Pola Marré, diseñadora UV titulada en 2006 y destacada orfebre, acaba de regresar de México, donde expuso la muestra individual "Chile en Flor" compuesta por veinticinco piezas que representan parte de la flora nacional a través de joyas de cobre.
La exposición se realizó en el centro cultural Casa Olinka de Puebla, hasta dónde llegó luego de ganar el Concurso para Artistas 2024 de la Dirección de las Culturas las Artes, el Patrimonio y Diplomacia del Ministerio de Relaciones Exteriores (Dirac), en la línea de artesanías.
Sobre la experiencia, cuenta que el objetivo fue “mostrar una exposición individual para hacer circular mi trabajo con un fin diferente al comercial, en un contexto artístico donde cada pieza cobró importancia por la historia que contaba y el entorno que representó. Con este traspaso y manera de difundir mi obra y país, entendí que el trabajo que he desarrollado durante años con el cobre tiene mucho más potencial del que podría ver desde la perspectiva local”.
Previo al viaje, cuenta que estableció contacto “con Pro Chile México con el fin de encontrar apoyo en conocer el mercado de ese país relacionado a la artesanía, diseño y joyería de autor y así poder evaluar posibilidades de integrar mi trabajo en este mercado. Tuve oportunidad de trabajar en el diseño, impresión y lanzamiento de un catálogo de la exposición con profesionales mexicanos, así como contactarme con el Fondo de las Artesanías del Gobierno de México y con el Programa Iberoamericano para la promoción de las artesanías, quienes en conjunto al área de Artesanía del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio de Chile me apoyaron para realizar una demostración de oficio a estudiantes de Puebla”.
Desarrollo artístico y creativo
En cuanto al hecho de estar un mes en México, Pola Marré cuenta que “amplió mi visión y posibilidades. Viví en primera persona el hecho que Chile es internacionalmente reconocido por el cobre, más de lo que nos imaginamos. El desarrollo creativo y artístico en torno a este metal es poco explotado en el exterior, por lo cual propuestas contemporáneas como la presentada es de gran interés y originalidad para el público en general, así como para artesanos, orfebres, diseñadores y joyeros”.
“Tuve la oportunidad de compartir con estudiantes de diseño y artes, gestores culturales, autoridades de la embajada de Chile e instituciones relacionadas a la cultura y a la artesanía del gobierno de México, recorrer ferias, bazares y muchos museos, lugares en donde aparecen ideas y ejemplos que podrían replicarse para relevar nuestro turismo y riqueza cultural”, añade.
En relación a sus próximos desafíos, comenta que participará “en la Cuarta Bienal latinoamericana de Joyería, organizada por Joya Brava, además de realizar colaboraciones con diseñadores de moda para complementar nuestros trabajos y llevar mis joyas a la pasarela. También me interesa hacer crecer Chile en Flor, complementarla con nuevas y mejores piezas que fortalezcan la propuesta, estando siempre atenta a nuevas oportunidades que puedan ayudarme a continuar expandiendo mi trabajo hacia nuevos escenarios y horizontes”, agrega.
Experiencia y madurez
Su mensaje para las nuevas generaciones de diseñadores es claro: “Es bastante posible que los caminos para alcanzar sus anhelos no sean los más fáciles. Cuando somos creadores y creativos hay que fortalecer la tolerancia a la frustración, las cosas pueden no resultar al principio, pero con cada fracaso se gana la experiencia y madurez necesaria para el momento de la sincronía”.
“En la Escuela van a absorber metodología y herramientas para que puedan autogestionar y generar las redes necesarias para concretar sus propios sueños, los cuales si están ordenados en un proyecto bien formulado, sus éxitos de seguro serán bonitos”, enfatiza.
Nota: Rodrigo Catalán
