en escena, Lorena Saavedra es asistente de dirección, Gabriela Torrejón realizó el diseño integral, Octavio Oshee creó el diseño sonoro, Daniela Moraga se encarga de producción y Francisca Palma es la encargada de prensa.
Heidrun Breier comenta que el proyecto “surge a partir de un deseo de la actriz Maritza Farías, que me invitó a participar como directora. Ella quería actuar este monólogo y vio en esta novela la capacidad de ser adaptada al teatro. Es una obra que habla sobre el amor de la madre al hijo, más que sobre género y transexualidad”.
“Si miramos hacia el fondo la obra tiene que ver con el amor, todo conflicto que le cruza a la madre se relaciona con la preocupación por su hijo, la sociedad en la que se desenvuelve, el riesgo que significa someterse a una operación, muestra una angustia muy grande por lo que va a pasar con Alejandro y el proceso que significa entender y aceptar el cambio”, agrega.
La actriz Maritza Farías señala que “haciendo este monólogo me he dado cuenta de la gran cantidad de concentración, energía y trabajo que implica sostenerlo. En el fondo no estoy sola, está la música, la iluminación, la escenografía, el equipo trabajando por fuera del escenario, pero solo una persona en escena exige un gran trabajo actoral. Cada día me dispongo con todo mi cuerpo a la concentración, sensibilización de mi cuerpo e intento dar todo en escena, vaciarme y desaparecer”.
“Para construir esta obra revisamos mucha literatura trans, vimos documentales y, lo más importante, compartimos con personas y organizaciones que luchan por el derecho a existir, a ser. Buscamos instalar la reflexión en torno a ser trans desde otro lugar, no desde el cuerpo de quien vive el proceso, sino desde quienes le rodean, que lo viven de otras maneras”, señala.
Para Gabriela Torrejón, “la propuesta fusiona la sala de espera con el espacio mental de la madre. Quisimos que fuera lo más minimalista posible y que la luz nos diera la atmósfera del paso del tiempo, reforzando los diferentes estados y recuerdos por los que pasa la madre. Nos casamos con el blanco, color neutro que sirve como soporte sobre el espacio negro de la sala, dando la sensación de que los elementos flotan un poco sobre el piso negro, siendo los trayectos que hace la madre lo más importante en la obra, más que replicar fielmente una sala de espera”.
Octavio Oshee explica que “el proceso de creación del universo sonoro consistió en buscar sonidos de máquinas que se encuentran en un hospital, grabarlos y reutilizarlos en la obra, dándole una estructura que representa la incertidumbre que hay en el tiempo de espera cuando un ser amado se somete a una operación quirúrgica de alto riesgo, siendo otra metáfora de transicionar”.
La adhesión general tendrá un valor de tres mil pesos y dos mil para estudiantes y personas mayores. Las reservas deben realizarse a