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Andrea Contreras: “La UV me entregó desarrollo humano y una gran formación académica como abogada”

10 abril 2025

La directora ejecutiva y fundadora de SyncroPro, startup destacada por Corfo a nivel global, recuerda su paso por la Escuela de Derecho y su recorrido profesional.

Andrea Contreras, abogada titulada en la Universidad de Valparaíso, es actualmente la directora ejecutiva (CEO) y fundadora de SyncroPro, startup que fue destacada a nivel global por Corfo. Este reciente reconocimiento significó una gran satisfacción para ella y todo su equipo: “Cabe destacar que este proceso es a nivel internacional y solo aproximadamente un cuarenta por ciento de las startups seleccionadas son chilenas. Es un paso clave, porque valida y refuerza nuestro compromiso con la innovación y el impacto positivo que buscamos generar. Destacamos también el impacto positivo que genera que dos miembros del equipo fundador sean la región de Valparaíso y que somos exestudiantes de la Universidad de Valparaíso: Gonzalo Medina, que estudió Ingeniería Comercial, y yo. Gonzalo desarrolló todo el software y está a cargo de la implementación del mismo. Sin duda creemos que esto es un paso importante para abrir las puertas al desarrollo de tecnología de alta gama en las regiones. Este reconocimiento impulsa aún más nuestra motivación para seguir desarrollando soluciones tecnológicas que realmente mejoren la calidad de vida laboral en Chile”.

Según cuenta, la idea de fusionar el derecho con la gestión empresarial y la Inteligencia Artificial surgió “de la sinergia entre las distintas áreas de experiencia del equipo fundador (Gonzalo Medina, CTO; Mauricio Ahumada, COO, y yo) de nuestra startup. Identificamos un problema crítico en la gestión de turnos de personal, el cual impacta directamente tanto en la eficiencia operativa como en el bienestar humano dentro de las organizaciones. Integrar conocimientos jurídicos es fundamental para entrenar nuestros modelos de ‘machine learning’, ya que permite asegurar que las soluciones propuestas no solo sean óptimas desde el punto de vista operativo, sino también alineadas con la normativa laboral vigente”.

Tal como ella explica, SyncroPro es un software de gestión de turnos que busca impactar en las empresas, logrando mayor satisfacción de los trabajadores y aumentando la rentabilidad. “Actualmente alrededor del setenta por ciento de las empresas realiza esta labor de manera manual, entonces SyncroPro ocupa Inteligencia Artificial y nuestros modelos de ‘machine learning’ para ofrecer la mejor distribución de turnos, aumentando la eficiencia y operatividad, así como predecir la demanda según el KPI (indicador clave de rendimiento) que las empresas quieran lograr, por ejemplo, la adecuación a la nueva ley de las cuarenta horas. Como CEO y líder legal de SyncroPro, mi labor se centra en dirigir la visión estratégica de la empresa y asegurar que nuestras soluciones cumplan con todas las regulaciones laborales aplicables, garantizando así un servicio confiable y de calidad para nuestros clientes”.

Antes de crear SyncroPro había trabajado en estudios jurídicos como procuradora; una vez con el título de abogada en la mano, buscó ejercer su profesión de manera autónoma, cuando se le presentó la oportunidad de trabajar en el Congreso Nacional como asesora legislativa. “La destaco como una experiencia importante a la hora de poner en práctica las habilidades y estrategias que desarrollé durante mi carrera profesional. Una vez más, no era solo tener el conocimiento, había que además saber cómo comunicarlo, para convencer al interlocutor. Lo defino como una tarea eminentemente estratégica y de negociación constante”, comenta.

Interés desde la infancia

Andrea Contreras nació en Viña del Mar, pero vivió durante su infancia y adolescencia en el sector de Belloto Norte, Quilpué. “Soy hija de Sandra y Juan, y hermana de Andro y Vicente. Fui a un solo colegio, Los Reyes, y mi enfoque durante todo este tiempo fue deportivo y académico. Mis padres creían —y lo confirmo— que mezclar deporte y actividades extracurriculares podría hacer que estuviera mejor preparada para la vida universitaria y laboral futura. Fue así como practiqué taekwondo, natación, gimnasia artística, teatro, tenis, ajedrez, incluso estuve en una academia de modelaje, en base a becas y convenios, ya que el dinero no nos sobraba, éramos una familia clase media”, rememora.

“Tuve la idea de estudiar Derecho desde muy pequeña, desde alrededor de cuarto básico. Me gustaba mucho resolver acertijos y encontrar el porqué de las cosas —pensé en ser detective también—. Con el tiempo, naturalmente, fui madurando esa idea, me visualizaba como abogada, ya que me proyectaba en una profesión que me diera la libertad de elegir diferentes ámbitos en los que poder desempeñarme. Decidí estudiar en la UV porque los valores del enfoque pluralista y de excelencia eran lo que necesitaba en mi formación. Venía con el ideal de no encasillarme para hacer algo para siempre, sino que pudiera tener la opción exploratoria de ideas, y en la Escuela había cabida para distintos prismas, por supuesto, a la luz del respeto. Fue así como tuve la oportunidad de ser ayudante de investigación, crear centros de estudios y jornadas académicas de discusión, además de realizar intercambio estudiantil internacional en Sciences Po Rennes, en Francia, donde hice dos semestres académicos”, relata.

Durante su paso por la Escuela de Derecho UV, Andrea Contreras también fue dirigente estudiantil, llegando a ser presidenta del Centro de Estudiantes de la carrera. Así recuerda esa experiencia: “Fue un año particularmente desafiante, ya que debíamos lograr mejoras para la comunidad estudiantil, cumplir con nuestros deberes académicos mientras me encontraba en mi último año, y además estábamos en el proceso de acreditación. Nuestra estrategia para lograr el impacto que buscábamos fue mantener constantemente la negociación y el diálogo, yo diría que este punto fue clave para desarrollar habilidades blandas y ponerlas en práctica. Para convencer a tu interlocutor de lo que propones no basta con tener una buena idea, es necesario saber cómo comunicar”.

A la hora de destacar qué le dejó la UV en términos de valores y de competencias, dice que “aparte de entregarme una gran formación académica como abogada, de rigor y constancia, me entregó desarrollo humano. El hecho de ser mujer, de región, tener espacio para estudiar, explorar, liderar, dialogar, es precisamente lo que buscaba para mi desarrollo profesional, porque una parte es la formación académica, pero otra muy importante es cómo uno se va desenvolviendo en el espacio, y es esto lo que nos da importantes habilidades y pensamiento crítico”.

Finalmente, Andrea Contreras deja un mensaje a quienes hoy cursan alguna carrera en la Universidad de Valparaíso: “Ir a la universidad no se trata solo de estudiar: es fundamental desarrollar habilidades blandas, aprender a gestionar el tiempo, crear estrategias y participar en actividades que complementen la formación académica. No esperen a terminar la carrera para recién comenzar a pensar en su desarrollo profesional. Desde ya, todo lo que hagan háganlo con esa mirada. Sé que es un gran desafío y también sé que la carga académica puede ser alta, pero encontrar un punto de equilibrio es clave. Ese equilibrio marcará una gran diferencia en su desempeño futuro como profesionales. Hay múltiples oportunidades y espacios dentro de la UV que muchas veces quedan vacíos: busquen cuál es el suyo. Que el paso por la universidad no se agote en las aulas, aprovechen al máximo esta etapa”.

Nota: Juan Pablo Salas