“Debemos formar profesionales integrales, que respondan a necesidades globales”
Afirma Nicol Vásquez, egresada de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales, integrante del Consejo Asesor de Internacionalización UV.
Nicol Vásquez estudiaba Derecho en una universidad privada. Aunque le gustaba el mundo legal, y sobre todo su aspecto más social, cursando esa carrera se convenció de que lo que más la atraía era la historia.
“Siempre me gustó la Universidad de Valparaíso, quería estudiar ahí, así que en 2012 entré a Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales. Fui feliz en ese mundo nuevo que se me abrió, porque si bien la Facultad de Humanidades en ese tiempo se hacía un poco pequeña en cuanto a infraestructura, porque había tres carreras en esa época (Sociología aún pertenecía a esa Facultad y compartía el mismo espacio), eso mismo permitía que pudieras compartir con compañeros de otras carreras, y el entorno del barrio Puerto, pese a lo conflictuado que puede ser, te llevaba a conocer a personas distintas y las dinámicas de los territorios. Te relacionabas con personas en situación de calle, hasta conocías a delincuentes (risas)”, relata.
Añade: “Yo ingresé a la carrera justo cuando cambió la malla, y uno de los seminarios de profundización lo hacíamos en un inmueble que tenía la UV junto a la iglesia La Matriz. El hecho de tener que recorrer esas tres o cuatro cuadras desde el edificio de calle Serrano ya te conectaba con un mundo distinto, y esa vinculación es muy importante para entender la sociedad en la que nos movemos, esa formación te hace entender el territorio viviendo en el territorio”.
“También recuerdo —dice Nicol— que fui parte del Coro de la Facultad de Humanidades, dirigido por Ximena Soto, que para mi desempeño docente también fue parte integral, ya que la preparación vocal ha hecho que hasta el día de hoy tenga un mejor manejo en aula y herramientas que me permiten no perder mi voz”.
Formación actualizada
Originaria de Quillota, luego de titularse en 2017 inició su vida laboral en Santiago. “Encontrar trabajo era complejo, en todas partes se ofrecían pocas horas. Pensé en trabajar en Valparaíso, pero era muy difícil, así que finalmente mi primera experiencia fue en un colegio particular, Pumahue, en Lampa, donde trabajé en enseñanza básica por dos años. Tenía pocas horas, así que en 2018 dije: ¿por qué no estudio un postgrado? Y ahí comencé un máster de doble titulación en España, que era presencial por dos meses y luego en línea. Fue un máster en Calidad y Excelencia Educativa, mención Coaching Educativo, de la Universidad de Santiago de Compostela, con doble mención en la LiberQuaré, de México. Ahí logré conocer las distintas necesidades de formación de otras universidades y valoré mucho a la UV, porque en el pregrado me hacían leer libros que yo a veces creía que eran sólo mañas de los profesores, pero en el postgrado se hablaron y yo los había leído. Se estudiaban con un enfoque utilitario, y vi que la formación que había recibido estaba actualizada y muy conectada con las necesidades de la Unión Europea. Noté que no tenía que estudiar tanto como uno podía pensar, porque la educación en Chile es más compleja y trabajamos en habilidades que se requieren en el siglo XXI, mientras que en Europa la formación es repetitiva, mucha memoria”.
En febrero de 2020 se integró a la Red Colegios Maristas, específicamente al Instituto Alonso de Ercilla, en Santiago centro. “Obviamente, es un colegio católico y confesional, pero que se acercaba a mis vivencias de adolescente, ya que estudié en un colegio católico en Quillota. Pese a que el colegio tiene una visión de excelencia, muy enfocada a los puntajes en la PAES, da un gran valor al trabajo bien hecho, que te va cambiando la visión del profesional que se requiere, y otra vez me ayudó la UV y su formación integral. El colegio busca el éxito, sí, pero tiene un enfoque socioconstructivista, su modelo educativo no es de repetir cosas, sino que los estudiantes construyan conocimiento y trabajen colaborativamente”.
