Así lo señaló Patricio Sanhueza en el seminario "Proceso constituyente y descentralización: una mirada desde la Región"
“Las universidades regionales han trabajado fuertemente en vencer una especie de centralismo cognitivo existente en nuestra cultura, lo que quizás sea el obstáculo a superar más difícil en las políticas de descentralización de nuestro país”, señaló Patricio Sanhueza, rector de la Universidad de Playa Ancha y representante de la Agrupación de Universidades Regionales (AUR), en el seminario "Proceso constituyente y descentralización: una mirada desde la Región", organizado en conjunto por la Escuela de Administración Pública y la AUR. Sanhueza manifestó que “es cierto que se ha avanzado mucho en regionalización, la elección de gobernadores el año pasado es un gran paso, sin embargo, aún falta mucho, hay un desequilibrio salvaje en relación al centralismo y las universidades regionales lo sabemos muy bien”. Agregó que “el tema del centralismo pasa por la educación, hemos sido forjados con una mentalidad que por defecto mira a Santiago como referente de toma de decisiones públicas”.
El seminario, que fue presidido por el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Diego del Barrio, contó, además, entre sus participantes con el director (s) de la Escuela de Administración Pública, Eduardo Muñoz; los consejeros regionales Nataly Campusano y Manuel Millones; el director del Observatorio de Políticas Públicas y Desarrollo Regional y ex rector de la Universidad de Valparaíso, Aldo Valle, y la ex constituyente Elsa Labraña, entre otros.
En sus palabras de saludo, el decano Del Barrio reflexionó acerca del rol de las universidades regionales en el derrotero político y social del país, asegurando que el plebiscito del 4 de septiembre, lejos de ser el final de un proceso, es el inicio de otro, en el que la ciudadanía deberá convocarse a trabajar, ya sea para acordar las mejoras al texto constitucional, o a partir de una base expresada mayoritariamente realizar los cambios profundos en nuestra convivencia institucional. La autoridad agregó que “hoy sin duda hay una mirada local y global que dialogan simultáneamente, es un mundo en dos direcciones que no podemos soslayar”.
En el panel, Elsa Labraña, realizó un resumen ejecutivo de los elementos centrales respecto a la descentralización abordado en la propuesta del texto constitucional, explicando las fórmulas acordadas respecto a la calidad de las autonomías administrativas, financieras y políticas de los distintos niveles regionales, comunales y en los territorios especiales, como son la Antártica, Rapa Nui y Juan Fernández, y los que determine la ley en términos de territorios indígenas.
Eduardo Muñoz aseguró que la tensión producida entre Santiago y las regiones, antes provincias, no es un tema nuevo: “Es un tema histórico que tiene sus raíces en la colonia y su materialización en el siglo XIX con la propia fundación de la República, lo que ciertamente hace más difícil el trabajo de descentralización del país, ya que existe una cultura de centralismo”. Advirtió el académico que las configuraciones constitucionales no afectan necesariamente la calidad de regionalización, pues hay casos como Argentina, Brasil o México, que, siendo estados federales, presentan un gran centralismo. “La descentralización verdadera no es económica ni política, sino más bien una descentralización del poder”, aseguró.
En la misma línea de reflexiones, Aldo Valle señaló que en el nuevo texto constitucional “se avanza significativamente con relación a la descentralización, pero no cambia la situación de fondo a un estado regional. Por cierto, se mantiene el estado unitario que por lo demás no tiene porque ser centralizado, no son sinónimos estado unitario y estado centralizado, como muchas veces creemos”. Concordó con los demás panelistas que en términos de centralismo hay ciertas tradiciones que, sin ser explícitas, están arraigadas y que por eso una Constitución muchas veces no basta para cambiar el estado de las cosas. El ex rector de la UV finalizó manifestando que es importante, entonces, el rol de las universidades públicas regionales en la formación de los nuevos profesionales y en la educación de nuevos paradigmas.
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