“En el modelo tradicional el profesor es el que sabe, mientras que en nuestro modelo el estudiante es el protagonista del aprendizaje y se busca ir guiándolo para que llegue a las conclusiones. Trabajamos habilidades y aunque realizamos pruebas tipo PAES —porque los estudiantes y sus padres apuntan a entrar a la Universidad de Chile o a la Católica—, los preparamos como seres integrales. Así que tenemos el desafío permanente de crear instrumentos aptos para todos o distintos instrumentos según el tipo de estudiantes. La red de colegios, eso sí, nos entrega perfeccionamiento constante; de hecho, en este momento estoy cursando dos diplomados”, agrega.
Nicol Vásquez explica por qué optó por trabajar en la educación privada: “Tengo muchos compañeros de la Universidad que están en lo público, que aman la educación pública, y a mí también me gusta, pero me fui a lo privado porque creo que siempre el que ha vivido en un ámbito menos favorecido lo conoce perfectamente, pero siento la urgencia de mostrarle esas realidades a quienes no las conocen, y que si algún día vamos a cambiar alguna cosa, son estas personas las que lo van a hacer, porque son quienes tienen el poder y toman las decisiones. Eso trato de inculcarles a mis alumnos: que conozcan otras realidades, porque mañana van a ser médicos, abogados, pero siempre van a estar trabajando con personas y tienen que saber de dónde vienen”.
Comenta que el colegio contribuye a eso, porque trabajan con proyectos de aprendizaje/servicio. “La idea es que al estudiante le nazca la necesidad de poner la educación al servicio de la sociedad. El Departamento de Solidaridad de la red apoya y también los proyectos se financian a través de la misma red”.
Consejo de Internacionalización
Desde noviembre pasado, Nicol Vásquez forma parte del Consejo Asesor de Internacionalización de la UV, en calidad de representante de los egresados de pregrado. Relata que es una nueva oportunidad de contribuir con su alma máter, lo cual siempre ha tratado de hacer: “Como había estudiado otra carrera antes, yo siempre fui la mayor de mi curso en Historia; fui presidenta y ayudante, y cuando salí siempre me mantuve en contacto con el entonces director de Vinculación con el Medio de la carrera y actual jefe de carrera, Jaime Cortez. Él siempre me pedía consejos de cómo vincular a los alumni, porque detectamos que no había contacto con los egresados, entonces se empieza a hacer un trabajo de contactarlos, de invitarlos a charlas, se crearon redes sociales… Yo también participé activamente en dos procesos de acreditación, uno en 2012 y el otro al final de mi carrera. Se escuchó lo que los estudiantes decíamos y se modificaron muchas cosas, se cambió la malla”.
“Tiempo después me contactó Carol Altamirano, de la Dirección de Relaciones Institucionales de la UV, que era la que más se había mantenido en contacto con la carrera, porque también hay vínculo con mi colegio; he dado algunas charlas en la UV sobre aprendizaje/servicio, y me incorporaron a un consejo consultivo. Luego me hicieron una invitación a postular al Consejo Asesor de Internacionalización, así que mandé el currículum y quedé. En la Facultad de Humanidades y Educación están muy contentos y el decano, Pablo Aravena, quien fue profesor mío en Historia, me mandó felicitaciones cuando se constituyó”, prosigue.
Sobre las posibilidades que esta instancia da de aportar, Nicol Vásquez estima que “me preocupa mucho que la Universidad se vincule con sus exalumnos, porque así puede conocer la realidad y las necesidades que ellos enfrentan en el campo laboral. Me preocupa mucho que salgan profes con pocos conocimientos en algunas áreas, por ejemplo. Participar en el Consejo de Internacionalización se vincula con mi interés en la actualización profesional integral que deben tener los egresados y mi experiencia haciendo un postgrado en Europa me entrega la visión de que debemos responder a necesidades globales. Si necesitamos posicionar internacionalmente a la Universidad, eso no solo se logra con el prestigio, sino también con la calidad de los procesos, desde lo más básico, el intercambio, que te convaliden los ramos que tomaste en el extranjero, que eso esté definido de antemano. El profesional de la UV debe tener una visión global. En lo personal, participar de este consejo es una interpelación para trabajar y dar ideas. Es interesante la instancia de conversar con distintos actores sobre la cooperación académica internacional, la diversidad, la inclusión, es bonito que existan estas instancias de retroalimentación”.
Nota: Juan Pablo Salas